Así se oculta la muerte por
la COVID-19 en Nicaragua

Gracias a una triangulación de datos y recopilación de decenas de testimonios de médicos y ciudadanos, revelamos que personas fallecidas por neumonías, diabetes y otras patologías según el Minsa, en realidad murieron teniendo diagnóstico positivo a coronavirus. El gobierno manejó los resultados para presumir que contuvieron la pandemia con números bajos de fallecimientos y contagios

Por Wilfredo Miranda | @PiruloAr
y Maynor Salazar | @MaynorSalaz
Apoyo editorial: Cristian Ascencio Ojeda

Elder Rodríguez tuvo síntomas insoportables el primero de mayo: respiración pedregosa unida a ese cansancio asfixiante. Aún así, el hombre no quiso creer que esas molestias sugerentes fueran COVID-19, sobre todo después de escuchar la noche anterior a su presidente Daniel Ortega decir en cadena televisiva que la pandemia es un instrumento del “capitalismo salvaje” “para ejercer un mayor control de la riqueza”.

Rodríguez, firme militante sandinista y trabajador del Ministerio de Gobernación en el área de migración del aeropuerto internacional de Managua, acudió a su clínica previsional cuando ya no pudo con los síntomas. Aunque iba descompensado, los médicos lo regresaron a casa argumentando que, dada su diabetes, tenía la glucosa alterada. No hubo mejoría. Diez días después los médicos ordenaron a Vladimir, hermano del enfermo, enterrar a Elder de inmediato, en un lapso menor a tres horas. Le dijeron que la pala mecánica en el cementerio estaba lista para sepultar el cuerpo y, en ese momento, a Vladimir le saltó una incómoda interrogante.

Si el acta de defunción de Elder consignó como causa de su muerte “neumonía y shock séptico”, ¿por qué enterrarlo bajo el protocolo para muertes de Coronavirus del Ministerio de Salud (Minsa)?

“Si es una neumonía lo que mató a mi hermano, pues por lógica deberíamos haberlo podido velar como a toda persona”, fustigó Vladimir. Pero no fue así. Elder fue enterrado de noche y a prisa por sepultureros con trajes de protección.

La interrogante que se planteó Vladimir no sólo es compartida por su familia, sino por miles de personas que perdieron familiares durante el pico más alto de la pandemia en Nicaragua. Muertes sospechosas y asociadas -clínica y radiológicamente- a la COVID-19… pero que no han sido reconocidas por el gobierno de Ortega y su esposa Rosario Murillo. En cambio, el régimen sandinista pregona en toda la región que lograron contener la pandemia con éxito, mostrando bajos números de contagios y muertes provocadas por la COVID-19 en comparación a otros países.

Sin embargo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha declarado en reiteradas ocasiones que los datos que presenta el gobierno de Nicaragua son poco creíbles. A mediados de 2020, la OPS solicitó al gobierno una visita al país para evaluar el impacto de la pandemia ante la “falta de información oficial transparente”. “Nicaragua solo notifica una vez por semana (sobre los casos de COVID-19 en el país) y no ha notificado información epidemiológica en detalle según se establece en las regulaciones sanitarias internacionales, a pesar de diferentes solicitudes por escrito y verbales”, dijo Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la OPS.

Cantidad de pruebas PCR realizadas en Centroamérica

Mapa Covid
*Los datos fueron retomados de las publicaciones de los Ministerios de Salud de dichos países.
**La información de Nicaragua fue analizada a partir de una base de datos del Minsa filtrada por hackers.

Una base de datos del Minsa filtrada por un grupo de hackers ofreció una mirada diferente a la de la propaganda oficial. A esto se agrega una triangulación de los datos que DIVERGENTES, en alianza con la plataforma de periodismo colaborativo CONNECTAS, realizó, contrastando la data de pruebas PCR, con las actas de defunción recopiladas por nuestro equipo. La contrastación revela algo más profundo: el gobierno sandinista ocultó las muertes provocadas por el coronavirus, omitiendo información en las actas de defunción.

Aunque muchos familiares tienen dudas sobre las causas de muerte puestas por el Minsa en las actas de defunción, la mayoría deciden callar por medios a represalias del gobierno. En Nicaragua todo acto crítico contra la administración sandinista acarrea represión física o cárcel. Sin embargo, DIVERGENTES logró recopilar más de 30 actas de defunción de pacientes que murieron por otras supuestas enfermedades (sin incluir a los once funcionarios de gobierno fallecidos en el mismo periodo a causa de la COVID-19 y que también aparecen en la data analizada). Al filtrar los nombres que aparecen en las actas, como la de Elder Rodríguez, encontramos que 21 de los 30 pacientes dieron resultados positivos, pero fueron ocultadas. Un patrón que deja entrever el método de cómo el sistema sanitario administra las muertes causadas por la pandemia.

