Zoilamérica Ortega Murillo
31 de diciembre 2023

La Navidad en Nicaragua, un desafío para la fe y la libertad


La Navidad y el Año Nuevo siempre desafían nuestros corazones. Nos esmeramos por sonreír a pesar de que, en alguna parte de nuestro arbolito, no todas las lucecitas del corazón estén encendidas. 

Nos esmeramos en lucir la esperanza. Sin embargo, en estos días hemos recibido un golpe bajo, una puñalada a la espiritualidad, nos sacaron a golpes del recogimiento. Vino la mano del mal, a destruir los nacimientos. Estamos viviendo un nuevo intento de crimen para el niño Jesús.

A veces buscamos razonamientos políticos —no niego que los haya—, pero en lo profundo de la maldad y crueldad de Rosario Murillo y Daniel Ortega está hacernos sentir que ellos también controlan el poder de Dios en la tierra. La Comunidad Internacional debe ver que esto no es solo persecución religiosa, sino también un intento de eliminar las creencias de gran parte de nuestro pueblo y minimizar la capacidad de funcionamiento de la Iglesia, e inclusive llegar hasta la eliminación total de ella, como igualmente se hizo con las oenegés, medios de comunicación, la Cruz Roja Internacional. El día de hoy pretenden erradicar a los actores con mayor presencia, influencia y respaldo entre la familia nicaragüense. Hacerlo durante las actividades de la Santa Navidad tiene la clara intención de deshonrar nuestras liturgias y ejercer violencia simbólica.     

Además de esto, ante nuestros propios ojos están profanando nuestra fe y pretendiendo hacernos sentir que su autoridad incluye las razones de nuestras oraciones y plegarias.  Su supremacía incluye los templos.

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¿Qué se hace ante alguien que ostenta ese poder brutal? La humildad y la astucia pueden ser expresión de nuestro poder espiritual que se manifestará en poder político, social y ciudadano.

Humildad, tanto para reconocer los tropiezos de la arrogancia y la falta de integridad, como para reconocernos sin superioridad organizacional. Astucia para generar formas diferentes de crear conciencia y liberar nuestro país haciendo la diferencia.

Anhelo que para el año que viene. Renovemos nuestros votos de humanidad, tolerancia y aceptación. Detener esta guerra interna que hace más grandes las heridas que ya nos hizo la dictadura.  Cada vez que un hermano azul y blanco hiere a otro, es una nueva victoria para los que nos quieren ver destruidos; hagámoslo por nuestros presos políticos, quienes deben estar siempre presentes, pero con mayor intensidad en estas fechas.      

Recuperemos el sentido de que Nicaragua es una sola, que nos pertenece a todos y que aunque nos ha dividido la historia, hoy nos puede unir la fe y la convicción de que nuestros líderes espirituales… aun desde una cárcel nos siguen llamando a perseverar en el camino hacia la libertad.

Esperemos el año nuevo, dando un abrazo a quienes tengamos cerca y pidiendo a Dios por nuestra Nicaragua. 

ESCRIBE

Zoilamérica Ortega Murillo

Es socióloga, investigadora y docente universitaria. Ha contribuido con procesos de investigación-acción educativa en temas de transformación de conflictos y prevención de violencia y resiliencia comunitaria. Es asesora en temas de educación para distintos movimientos sociales y labora como especialista en gestión de calidad académica y desarrollo profesional.