Castro asume el Gobierno de Honduras bajo una “catástrofe”, pero con la esperanza de hacer revolución

Crónica: La mandataria ha prometido una lucha frontal contra la corrupción con el apoyo de Naciones Unidas. Su Administración se complica con la división del movimiento político que la llevó al poder, Libre, pero cuenta con un gran apoyo popular, mientras los nombramientos de familiares en su gabinete genera críticas


Xiomara Castro se convirtió este jueves en la primera mujer en asumir la presidencia de Honduras en medio de una crisis política que no empañó su investidura, pero que sí podría poner en riesgo su mandato. Unas 57 delegaciones presidenciales acompañaron a la nueva presidenta, demostrando una legitimidad de origen envidiable para el resto de gobiernos de la región que enfrentan severos desgastes producto del autoritarismo, siendo el caso más claro el de Daniel Ortega en Nicaragua. Para algunos analistas hondureños, Castro llega fortalecida, con gestos que “suavizan” el estira y encoge que protagonizaron los diputados de un Congreso dividido. 

La presidenta no cedió a las presiones de un grupo de diputados disidentes de Libre, su formación política, que junto a los votos del Partido Nacional escogieron como presidente de la junta directiva a Jorge Cálix. En su investidura dejó en claro a quién reconoce. En el acto estuvo el ala presidida por Luis Redondo, el presidente designado por la alianza que encabeza Castro y quien según los acuerdos entre las fuerzas políticas debió ser electo en el Parlamento.

La crisis fue suavizada la noche anterior a la toma, en la que Castro sostuvo una reunión con Cálix, a quien le ofreció el puesto de coordinador del gabinete de su Gobierno. “Este acto de su parte, de ofrecerle eso públicamente la coloca frente a la ciudadanía como una mujer que está dispuesta a dejar a un lado los rencores personales por el bien del país, y buscar soluciones dialogadas. Ella sale muy reforzada en términos simbólicos”, aseguró a DIVERGENTES Joaquín Mejía, investigador de política y derechos humanos en Honduras. 

Cálix ha dicho que en los próximos días dará su respuesta al ofrecimiento de Castro. Sin embargo, los analistas creen que el diálogo es la mejor salida a esta crisis que inaugura el mandato de la presidenta. Antes del acto, el diputado de Libre tuiteó: “Le extiendo un fuerte abrazo a la Presidenta Xiomara Castro, estoy seguro que transformará a Honduras”. Los acercamientos entre las dos alas podrían terminar en los próximos días si se llega a un acuerdo que beneficie a ambas partes. Incluso, se ha barajado la posibilidad de designar a un tercer presidente que sea elegido en mutuo acuerdo.

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Salida a la crisis debe ser “política”

Castro asume el Gobierno de Honduras bajo una “catástrofe”, pero con la esperanza de hacer revolución
El rey Felipe VI de España (d) asiste a la investidura de Xiomara Castro como presidenta de Honduras. EFE/Casa de S.M. el Rey

Quien sí ha quedado debilitado es la fracción del partido que Castro representa. Libre anunció la expulsión de los 18 diputados que se rebelaron en el Parlamento, una medida que resta votos al partido. El Gobierno no será nada fácil, pues no cuenta con mayoría en el Congreso, lo cual le obligaría a negociar con sus contrapartes o crear nuevas alianzas. “Libre, ni en alianza con el Partido Salvador de Honduras contaba con mayoría. Estos eventos agregan mayores problemas a su liderazgo y presentan el desafío de recomponer una bancada que al parecer se ha separado y, por lo tanto, se ha debilitado más”, opinó Tiziano Breda, especialista para Centroamérica de la organización Crisis Group.

Para Breda, si en el país no se encuentra una solución a corto plazo a la crisis, se estaría sentando un mal precedente. “Se instalaría una presidencia dada a tener altos niveles de agitación, porque en primer lugar se ampliará esta controversia a lo judicial. Y luego está la incertidumbre y la confusión que provoca la existencia de dos juntas paralelas”, agregó.

La figura de Castro llega en un momento en que los hondureños necesitan nutrir sus esperanzas, tras ponerle fin a más de una década de gobierno del Partido Nacional de Honduras (PNC), encabezado por Juan Orlando Hernádez, expresidente acusado de narcotráfico por la justicia de Estados Unidos. El país tiene una serie de retos con los que deberá lidiar la Presidencia, casi todos enfocados en reducir la pobreza, combatir la corrupción y mitigar las caravanas de migrantes que salen del país hartos, precisamente, de la pobreza, la corrupción y la violencia. “La dictadura de Juan Orlando Hernández ha sido como un ciclón que ha destruido la institucionalidad del país. En los primeros años tocará levantar los escombros y limpiar el lodo”, apuntó Mejía. 

Durante su discurso inicial, la presidenta prometió que en los primeros cien días de su mandato instalará la Comisión Nacional e Internacional para el combate frontal de la corrupción y la impunidad en Honduras (Cicih), con el apoyo de las Naciones Unidas. Les juró a las mujeres de Honduras que no iba a fallarles. Se comprometió a luchar contra los femicidios, a defender los derechos de los indígenas y afrodescendientes. Anunció un subsidio energético para las personas en situación de pobreza. Y sobre todo, se encargó de dejar claro las cuentas del país que acababa de recibir: “La catástrofe económica que recibo no tiene parangón. La pobreza se incrementó al 74% para convertirnos en el país más pobre de América Latina. Esta cifra por sí misma explica la caravana de miles de personas que de todas las edades huyen para el norte, México y Estados Unidos buscando una forma de subsistir”.

Castro tomó posesión en un estadio lleno de simpatizantes y de figuras diplomáticas como el rey de España, Felipe VI; y la vicepresidenta Kamala Harris, de Estados Unidos. La presencia de Harris abre la posibilidad de que ambos países estrechen nuevas relaciones tras los problemáticos vínculos que se mantuvieron durante el pasado mandato de Hernández. Tras la investidura, ambas políticas sostendrán una reunión en la que conversarán sobre temas de interés en la región, sobre todo aquellos relacionados con la migración. 

Un país, doble Congreso

Castro asume el Gobierno de Honduras bajo una “catástrofe”, pero con la esperanza de hacer revolución
La presidente electa Xiomara Castro, llega junto a su esposo y expresidente Manuel Zelaya (d), para la posesión como nueva presidenta. EFE Gustavo Amador.

La presidencia del Congreso se mantiene en un prolongado suspenso, después de que estallara la crisis que derivó en la elección de dos juntas directivas. Los actores no han llegado a un punto en común, a pesar del acercamiento que tuvieron Cálix y Castro la noche anterior.

La elección de Cálix se dio en medio de golpes e insultos, en una acalorada sesión que se saltó los protocolos. Cálix fue elegido como presidente del Congreso Nacional gracias al voto de 79 diputados propietarios: 19 de Libre, 44 del Partido Nacional, 15 del Partido Liberal y uno del Partido Anticorrupción (PAC).


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