Complices Divergentes
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Trump paraliza entrevistas para visas estudiantiles en embajadas de Estados Unidos

El Gobierno de Trump suspendió la emisión de visas estudiantiles mientras prepara nuevas reglas que incluirán el análisis de redes sociales de los solicitantes. La medida afecta a quienes buscan ingresar bajo las categorías F, M y J, y se enmarca en un mayor control migratorio tras protestas propalestinas en universidades.


La Administración de Donald Trump ha suspendido temporalmente la emisión de visados de estudiante mientras se prepara para implementar una nueva política que contempla una mayor revisión de las redes sociales de los solicitantes, según informó este martes el portal Politico.

El secretario de Estado, Marco Rubio, envió un cable diplomático a los consulados estadounidenses en el que ordena “con efecto inmediato” no programar nuevas citas para solicitar visados de estudiante o de intercambio (categorías F, M y J) hasta que “se emitan nuevas directrices”, lo cual, estima, ocurrirá “en los próximos días”.

La Administración Trump ya había introducido ciertos requisitos para vigilar la actividad en redes sociales, pero enfocados principalmente en estudiantes que ya contaban con visado y participaron en las protestas propalestinas registradas en diversas universidades del país contra la ofensiva israelí en Gaza.

Según Politico, el cable “no especifica directamente” qué tipo de actividad se evaluará en redes sociales. Por ejemplo, no está claro si publicar una foto de una bandera palestina en una cuenta de X podría motivar un escrutinio adicional.

Consultada al respecto, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, declaró en rueda de prensa que el Gobierno empleará “todas las herramientas” a su disposición para investigar a quienes intentan ingresar en Estados Unidos. “Cada país tiene derecho a saber quién intenta entrar y qué ha hecho esa persona. No es nada nuevo”, afirmó.

El Gobierno de Trump ha puesto en el punto de mira a varias universidades, a las que acusa de ser progresistas o incluso antisemitas, en especial a Harvard, a la que pretende retirar todos los fondos federales y ha prohibido aceptar estudiantes extranjeros.

Como parte de su política migratoria restrictiva, el Departamento de Estado ha cancelado miles de visados, incluidos los de centenares de estudiantes que participaron en protestas propalestinas.

Indignación en Harvard ante el cerco de Trump

Trump paraliza entrevistas para visas estudiantiles en embajadas de Estados Unidos
Vista de la torre Lowell en Harvard, cuya financiación federal fue suspendida por orden de Trump. EFE/EPA/CJ GUNTHER

La amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de vetar a los extranjeros de la Universidad de Harvard sobrevuela el ambiente en la despedida del actual curso escolar de la institución y los ánimos de sus estudiantes: “El campus vive un momento hostil”, afirma a uno de sus alumnos.

La ceremonia de graduación tendrá lugar el próximo jueves y entre carpas en construcción y un flujo constante de turistas, quienes no se han ido a casa por el fin de semana largo del Día de los Caídos (el lunes) aprovechan para hacerse sus primeras fotos con la toga y el birrete entre la incertidumbre por su situación o la de sus compañeros y el orgullo por haberle hecho frente a Trump.

Este mismo viernes Harvard volvió a demandar a la Administración Republicana después de que esta revocara su permiso para matricular a estudiantes extranjeros (que suponen la cuarta parte del estudiantado, 6.793 matriculados en este curso) por presunto “antisemitismo” de la institución.

Wilson, de 27 años y de Taiwán, se preparó durante dos años para ser aceptado. Apenas lleva tres meses en Estados Unidos y si la amenaza de Trump se materializa debería volver a casa. “Todavía estoy en shock y un poco triste, porque tengo muchos planes aquí. No estoy preparado para volver”, señala a EFE este estudiante de Artes y Ciencias.

Pocos alumnos quieren hablar con la prensa y muchos de los que se prestan a hacerlo prefieren pronunciarse solo con su nombre o bajo la condición de anonimato.

Mohamed, el que piensa que el centro atraviesa un momento hostil, no está personalmente afectado, pero sí muchos de sus compañeros. Ellos son los que hacen que, en su opinión, “Harvard sea Harvard” y sin los que él no acaba de ver un futuro para la institución.

“Básicamente lo que el Gobierno está haciendo es limitar la capacidad de Estados Unidos para progresar al impedir que algunas de las mentes más brillantes vengan aquí, estudien y hagan avanzar al país”, señala.

Trump paraliza entrevistas para visas estudiantiles en embajadas de Estados Unidos
Manifestantes leen en voz alta los nombres de palestinos muertos en Gaza, frente a la Universidad de Harvard. EFE.

Entre quienes sí pueden ver revocada tanto su matrícula como su visado hay alumnos que prefieren no caer en el pesimismo: “Lo peor que me puede pasar sería volver a mi país. Nunca me ha asustado nada”, sostiene uno de ellos. Es africano, se encuentra en su segundo año y coincide en que en las aulas “los ánimos están bajos”.

Harvard lleva semanas en el punto de mira de Trump, pero la tensión escaló esta semana, cuando el Gobierno no solo la ha considerado responsable de fomentar la violencia y el antisemitismo, sino también de “coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus”.

Sebastian ni siquiera quiere decir su nacionalidad. Ha cursado Matemáticas, se gradúa esta semana y dice que eligió estudiar ahí “por su diversidad e inclusión de todo el mundo”. “Así que estoy muy sorprendido de que, en primer lugar, esto esté pasando”.

Su compañero de habitación, Eric, de 23 años, dice sentirse “dolido” por la situación. “Ya hemos acabado los exámenes, así que no nos tenemos que preocupar de eso, pero esto añade un estrés adicional”.

A menos de una semana de que acabe el curso, y aprovechando que el lunes es festivo en Estados Unidos, hay más curiosos que alumnos por los edificios y frondosos jardines de la institución. Los guías turísticos recuerdan que se fundó en 1636, y el prestigio de este emblema de la educación estadounidense es el que ha atraído a sus facultades a alumnos de todo el mundo.

“Mucha gente se ha esforzado mucho por estar aquí y su futuro está en el aire”, lamenta Collin, afroestadounidense que eligió Harvard para estudiar Biología por la red de contactos que una universidad así proporciona.

La matrícula es de 59.320 dólares para el año escolar que comienza a finales de este año, y los costos pueden ascender a casi 87.000 si se incluye alojamiento y comida.Collin dice no saber qué desenlace puede haber, pero considera que ya ha habido un paso atrás. “Esto tiene muchos paralelismos con otros momentos en la historia en los que mentes brillantes se han visto obligadas a abandonar un país”.

Su universidad, no obstante, no es la única afectada. La de Columbia, por ejemplo, se encuentra en negociaciones para recuperar los fondos federales que Trump le canceló tras acusarla de tolerancia con el antisemitismo y exigirle cambios, y desde el Ejecutivo ya se ha subrayado que el veto aplicado a Harvard es un aviso para el resto.


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