El periodista colombiano Carlos Eduardo Huertas, director de la plataforma de periodismo de investigación latinoamericana Connectas, ha recorrido América Latina durante más de una década con una maleta llena de ideas y sueños. No ha sido una tarea fácil.
El autoritarismo avanza en una región históricamente convulsa. Se reportan agresiones a la libertad de expresión y el escenario cada día luce más adverso para el periodismo. Huertas ha seguido de cerca esta situación, desde las oficinas de su plataforma en Bogotá. Ese espacio que llama su “torre de control”.
Este año, la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, reconoció su trayectoria. Le otorgó la medalla de oro del Premio Maria Moors Cabot, el más antiguo reconocimiento del continente y le han llovido felicitaciones y solicitudes de entrevistas como esta conversación estilo ping pong que respondió para DIVERGENTES.
¿Qué es la familia para vos?
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Es aquel espacio que te provee refugio y tranquilidad, gracias a unos lazos de afecto genuino que te permiten ser pleno.
¿Algún recuerdo de tu niñez?
Cuando me preguntaba hace 40 años porqué a la patineta no se le podía poner motor, y así sería una mejor opción. Y bueno, hoy tenemos lo que tenemos.
¿Arepa o ajiaco?
Ambos platos exquisitos de la antigua Gran Colombia.
¿Cuál es tu mayor defecto?
El perfeccionismo.
Acabas de ganar el premio Maria Moors Cabot, ¿Cómo te sentís? ¿en el Olimpo?
Es un honor de marca mayor, y lo primero al recibirlo es preguntarse si es merecido. Las importantes muestras de genuino afecto frente a la noticia, confirma que vamos avanzando por un buen camino de servicio, que es lo que me interesa. Siempre con los pies bien pegaditos a la tierra.
Vos has pedaleado la región, ¿cómo ves la salud del periodismo?
Mucho mejor que la que comparten los profetas del mal. La de la democracia, más mal que lo que piensan los optimistas. La apuesta es seguir fortaleciendo ese pilar de la libertad de prensa y expresión para ayudar a soportar el fuerte remezón que están teniendo los otros pilares que sostienen la democracia.
¿Qué pensás de lo que pasa en Nicaragua?
En el Gobierno, la mejor encarnación de lo que significa el abuso del poder. En la sociedad, la mejor encarnación de lo que significa la resistencia.
Vos sos arquitecto, ¿Qué preferís? ¿Un buen diseño o un gran reportaje?
Ambos deben cumplir con capturar las señales de un momento histórico, de un hecho, y traducirlas en su propio lenguaje.
¿Qué le prestarías a la arquitectura para el periodismo y viceversa?
De la arquitectura al periodismo, la atención al detalle. Del periodismo a la arquitectura, la capacidad de ver el bosque y no quedarse en el árbol.
¿Algún sueño por cumplir?
Hacer un torneo de ranita (juego de mesa) en algún lugar paradisíaco en Ometepe, con los grandes amigos que han dejado los días duros de Nicaragua.
Si fuera tu último baile, ¿Cuál canción te gustaría que suene?
Estoy seguro que si siempre hay una buena salsa, nunca habrá un último baile.