Nicaragua, un país sin defensores de derechos humanos

Pablo Cuevas es uno de los últimos abogados defensores en huir del régimen Ortega-Murillo: se sintió a salvo cuando cruzó el Río Bravo con su nieto en brazos y se entregó a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Paradójicamente, Nicaragua se queda sin defensores cuando vive la crisis más grave de derechos humanos en Latinoamérica. La dictadura ha eliminado a todos los organismos y persigue, acosa y enjuicia a defensores nacionales. Además, se han expulsado a mecanismos internacionales como la CIDH, la ONU y un representante de la Cruz Roja