Edipcia Dubón
23 de julio 2024

La era de acuario en la política norteamericana


En una tertulia entre mujeres discutíamos acerca de las eras astrológicas y la transición hacia la era de acuario, y lo que esto significa en términos de libertad y oportunidades para la humanidad. Uno puede creer o no en estas cosas, pero lo cierto es que, de la noche a la mañana, uno de los escenarios más cerrados, desabridos y desesperanzadores de los últimos meses —la contienda electoral entre Joe Biden y Donald Trump— se transformó por completo.

Los rumores comenzaron a correr: los financiadores cerraban filas y Barack Obama, el expresidente más reconocido de Estados Unidos en los últimos tiempos, hablaba con Biden sobre la necesidad de abandonar la contienda. Sin embargo, Biden se mostraba decidido a continuar, a pesar de que cada vez que hablaba parecía favorecer a su oponente.

El domingo por la tarde, la red social X se llenó de actividad frenética con el anuncio del presidente Biden de abandonar la contienda y nominar a su vicepresidenta, Kamala Harris, como candidata a la presidencia de la nación más poderosa del mundo.

Por primera vez me detuve a leer los mensajes (aún los llamo “tuits”). Mi chip de politóloga se activó. ¿Cómo? ¿Kamala Harris candidata a la presidencia de Estados Unidos? ¡Vaya, ahora sí que el escenario ha cambiado! Y no solo en el presente, sino también para los anales de la historia. Kamala Harris es la primera mujer, negra, de familia inmigrante, que aspira al poder en una de las naciones más institucionalizadas del mundo, en un contexto que parecía completamente dominado por octogenarios, hombres, blancos y de élite.

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La nominación de Kamala Harris tiene un gran impacto para la vida de todas las mujeres en la política. Abre un camino que parecía cerrado hasta hoy y coloca en el foco a una mujer con una formación de alto nivel. Licenciada en Política y Economía por la Universidad de Howard y en Derecho por Hasting College. Ha sido miembro de la Cámara Baja del 2017 al 2021, Fiscal General de California (2011-2017), Fiscal General del Distrito de Oakland (2004) y ayudante del Fiscal de Distrito de Oakland entre 1990 y 1998. También ejerció su cargo en el Senado, contribuyendo a dirimir múltiples controversias. Es decir, una mujer de temple, decidida, perseverante, con metas claras y que sabe cómo construir objetivos y alcanzarlos. Se ha ganado a pulso cada trecho de su carrera.

No quiero decir que vaya a ganar, pero sus compromisos con los temas que nos preocupan son reconocidos: derechos de las mujeres, migración y seguridad. No es una advenediza de la política; su trayectoria partidaria le permite tener hoy el respaldo del partido. No es una contienda fácil; estamos a cuatro meses de las elecciones en Estados Unidos, pero lo cierto es que el escenario ha cambiado. Ella es todo lo opuesto a Trump y a sus políticas. El debate cambiará de tono, imagen y contenido, y que bien por la política global. Necesitamos más líderes refrescantes. Tiene muchos desafíos. El primero es entusiasmar a la población que no ha sido arrastrada por la polarización. 

Para Kamala es imperativo construir nuevos incentivos que coloquen los intereses del ciudadano y ciudadana común en el centro de la acción estatal. También tiene el desafío de promover que más mujeres volvamos a prestar atención a la política y a la acción pública. Está obligada a contribuir a una política global en beneficio de la humanidad y los valores de la democracia. En este sentido, su legado como hija de migrantes debe constituirse en una esperanza firme para quienes hoy están amenazados.

Con la decisión del presidente Biden ha ganado la política con “P” mayúscula; el sentido de colocar la nación y los intereses colectivos por encima de los intereses personales. Estaremos atentas al desempeño de Kamala. Por ahora, ha empezado de nuevo la contienda entre demócratas y republicanos.

¿Comenzó con buen pie la era de acuario?

ESCRIBE

Edipcia Dubón

Actualmente es directora ejecutiva de Puentes para el desarrollo y directora del programa de televisión ContraPoder, coordinadora del Diálogo de Mujeres por la Democracia. Exdiputada de la Asamblea Nacional por el Movimiento Renovador Sandinista. Participa activamente en diferentes espacios de articulación con la sociedad civil nicaragüense, tanto a nivel nacional como en el exilio. Despojada de su nacionalidad nicaragüense por el régimen Ortega-Murillo.