Muertes provocadas por la COVID-19, pero en las que se omitió esta causa y sólo se informó en el acta las patologías de base o enfermedades con síntomas similares, como neumonías, diabetes, insuficiencias respiratorias, shocks sépticos, y muchas neumonías atípicas, entre otras comorbilidades. El resultado de este método de ocultamiento es que la cifra oficial de muertes causadas por el Coronavirus en Nicaragua sea solo de 167 hasta enero de 2021, según el Minsa. Una cifra que, como medalla, presume el gobierno ante la comunidad nacional e internacional. Pero que, según nuestro ejercicio de comparación de datos, se trata de una cifra manipulada.

El caso de la familia Rodríguez lo ilustra a cabalidad. No solo Elder falleció, sino que en las mismas semanas una tía de los hermanos murió por un shock séptico refractario. Sin embargo, Vladimir asegura que sus familiares fallecieron por COVID-19. No solo porque los síntomas de su hermano y tía eran evidentes, sino porque uno de los médicos que atendió a Elder en el hospital le confesó que realizaron una prueba PCR que dio positiva. No obstante, la muerte de este hombre no subió a la estadística oficial de muertes por coronavirus. Al igual que la de su tía, a quien se le realizó una PCR que dio positivo.

Una de las primeras respuestas del gobierno Ortega-Murillo a la pandemia fue convocar una marcha multitudinaria denominada "Amor en tiempos del COVID-19", la cual fue encabezada irónicamente por el personal sanitario. Carlos Herrera | DIVERGENTES.

La filtración de la data del Minsa consistió en 400 documentos dispersos que fueron ordenados por DIVERGENTES. En ellos hay miles de registros de pacientes a quienes le realizaron pruebas de COVID-19, pero que nunca han sido revelados a la ciudadanía. El gobierno jamás ha informado cuántas pruebas de coronavirus han practicado desde el primer caso positivo en marzo de 2020.

El régimen sandinista ha mantenido una actitud negacionista ante la pandemia, como lo hizo Donald Trump en Estados Unidos o Jair Bolsonaro en Brasil. Además la administración de Ortega ha tratado con total hermetismo esta información de interés público y que, según expertos, aumenta el riesgo de contagios al lidiar con un virus altamente contagioso con los “ojos vendados”. “Es ceguera epidemiológica”, insistió el epidemiólogo Leonel Argüello.

Los documentos filtrados contienen la cantidad de pruebas que realizó el Minsa a pacientes sospechosos de COVID-19. También aparece el registro con nombre y apellido de los ciudadanos que resultaron positivos y negativos. Este otro dato obtenido permite saber que el Minsa practicó 21.172 pruebas PCR a ciudadanos a nivel nacional entre el 16 de marzo y el 10 de agosto de 2020, de las cuales 10.516 resultaron positivas. A juzgar por la data del Minsa, Nicaragua sería el país de la región con menos pruebas realizadas. Para los expertos, es alarmante que casi la mitad de esas pruebas, diera positivo: una positividad récord en la región. Esto podría demostrar que el impacto de la pandemia en Nicaragua, si se realizarán los PCR suficientes, es mucho más alto que lo que dicen las cifras gubernamentales. 

El científico molecular Jorge Huete ha urgido desde el inicio de la pandemia la necesidad de un muestreo masivo para detectar el avance del coronavirus. Pero no ha sido escuchado. “Durante toda la pandemia el Minsa ha desestimado la importancia de las pruebas de diagnóstico. La carencia de pruebas mutiló la respuesta contra la pandemia y costó muchas vidas. Se ignoró el llamado a un muestreo masivo, utilizando la técnica de RT-PCR. Quizás les haya parecido una excentricidad tecnológica, pero en pleno siglo XXI las pruebas moleculares son parte esencial de toda estrategia que comprende un estricto sistema de identificación de casos, localización de contactos, aislamiento y tratamiento. ¿Por qué se subutilizaron las capacidades técnicas del Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia, CNDR?”, preguntó el especialista.

Al mes de diciembre, el gobierno solo reconoce públicamente 6.046 contagios, es decir que omite casi un 50% de los casos positivos. Hasta el día de hoy, el Minsa tiene el monopolio de la realización de pruebas de Coronavirus en Nicaragua. El gobierno prohibió a los hospitales realizar pruebas, ya sea PCR o test rápidos.

