El cónsul honorario de Daniel Ortega en México, Elias Gerardo Valdés Cabrera, recibió a través de su empresa Servicios Especializados de Investigación y Custodia (SEICSA) al menos 130 contratos del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, valorados en más de 160 millones de dólares, según una investigación publicada por Latinus, un medio de comunicación conducido por el periodista Carlos Loret de Mola.
Valdés Cabrera, fue nombrado por el régimen sandinista en Coahuila en 2019 y en Nuevo León en 2023. El cónsul honorario es socio mayoritario de SEICSA mientras que como accionista minoritario está registrado Víctor Manuel Torres Moreno, quien fue titular de la División de Inteligencia de la Policía Federal en el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
“En las plataformas de transparencia aparece sólo un contrato a SEICSA en el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero durante el Gobierno de López Obrador, de 2019 a 2022, obtuvo al menos 130 contratos que suman 3 mil millones de pesos (162 millones de dólares aproximadamente)”, cita el medio de comunicación.
Latinus señala que Valdés Cabrera es un empresario de bajo perfil que ha aprovechado la buena relación del Gobierno de AMLO con el del régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Y que sus negocios se han fortalecido con los recursos públicos entregados por la administración mexicana.
Su empresa está dedicada a ofrecer servicios de seguridad y espionaje industrial. La Comisión Nacional de Electricidad, el Banco del Bienestar y el Instituto para Devolverle al Pueblo Lo Robado son algunas de las instituciones que han contratado a la compañía del cónsul honorario para desarrollar su trabajo.
“El año pasado la Fiscalía General de la República le adjudicó 19 contratos que vencen en 2025 por el servicio de seguridad y vigilancia de las instalaciones. SEICSA ha recibido los contratos a pesar de estar señalada por la Auditoría Superior de la Federación y de las denuncias realizadas por sus trabajadores y extrabajadores quienes acusan sueldos bajos, descuentos ilegales y falta de seguridad social”, señala Latinus.

En Coahuila, una de las oficinas funciona como centro de atención y orientación para nicaragüenses, según información del Instituto Nacional de Migración.
“¿Qué hace un cónsul honorario de Nicaragua volviéndose súbitamente multimillonario contratista de la 4T? Es un misterio”, preguntó el periodista Loret de Mola en una columna publicada en el diario El Universal de México.
Según la Secretaría de Relaciones Exteriores, los cónsules honorarios son personas de reconocida probidad en sus comunidades, profesionistas, empresarios o individuos conocidos ampliamente en la ciudad o región en la que representan a un país extranjero.
“El señor Valdés era un empresario de bajo perfil, dueño de una empresa de seguridad privada. A partir de su nombramiento como cónsul honorario de la dictadura de Nicaragua, su negocio con el Gobierno despegó estratosféricamente”, insistió el periodista.