La expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla (2010-2014) calificó de “fraude” las elecciones del domingo en Nicaragua en las que resultó reelegido Daniel Ortega y aseguró que esa situación es un riesgo para el resto de Latinoamérica, por lo que urgió una respuesta contundente de la comunidad internacional.
“La situación es preocupante, no solo para Nicaragua y los nicaragüenses, si no que tiene un impacto muy preocupante para toda la región porque definitivamente va a ser un obstáculo para movernos en procesos de reactivación económica, va a abonar a la crisis humanitaria que ya existe en Centroamérica y va a convertirse en una especie de ruta trazada que otros gobernantes con pocas convicciones democráticas pueden estar tentados a seguir”, expresó Chinchilla.
Para la expresidenta costarricense, quien durante su mandato vivió una tensa relación con el Gobierno de Ortega, principalmente por asuntos limítrofes, es necesario que la comunidad internacional responda de forma contundente para aislar a Ortega tras el “fraude” electoral.
“Lo del domingo fue la crónica de un fraude anunciado desde hace muchísimo tiempo. No es más que una culminación de un esfuerzo de casi 15 años de Daniel Ortega por aniquilar la democracia en Nicaragua y lo consiguió: terminó de aniquilar la esperanza democrática a partir de su propia gestión”, lamentó.
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Para Chinchilla, la comunidad internacional perdió la oportunidad de generar acciones preventivas en Nicaragua y dijo que ahora lo que se impone es la aplicación de sanciones. “Si lo que Daniel Ortega hizo queda impune, va a hablar muy mal de la ineficacia de los mecanismos regionales para atender situaciones de deterioro democrático, como es el caso de la OEA (Organización de Estados Americanos), de la efectividad que pueda tener la Administración (del presidente de Estados Unidos) Joe Biden de hacer de la democracia uno de los pilares fundamentales, y va a abonar a la desestabilización regional”, apuntó.
Chinchilla firmó el lunes una declaración junto a los expresidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Ricardo Lagos, de Chile; Juan Manuel Santos, de Colombia, y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) en la que solicitan a Estados Unidos, Canadá, Europa y los países latinoamericanos “denunciar con firmeza el carácter antidemocrático de este acto electoral y llamar a desconocer sus resultados”. Además, piden “profundizar el aislamiento internacional del régimen, incluida la suspensión de Nicaragua de la OEA”.
OEA debe dar un pronunciamiento claro
La exmandataria argumentó que la OEA debe expresar “un pronunciamiento claro en desconocimiento de los resultados” electorales y que la comunidad internacional debe avanzar en “sanciones individuales y económicas” contra Ortega y su Gobierno.
“Es posible que la cosa no sea ni tan fácil ni tan pronta. Lo que no puede pasar es que esto se vaya desvaneciendo y la comunidad internacional, de aquí a dos o tres semanas, vuelva a hacer las cosas como siempre, como si nada hubiera pasado”, dijo.
Chinchilla considera que se requieren “acciones firmes y consistentes” mediante “un paquete de medidas que le duela muchísimo al régimen Ortega-Murillo (la vicepresidenta y primera dama), que paguen un precio por lo que están haciendo”.
La expresidenta considera que en Nicaragua existe “una dictadura” y enfatizó en la urgencia de que la comunidad internacional entienda su rol en la defensa de la democracia.
“Si la comunidad internacional no entiende que es el momento de defender la democracia y evitar que situaciones adicionales se presenten en la región y que tiene que actuar frente al caso de Nicaragua y debe hacerlo ya, vendrán muchas Nicaraguas más, porque Daniel Ortega estaría inspirando a otros gobernantes de muy pocas convicciones democráticas de nuestra región a que sigan la misma ruta”, advirtió sin mencionar nombres.
Pese a la situación, Chinchilla celebró la poca asistencia de nicaragüenses a las urnas, algo que calificó como “poderoso” en un proceso electoral en el que 7 aspirantes de oposición se encuentran detenidos, tres partidos fueron cancelados y fueron arrestados dirigentes políticos, sociales, periodistas y empresarios. “Algo poderoso sucedió, que fue el gesto de gran valentía, casi heroico, del pueblo nicaragüense de haberse quedado en su casa ante lo inevitable. Este silencio fue muy potente”, declaró.