El caso de Gustavo Bermúdez y los entierros masivos

Irma Bermúdez, hija del periodista Gustavo Bermúdez, muestra el acta de defunción que declara la muerte de su padre por "insuficiencia respiratoria". Carlos Herrera | DIVERGENTES

En torno a la muerte de Gustavo Bermúdez hay mucha ironía. Pero para que se entienda la ironía, es necesario aclarar algo: Gustavo era un periodista muy crítico con el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. A través de Radio Corporación, una emisora igual de crítica a regímenes autoritarios desde su fundación, el periodista denunció los desmanes de la administración sandinista… y semanas antes de morir criticó duramente la negligencia y la falta de cifras claras por parte del gobierno sobre la pandemia.

“Aquí la gente sigue cayendo en las calles. Los paramilitares se han adueñado de los cementerios para que las familias de los pacientes que son víctimas de la pandemia no sepan que mueren de coronavirus”, criticó con vehemencia el periodista el 15 de mayo, la última vez que dirigió su popular programa Impacto 540. “O simplemente les dicen a las familias que hay que sepultarlos. Hombre, es arrecho (rabia) que lo entierren a uno sin café y sin vela. Y el dolor de las familias no les importa, no les importa”.

Lo que no imaginó Gustavo es que él también sería enterrado sin café y sin vela el 27 de mayo. Los médicos ordenaron a su familia un “entierro exprés”, como le denominaron los ciudadanos a los sepelios que proliferaron entre los meses de mayo y julio en Nicaragua. Eran caravanas de entierros en las principales ciudades de Nicaragua. Las funerarias se quedaron sin ataúdes. Los primeros entierros exprés, como el de Elder Rodríguez, fueron realizados durante la madrugada, como si se quisiera ocultar las muertes. Pero ocultar muertos es complicado.

El doctor Carlos Quant, uno de los pocos infectólogos en Nicaragua, presenció el desborde del sistema sanitario por pacientes con cuadros respiratorios entre mayo y julio, en el pico de contagios en ese país. Quant trabajaba para el Minsa en el hospital Manolo Morales y como médico privado en el hospital Vivian Pellas. Ambos centros se rebalsaron de pacientes, así como sucedió en el Alemán Nicaragüense, el hospital destinado por la autoridad sanitaria para atender exclusivamente pacientes relacionados a la pandemia. DIVERGENTES reveló en junio fotografías de la morgue del Alemán Nicaragüense llena de cadáveres.

Quant vio con alarma las crecientes oleadas de cuadros respiratorios y advirtió sobre el repunte de la pandemia en el país. El especialista criticó que el gobierno nunca llamó a cuarentena, ni cerró las fronteras, ni suspendió clases, ni clausuró estadios... y, en cambio, convocó a actividades masivas, como conciertos, maratones, misas campales, y hasta una marcha denominada “amor en tiempos del Covid-19” encabezada, irónicamente, por el personal de salud. Quant fue uno de las decenas de médicos que reclamaron que el Minsa no dotó de equipos de protección al personal sanitario, pese a estar en la primera línea de contención de la pandemia.

Sin embargo, los señalamientos de Quant le costaron el despido por parte del Minsa, como sucedió con una docena de otros doctores en diferentes hospitales públicos. Los médicos fueron los primeros en alertar sobre el método de ocultamiento, pero a veces tampoco se enteraban si a los pacientes les realizaban pruebas. El neumólogo Jorge Iván Miranda, quien atendió los primeros casos de coronavirus en el país, relató que el Minsa solo notificaba el resultado de las pruebas de manera verbal y nunca por escrito para no dejar constancia del contagio. En otros casos, sostienen médicos del hospital Antonio Lenín Fonseca, el Minsa notificó únicamente al director del centro, un leal al sandinismo, quien resguardaba los resultados “como secreto de Estado”.

Personal Medico

Médicos contagiados por COVID-19 en Nicaragua

El Minsa practicó 854 pruebas PCR a trabajadores de la salud entre el 16 de marzo y el 10 de agosto, de las cuales 257 dieron positivas. Un total de 597 no resultaron contagiados de coronavirus.

30%

Del personal sanitario se contagió

112

Positivos en Managua

90

Positivos en Chinandega

19

Positivos en León

“Nos obligaban a poner en las actas de defunción de los fallecidos por COVID-19 neumonía atípica u otras patologías que el paciente padecía”, dijo la anestesióloga María Nela Escoto, despedida del hospital Antonio Lenín Fonseca por sus críticas. “Fue orden directa no poner COVID-19 en ningún diagnóstico. Pero para no dejar rastros, las órdenes solo fueron verbales. Es decir, aunque tuviéramos la prueba positiva, se le ponía neumonía atípica o la comorbilidad del paciente. Si padecía diabetes, murió por una causa asociada a la diabetes. Si era hipertenso, pues por hipertensión… y así”.

