En toda lucha política se requieren símbolos, más todavía frente a una dictadura. En distintas latitudes y en distintos momentos de la historia el símbolo también es “un actor político” que cohesiona, inspira y moviliza. Asimismo, para interpretar el pasado, enfrentar el presente y diseñar el futuro, se requieren idearios. Ambas son carencias esenciales en la lucha que hoy libramos por la libertad y la democracia en Nicaragua.
Cada vez estoy más convencido –y la revisión documental que hice para escribir este artículo me convenció más– de que Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, puede ser ese símbolo, por su prédica y por su práctica. Y también por su ideario, plasmado en centenares de editoriales, escritos y alocuciones.
Ese cúmulo de ideas guarda una coherencia, vigencia y pertinencia que podrían sorprender. Aunque, en realidad, esa vigencia es lógica: La mente lúcida, honrada y comprometida de Pedro Joaquín enfrentó desafíos muy similares a los que enfrentamos las generaciones del presente.
Dejaré que sean las palabras del mismo Pedro Joaquín, las que den sustento a mis aseveraciones. Los siguientes párrafos son una selección muy apretada, impuesta por las limitaciones de espacio, pero encierran la suficiente luz para iluminar opiniones:
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Primero, lo primero…
“…porque estamos conscientes de que para pensar en el establecimiento de un régimen más justo, tanto en lo social como en lo económico y lo político, es indispensable salir primero de la dictadura familiar, feudal y dinástica, que nos oprime al extremo de haber sido tergiversados todos los valores de nuestra sociedad y deformado el carácter mismo del nicaragüense…”
¿Qué hacer frente a la dictadura?
“…Contra el fenómeno fraccionador que se ha venido operando en contra de todos para beneficio de unos pocos, lo único que cabe es comenzar a crear un ambiente de unidad, pero sin sectarismos, ni extremismos, y además con esquemas simples y prácticos de modo que a la “paralelización”, que es como decimos paralización, se responda con un esquema unitario y lleno de movimiento y decisión…
…La unidad de todo el pueblo, de los sectores políticos, económicos y sociales, para luchar por la democratización de Nicaragua, es el mandato de nuestra historia y la exigencia apremiante de las circunstancias que vive el país.”
Mi posición frente al contexto político
“Respecto a mi posición dentro del contexto político nicaragüense, ella ha sido bien clara desde hace muchos años y puede definirse en la siguiente forma:
a) La búsqueda de un instrumento civil que permita la participación, en una política viable, de todos los sectores nacionales. b) La búsqueda de reformas sustanciales tanto en lo político como en lo económico y social para que nos conduzcan al desarrollo de una sociedad con mayor contenido de justicia e igualdad. c) La búsqueda de alternabilidad en la función pública. d) Lucha contra la corrupción, el desgobierno, el enriquecimiento ilícito. e) Defensa de los derechos humanos, especialmente cuando son violados en las personas más humildes del país. f) La alianza para lograr esos fines con todas las organizaciones políticas del país. Por sobre todas las cosas creo que hoy más que nunca se necesita evitar las falsas acusaciones y buscar además la manera de que personas responsables rijan los destinos de la nación…”
Necesitamos una verdadera revolución…
“Parece mentira, pero quien implante en Nicaragua la honestidad administrativa con todo el rigor que esta expresión tiene, haría en nuestro país la más elemental y necesaria, de todas las revoluciones… La primera de todas las revoluciones en Nicaragua sigue siendo la revolución de la honradez, y esa no pueden hacerla los que han gobernado durante 30 años subvirtiendo nuestros valores morales…”
Un párrafo con un ideario claro
“Queremos una paz basada en un régimen que cree las condiciones económicas, sociales y políticas que satisfagan las demandas del pueblo; una sociedad justa e igualitario, donde no falten el pan, la educación, la salud y el techo para todos; una comunidad nacional unidad por la confraternidad y no separada por el odio. Queremos autoridades elegidas en procesos electorales justos y honestos, y con la participación de todos los sectores políticos. Ese es el sueño por el cual nuestro pueblo ha luchado por largos años; su lucha y su sangre nos compromete, y estamos dispuestos a hacer honor a ese compromiso.”
La alternativa
“O seguimos permitiendo que la riqueza del país esté congelada en unas cuantas manos; o intentamos una reforma social democrática que descongele la riqueza, que propicie la formación de nuevos propietarios y la distribución equitativa de los bienes; o caemos en el comunismo, proclamando que toda riqueza es del Estado, así como ahora la mayor parte de aquella es de unos pocos privilegiados.
En esta triple disyuntiva, si quienes pensamos y tenemos fuerza para hacer un sacrificio más, no acometemos la empresa de llevar al país por el segundo camino, es decir, por el de la revolución democrática y social con esencias cristianas, habrá seguramente quienes nos lleven por el camino del comunismo. Porque el otro camino, el de los explotadores, ya está definitivamente cerrado.”
