Divergentes
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Con el Huracán Eta todo fue velocidad: en menos de 24 horas se convirtió en un temido ciclón categoría 4, y al día siguiente causó destrozos en el Caribe Norte de Nicaragua. Eta se ensañó con Bilwi y las comunidades indígenas miskitas y mayangnas. Después de tocar tierra e internarse en el litoral, el ciclón perdió potencia pero no ferocidad. Sus ráfagas y sus lluvias dejaron al menos 30.000 refugiados, y un inventario de estragos todavía no cerrado. Sobre todo, Eta no solo demostró el poder de la naturaleza, sino que se encargó de exhibir la pobreza y la desigualdad en la que desde siempre viven estas comunidades.

Primer amanecer bajo el huracán Eta. Un albergue en la comunidad Nazareth 1, en el Caribe Norte.
Refugiados en el colegio de la comunidad Nazareth 1 observan las ráfagas de viento de Eta.
Decenas de personas quedaron varadas en el paso Wawa Bom con la crecida del río.
Los pocos refugios en la comunidad de Wawa estuvieron repletos por el huracán Eta.
La falta de alimentos en los refugios afectó más a la niñez.
Los pobladores del Caribe Norte, en especial indígenas, aseguraron que el gobierno no les advirtió sobre Eta.
La asistencia gubernamental estuvo centrada en Bilwi, y los albergues en las comunidades fueron gestionados por los comunitarios.
Jugar bajo el huracán. Cuando las ráfagas de Eta amainaban, los jóvenes jugaban al fútbol.
Pobladores de la comunidad Pista 43 tratan de resguardar la vivienda de la ferocidad de las ráfagas de Eta.
Ante la falta de asistencia gubernamental, los vecinos autogestionaron su evacuación de las comunidades.
Esta mujer saca unas pocas pertenencias de su vivienda antes de dirigirse a un albergue.
El refugio en la comunidad del Naranjal era uno de los más grandes en las afueras de Bilwi.
Los comunitarios de un albergue aseguraron que el gobierno llevó alimentación, pero tuvieron que esperar para comer hasta que llegó “un funcionario para tomar fotos de la ayuda”.
En los refugios no se pensaba en guardar distancia, menos en el Coronavirus.
El huracán Eta puso de manifiesto la vulnerabilidad del Caribe Norte, una de las zonas más pobres de Nicaragua.
Bilwi quedó incomunicado por tierra debido a las persistentes lluvias del Huracán Eta.
Buscar la casa. Cuando las lluvias disminuyeron, algunos de los que quedaron varados en Okonwas retornaron a casa.
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