Al ingresar el nombre de Gustavo Bermúdez en la data procesada por DIVERGENTES, encontramos que al periodista no le hicieron una prueba PCR, sino que fueron dos. Ambos resultados dieron positivo para coronavirus, pero su acta de defunción consigna como causa de muerte “neumonía atípica, hipertensión arterial e insuficiencia respiratoria aguda ”. Es la ironía de este periodista que criticó durante casi toda su vida profesional la falta de transparencia del sandinismo.

“Simplemente el sentimiento que puedo describir es rabia... impotencia”, dijo Irma Bermúdez cuando le mostramos la data y se enteró de las dos pruebas realizadas a su padre. “Contra un gobierno dictador no podés hacer absolutamente nada”.

Total de pruebas positivas y negativas por departamento en Nicaragua

De las 21 172 pruebas realizadas por el Minsa en Nicaragua entre el 16 de marzo y el 10 de agosto, únicamente geolocalizó 9 521 casos.

Total de pruebas realizadas por Departamento

5,064

Managua

  • Positivos: 2930
  • Negativos: 2129
  • Indeterminado: 1
  • No se procesó: 2

83

Boaco

  • Positivos: 34
  • Negativos: 49
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

254

Carazo

  • Positivos: 108
  • Negativos: 145
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: 1

857

Chinandega

  • Positivos: 506
  • Negativos: 351
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

210

Chontales

  • Positivos: 131
  • Negativos: 79
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

198

Estelí

  • Positivos: 93
  • Negativos: 105
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

276

Granada

  • Positivos: 157
  • Negativos: 119
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

241

Jinotega

  • Positivos: 148
  • Negativos: 93
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

325

León

  • Positivos: 194
  • Negativos: 131
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

128

Madriz

  • Positivos: 54
  • Negativos: 74
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

802

Masaya

  • Positivos: 560
  • Negativos: 240
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

338

Matagalpa

  • Positivos: 194
  • Negativos: 144
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

112

Nueva Segovia

  • Positivos: 54
  • Negativos: 58
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

137

RACN

  • Positivos: 83
  • Negativos: 54
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

240

RACS

  • Positivos: 163
  • Negativos: 77
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

65

Río San Juan

  • Positivos: 43
  • Negativos: 25
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

195

Rivas

  • Positivos: 121
  • Negativos: 74
  • Indeterminado: -
  • No se procesó: -

Desaparece boletín epidemiológico

El último boletín epidemiológico que el Minsa publicó fue en el mes de mayo, durante el despunte del desborde del sistema sanitario por pacientes con cuadros respiratorios. En aquel momento, la autoridad reportaba 33.075 casos de neumonías en el país y 489.881 pacientes con Insuficiencias Respiratorias Agudas. Según el boletín publicado en la web del ministerio, la mortalidad aumentó 3.8% con relación al año 2019. Es decir reconoció un aumento de las enfermedades respiratorias respecto a años anteriores.

Ante la falta de información sobre pruebas PCR realizadas, el boletín epidemiológico era el único recurso para calcular el avance del virus en Nicaragua. Los epidemiólogos catalogaron como sospecha de coronavirus toda neumonía “hasta no demostrar lo contrario en una pandemia”. A partir de las centenares de denuncias ciudadanas de que las personas estaban muriendo de neumonía, pero el Minsa ordenaba entierros bajo el protocolo para coronavirus (sin familiares o amigos, sin vela, en ataúdes sellados y los cadáveres envueltos en plástico), el boletín epidemiológico dejó de publicarse hasta el día de hoy sin mayores explicaciones.

Tomografías
Tomografías
Tomografías
Tomografías
Tomografías
Tomografías
Radiografías de diferentes hospitales públicos y privados en Nicaragua. Son pacientes contagiados de COVID-19, pero que el gobierno Ortega-Murillo oculta. Hemos omitido los nombres de los enfermos a petición de los médicos que facilitaron la información.

Un mes más tarde, con el pico de contagios en su etapa más álgida, y con la dificultad de matizarlos ante tantos entierros, la vicepresidenta Rosario Murillo admitió un aumento del 54% de muertes por neumonía. Sin embargo, no las asoció al coronavirus. En aquel momento, DIVERGENTES recopiló con fuentes médicas más de cincuenta radiografías de pulmón de diversos hospitales del país, en la que los casos neumónicos eran evidentes. Los doctores aseguraron que no les cabía duda de que se trataban de casos de COVID-19, pero la mordaza impuesta por la autoridad sanitaria y la centralización de las pruebas impedían alertar a los familiares de los contagiados. Médicos sostienen que haber minimizado el impacto de la pandemia, generó más contagios y muertes.