Igualdad de oportunidades como condición de la armonía social y política
“En Nicaragua existe una atroz desigualdad de oportunidades, que comienza en la enseñanza, se extiende al campo económico de los salarios, y cubriendo la vida de los ciudadanos en todos sus aspectos, incluyendo el del trato social y el de los privilegios administrativos, llega hasta el cementerio…
…Una nación no es tal, cuando sus diversos componentes viven en esa terrible guerra de niveles; una nación no es tal cuando sus elementos integrantes aparecen siempre divididos en castas, y no pueden llegar a juntarse nunca, a través del esfuerzo propio. En donde no hay armonía no hay gobierno, y en donde no existe igualdad de oportunidades para todos, no puede haber armonía…”
La libertad de expresión es para todos
“Tanto derecho de expresarse debe tener el empresario que reclama una política más justiciera para el desarrollo de la industria, para el aumento de la producción nacional, como un peón humilde reclamando salario más justo; una organización sindical apoyando las razones de un conflicto, o la Junta Comunitaria de un barrio o de un pueblo, exigiendo atención para lograr niveles de vida más elevados.”
Nuestra moral está en quiebra y hay que restablecerla
“Frente al pasado, hay que construir el futuro, hay que encontrar fórmulas positivas y concretas para lograr la reforma de nuestro país, a través de una “mente nueva”, de un pensamiento que tenga sus raíces en el verdadero presente de la humanidad. Puestos en este campo, debemos de comprender primero, que ninguna reforma política, social y económica puede hacerse sin una base de sustentación espiritual que la anime, que la dote de mística, de verdadera razón positiva, pues de lo contrario vendría a ser simplemente una reacción en contra del pasado; pero no una acción encaminada a construir el futuro.
No se puede hablar de reforma en el campo político, económico y social, sin hablar antes de la reforma espiritual que necesita nuestro pueblo, enviciado por el ejemplo de dirigentes que han hecho a un lado toda doctrina, para dedicarse a la lujuria del mando, del enriquecimiento o de unas cuantas obras materiales fachadistas, sin sentido social alguno. Nuestra moral está en quiebra y hay que restablecerla.”
Traición a la patria: los nuevos filibusteros
Pedro Joaquín fue acusado en 1959 de “traición a la patria”. Ante tal circunstancia escribió:
“Desde los tiempos de Walker no se habían visto en Nicaragua juicios por traición a la Patria y por una rara coincidencia, los de hoy siguen el mismo camino de los de antes, pues Walker los hizo contra los patriotas que defendían su suelo, alegando ser él, Presidente de Nicaragua, y algo así como la encarnación de la Patria. En tanto, los patriotas no enjuiciaron a los filibusteros, concentrándose con derrotarlos y erradicar del país su nociva presencia. Esto de ahora, no es por consiguiente nuevo.”
Vendepatrias de ayer y vendepatrias de hoy
“De vendepatria me acusan ahora por haber defendido la libertad de los nicaragüenses a expresarse…los vendedores de su patria son quienes andan en los grandes mercados de la mafia internacional ofreciendo concesiones mediante las cuales van a percibir millones a cambio de entregar o vender a precio cierto en dólares y centavos parte del territorio nacional para que sirva como una base de operaciones petroleras, y entregan o venden a su Patria todos los días, quienes oprimen al pobre, al campesino, al obrero y mantienen un sistema en el cual la igualdad de oportunidades no existe…Pero digan lo que digan de mí, y hagan lo que hagan respecto de mí, yo seguiré mi camino. El camino señalado por las necesidades de la Patria. De la verdadera Patria que es mi pueblo en libertad…”
La razón de mi existencia
“Mientras haya una máquina de escribir, un papel, un micrófono, una plaza pública, un balcón o espacio para hablar aunque sea en la celda de una cárcel, seguiremos denunciando a los inmorales, especialmente cuando trafican con la necesidad social de los más pobres. Esa es la razón principal de nuestra existencia, como hombres, como periodistas y como ciudadanos…”
El golpe que me tiene destinado
Ante los asedios permanentes a que se vio sometido, Pedro Joaquín envió una carta al general Anastasio Somoza Debayle. El último párrafo de esta carta confirma la convicción de quien está dispuesto a afrontar hasta la última consecuencia de sus actos:
“Hacer ver a todos los demás, la verdad de esta insostenible situación y la urgencia de salvar al país pidiéndole pacífica y tranquilamente recordar que Nicaragua es también de nosotros, por lo cual debe usted, si tiene un resto de patriotismo, dejarnos en paz, para permitir así a los otros entendernos, organizarnos y tratar de rescatar a Nicaragua, aunque sea para las generaciones futuras. Y dicho todo esto, espero con la conciencia tranquila y el alma llena de paz, el golpe que ya usted me tiene destinado.”
ESCRIBE
Enrique Sáenz
Es licenciado en Derecho y licenciado en economía, y cuenta con estudios superiores en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, Caracas) y estudios superiores en Historia Latinoamericana (UNAN, Managua). Fue diputado de la Asamblea Nacional de Nicaragua (2007-2016) y gerente de proyecto para asuntos de cooperación y gobernabilidad en la Delegación de la Unión Europea para América Central en Managua. Se desempeñó también como Director Ejecutivo de la Fundación Siglo XXI (1996-1997) y Oficial Ejecutivo en la Representación del PNUD en Nicaragua, entre otros puestos en el gobierno de Nicaragua y organismos regionales.