“La democracia es el mejor de los sistemas políticos, con todos sus retos y debilidades. Pero la democracia la construyen seres humanos libres y respetuosos con el sentido de la justicia, que estén dispuestos a humanizar la política, es decir, a recuperar al ser humano en el centro de las decisiones. Y sobre todo a tomar decisiones en las que prima la mejora de la sociedad, y no sólo las prioridades partidistas”. Eso plantea Paloma Durán y Lalaguna, una destacada profesional en el ámbito del desarrollo internacional y la academia de España. Tomando en cuenta lo que dice, quiero aplicarlo a nuestra realidad.
En Nicaragua cada día es más esencial el humanismo para comprender el egoísmo de aquellos que nos tienen sometidos a una dictadura, donde todo lo ilegal les parece correcto, cuyo único fin es tener el control absoluto. Así lo han demostrado recientemente dando un golpe a la Constitución política.
Por tal razón es fundamental humanizar la política desde la política, con organizaciones y políticos que sean respetuosos, incluyentes, solidarios, dialogantes y capaces de ponerse de acuerdo, éticos, firmes, transformadores, eficientes y eficaces para que trabajen con transparencia al servicio de la población. Que el único objetivo sea sacar a la dictadura de los Ortega- Murillo y lograr una transición a la democracia.
Actualmente, la sociedad nicaragüense nos reclama liderazgos modernos e innovadores para el presente y futuro, dejando de lado las prácticas tradicionales. Líderes que hagan fuerza común para luchar contra este sistema dictatorial… Por eso humanizar la política desde la política, es descubrir, convencer y apoyar a nuevos líderes. Las sociedades necesitan líderes humanos, ya no más políticos que usan a la política para su propio beneficio y que se dedican a estar en conflictos en redes sociales por temas ideológicos cuando hay personas presas políticas, exiliados pasando necesidades y un tejido social roto y herido.
Yo, como político, soy de los que creo que para lograr una concertación amplia y diversa se deben generar consensos y poner al ser humano en el centro de la acción, sin dejar a nadie atrás. Eso demanda un trabajo arduo, debido a que requerirá voluntad, liderazgo y una gran capacidad de concentración y madurez política. En una revalorización de la dignidad humana, donde radica el respeto a la vida de todos, siendo este un principio que tiene que estar por encima de cualquier otro valor, ya sea económico, cultural o ideológico.
No es la política la mala, sino son los políticos los que la usan para generar caos y crisis. En un mundo tan convulso lleno de incertidumbre en el que estamos viviendo, es importante seguir abrazando los ideales de libertad e igualdad, el respeto a la dignidad de la persona, la justicia social, el desarrollo económico y, principalmente, la defensa por los derechos humanos.
Sigamos uniendo esfuerzos desde la solidaridad y la empatía, hasta salir de la dictadura y lograr una patria libre para vivir.
ESCRIBE
Luis Blandón
Luis Blandón | Presidente de Unamos. Lic. Contabilidad Pública y Auditoría y máster en gestión pública. Miembro del observatorio Latinoamericano de políticos en Chile.