Ante el secretismo del gobierno, la sociedad civil organizó el Observatorio Ciudadano de COVID-19 para tratar de tener una referencia del impacto de la pandemia en Nicaragua. Es un grupo multidisciplinario que a la primera semana de enero de 2021 reporta 2.746 muertes y 12.114 contagios.

Vladimir Rodríguez, militante sandinista como su fallecido hermano, está resentido por este método de ocultamiento usado por el gobierno. “A mí uno de los médicos me dijo que si ponía COVID-19 en el acta de defunción lo despedían”, relató el hombre. No quiso creerlo cabalmente, porque tenía fe en el gobierno de Ortega. Pero al confirmar en la data el resultado positivo de COVID-19 para su hermano, se enfureció.

“Ellos (gobierno) no quieren que esto salga a la luz”, dijo Vladimir. “Realmente estuve engañado con Daniel Ortega. Realmente es un mal hombre, que solo vela por su familia, y no por nosotros el pueblo. Él no sabe cuántas personas contagiadas andan en la calle y nosotros andamos en la calle. Eso no es humanitario”, zanjó el hombre.

Los altos funcionarios sandinistas

Funcionarios Covid

El alcalde de Masaya, Orlando Noguera, murió sin pena ni gloria. Su despedida fue una de las más simples. La vicepresidenta Rosario Murillo tan solo le dedicó unas líneas el día que confirmó su muerte. Noguera, el principal operador político de Masaya, se marchó sin bombos ni platillos, y siendo ignorado por la alta dirigencia de su partido político, el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

El exalcalde de Masaya no dejó de participar en actividades culturales y partidarias, ni se protegió contra la COVID-19. Mientras la pandemia causaba estragos y asfixiaba a sus gobernados, él se encontraba en Los López, una comunidad rural en las afueras de la ciudad, compartiendo con pequeños productores sobre cultivos y animales de patio.

Noguera siempre fue fiel a las órdenes de Murillo y Ortega y, aunque semanas después fue internado en un hospital de la capital y posteriormente se anunció su fallecimiento, no existió homenaje o acto cultural que “alabara sus valores” como alcalde, en un partido acostumbrado a ensalzar a los muertos como héroes.

El primero de junio, después de semanas de rumores, finalmente se confirmó su deceso. Noguera expiró en el Hospital Militar de Managua a causa del coronavirus, según consta en la data analizada por DIVERGENTES. Esa noche, a las 8:47, la página de Facebook de su alcaldía publicó un collage de fotos con la leyenda “Masaya entera te grita presente”, pero en las calles había silencio.

Un silencio que se replicó con diez funcionarios del más alto nivel del Frente Sandinista. La dirigencia del partido, y su vocera oficial Rosario Murillo, nunca aceptó que sus empleados fallecieron contagiados de coronavirus. Al contrario, siempre apeló a cualquier otro tipo de enfermedad.

El método del régimen orteguista alcanzó a estos funcionarios sandinistas que, fieles al argumento de la pareja presidencial, minimizaron la pandemia. Si bien Rosario Murillo aceptó las muertes en público, nunca las asoció al coronavirus.

En el análisis de la base de datos que realizamos, encontramos otros 11 nombres de altos empleados fallecidos: todos positivos para Covid-19: Orlando Noguera, Alcalde de Masaya; Orlando Castillo Castillo, director del Telcor; Rita Fletes Zamora, diputada suplente del FSLN; Roberto Moreira, asesor de gobierno y primo del diputado Wilfredo Navarro; Armando Navarrete, director por Nicaragua ante el BCIE; Francisco Abea, director de políticas tributarias; Oscar Cruz, gerente general de Caruna y Henry Quintanilla, profesor de la UNAN-Managua.

Otro alto funcionario fallecido a causa de la COVID-19 fue el legendario “Comandante Cero”, Edén Pastora. Falleció en el Hospital Militar en el piso destinado únicamente para tratar casos graves de los contagiados. Pero hasta el día de hoy, el gobierno no reconoce su muerte debido al virus.

Este trabajo fue realizado por Wilfredo Miranda Aburto y Maynor Salazar para DIVERGENTES y CONNECTAS.

Divergentes
Connectas
Logo Nicaragua
Ir Arriba