Entrevista con Arturo McFields:

“La primera dama es quien dirige una diplomacia sin alma ni cerebro”

El embajador que se le rebeló a los Ortega-Murillo en la OEA habla de cómo surgió su decisión y sobre las interioridades de la atropellada estrategia diplomática del régimen. Su declaración ha significado un duro golpe para las bases sandinistas. “Siento que me quité un yunque del alma”, afirma


23 de marzo 2022

Foto oficial de la Organización de Estados Americanos. Juan Manuel Herrera/OAS

Arturo McFields dice que se siente libre. Histriónico como es, insiste que denunciar a la dictadura Ortega-Murillo en su calidad de embajador ante el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) es como haberse quitado “un yunque del alma”. 

McFields sorprendió la mañana de este 23 de marzo cuando pidió un punto de orden en una sesión del consejo permanente de la OEA para criticar abiertamente al régimen ante los países miembros del organismo. “Tomo la palabra el día de hoy en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida en mi país desde el año 2018”, dijo McFields. Insistió que en Nicaragua no hay libertad de prensa, separación de poderes, que se han registrado confiscaciones de universidades y se han cancelado más de 130 oenegés. “La gente de adentro está cansada de la dictadura”, afirmó. 

Unas declaraciones que han sido una tromba para la dictadura sandinista, ya que golpea su estrategia internacional, pero sobre todo sus bases políticas. Además de sentirse libre, McFields cuenta en esta entrevista con DIVERGENTES las interioridades de la atropellada diplomacia Ortega-Murillo. Cuando le pregunto quién dirige esa estrategia, responde con cautela, pero seguro: “La primera dama”. 

¿Cómo se gesta tu decisión de hacer esta denuncia en el seno de la OEA, que ha sorprendido y generado elogios en Nicaragua y a la comunidad internacional por tu valor?

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Comienzo por lo último: no tengo valor, tengo miedo, pero creo que es importante vencer el miedo. Es una decisión que no surge de la noche a la mañana. Es una decisión que ha estado torturándome por mucho tiempo. Pero lo que me llena de esperanza es saber que no soy el único en esta lucha interna por hacer algo, por manifestarte, por ayudar a ayudar a los presos políticos. Esto es de miles de funcionarios a niveles altos, a niveles intermedios y a niveles bajos.  

¿En realidad pensás que hay mucho funcionario inconforme con los Ortega-Murillo?

Hay un sentimiento de que no está bien la cosa. Es que tener presos políticos a los que los están tratando tan mal, ignorando las Normas Nelson Mandela y cualquier otro principio internacional sobre el trato digno, trasciende cualquier ideología política. Sin embargo, como he dicho, en el gobierno nadie escucha. Pero lo que es más triste, nadie habla. Veníamos de una paliza moral en la OEA, entonces convocan a una reunión de emergencia. Yo creí que esa reunión era para analizar dónde estábamos, para evaluar nuestros aciertos, errores y hacer cambios dignos para descompresionar la situación sociopolítica. Cambios con cierto nivel de legitimidad; de hacer una pequeña concesión en favor del bienestar de los presos. Pero era una reunión para salirnos de la OEA. Yo abogué por liberar a presos de la tercera edad, pero no me escucharon… es que tener presos en condiciones infrahumanas debilita moralmente a las bases (sandinistas). 

Hay muchas cosas políticas que se pueden defender con consignas antiimperialistas, lo que vos querrás. Pero cuando vos le decís a alguien defender que Tamara Dávila lleve nueve meses aislada, sin ver a su niña de cinco años… eso nadie lo va a defender. Ninguna ideología puede defender o cubrir ese tipo de cosas. Pero como te digo, era una reunión para retirarnos de la OEA. 

“La primera dama es quien dirige una diplomacia sin alma ni cerebro”
Fotografía de archivo fechada el 16 de febrero de 2002 que muestra a Arturo McFields Yescas mientras ejercía como periodista en Managua. EFE/ Oscar Navarrete

¿Y quiénes participaron en esa reunión? 

En esa reunión estaban tres asesores presidenciales: Iván Lara, Valdrack Jaentschke, Orlando Tardencilla y Michael Campbell. Personas. (Largo silencio). 

La diplomacia del país se está manejando de una manera muy visceral. Vos que has estado varios años dentro, ¿quién podrías decir que maneja la diplomacia del régimen? 

Mira, creo que hace falta humanizar la diplomacia. Pero si no querés humanizarla, pues, por lo menos ponele un poquito de sentido común. Y actualmente no se está actuando ni con humanidad ni con sentido común. No se está actuando ni con el cerebro, sino con otro órgano del cuerpo. Esas decisiones son tomadas por una persona. 

¿Quién es esa persona?

Pues es obvio. De acuerdo a la estructura del gobierno, la cartera diplomática la maneja una persona: la primera dama. Una diplomacia sin alma ni cerebro. 

Arturo, después de tu declaración en la OEA el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que no eras su embajador, aunque te nombraron en 2021, y hace unos días en sus medios te llamaban como tal…

Están en lo correcto. Yo no soy su embajador. Yo soy embajador del pueblo de Nicaragua y mi voz en ese momento no era la voz del gobierno, era la voz del Estado de Nicaragua, no la voz de un partido político. Hasta el día de hoy sigo siendo formalmente el embajador de Nicaragua en la OEA, porque mi destitución no ha sido publicada en La Gaceta ni otra persona ha presentado cartas credenciales ante la OEA. Es todo un proceso. Aunque entiendo que ya me destituyó el gobierno, hasta ahora solo han emitido un comunicado y enviado una nota verbal a la Secretaría General de la OEA. Mi nombramiento sigue en la web de la OEA y tampoco mi nombre ha sido eliminado del Departamento de Estado. Es solo una cuestión procedimental. 

¿Has recibido alguna presión o represalia después de tu declaración en la OEA?

No estoy respondiendo el teléfono. Tengo miedo, no soy un superhéroe… Pero uno no puede dejar que sus miedos sean más grandes que sus convicciones. Sin embargo, no te voy a mentir, sentí mucho miedo cuando hablé en la sesión. Miedo como una persona de carne y hueso, que tiene miedo por su familia. Miedo por mi integridad física y la de mi familia. Estoy en un proceso de limbo jurídico porque no puedo trabajar, no puedo hacer nada, soy un desempleado. Técnicamente, por estos días, sigo siendo embajador, pero un embajador en el limbo. 

Fuentes del Ministerio de Exteriores de Managua relatan que, tras tu declaración, se inició una furiosa investigación para saber si alguien sabía. Una especie de cacería de brujas. ¿Crees que este tipo de acciones van a motivar a otros funcionarios para tomar un camino similar al tuyo?

Solo te puedo decir que tengo esperanzas en los funcionarios públicos, civiles y militares, porque los he oído hablar. Hablan en voz baja porque no pueden hablar en voz alta. Incluso, hablan funcionarios del más alto nivel político, civil y militar, pero cuando se tratan de declaraciones oficiales callan. Callan porque tienen miedo. Tengo que decirte que en los últimos meses varios funcionarios públicos se están yendo, pero se van calladitos por el mismo miedo. Mi caso no es como el de Payo Solís (exmagistrado Rafael Solís). Yo soy palmado y no tengo nada que perder. No es igualito, porque Payo Solís dejó una carta y yo alcé mi voz ante los 34 miembros de la OEA. Lo hice desde la silla de Nicaragua. Con Somoza se hizo desde la silla de Panamá. Esta vez no. Ahora mi futuro es incierto, pero me siento libre. Siento que me quité un yunque de mi alma.