La “democracia” fue la bandera esgrimida en protestas de distinto signo que este martes se desarrollaron frente las puertas del hotel Sheraton de Buenos Aires, durante el desarrollo de la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada este martes en la capital argentina.
Por un lado, desfilaron los contrarios a la invitación hecha a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; Nicaragua, Daniel Ortega; y Cuba, Miguel Díaz-Canel, de los que solo este último asistió a la cita.
Enfrente estaban los defensores de la ‘Patria Grande’ (concepto geopolítico que agrupa a todos los países de la región), quienes se acercaron al hotel Sheraton para apoyar a mandatarios de izquierda, como Alberto Fernández (Argentina), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Luis Arce (Bolivia)
Un vallado perimetral con cientos de efectivos policiales separaba a la muchedumbre concentrada junto a la conocida Torre de los Ingleses, uno de los monumentos más fotografiados de Buenos Aires, para defender “la unión latinoamericana” y la “democracia” y expresarse en contra de la presencia de gobernantes que consideran como “dictadores”.
Daniel Ortega no asistió a la Celac, confirmó su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. En lugar de Ortega fue el canciller Denis Moncada, quien expondrá la posición del país centroamericano esta tarde en Buenos Aires, informó la también primera dama, en una comparecencia a través de la prensa oficial.
Los preparativos de esta cumbre han estado marcados por la polémica en Argentina, ya que la oposición al Gobierno de Alberto Fernández denunció las violaciones a los derechos humanos del presidente venezolano Nicolás Maduro, el cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega.
Maduro tampoco va
La cancelación del viaje por parte del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, causó agrado entre estos últimos manifestantes. “Siento un poco de satisfacción de que Maduro no haya venido porque lo pusimos en jaque. Él es un cobarde y solo se siente grande en Venezuela porque los corruptos que están cerca de él lo apoyan, pero acá no se lo íbamos a permitir y no fue capaz de venir”, expresó Yarisler Villegas, una ciudadana venezolana que reside en Argentina desde hace cuatro años.
Ella y sus compañeros asistieron a la marcha para exigir “respeto a la democracia” y denunciar la llegada de “dictadores” a un país como Argentina, que se liberó de la dictadura hace cuarenta años.
“Vine a la Argentina porque la crisis y la delincuencia en mi país es muy fuerte. Al cuarto día de ser mamá, se metieron a mi casa y me robaron todo lo que tenía, hasta los pañales que había ahorrado durante mi embarazo, porque en Venezuela no hay y son muy caros”, relató la mujer, de 28 años, quien forma parte de los siete millones de venezolanos que salieron de su país de origen debido a la severa crisis social, política y económica.
La marcha demuestra el rechazo que sienten los pueblos de América Latina por el aumento del totalitarismo, manifestó Alain Espinoza, otro manifestante, quien vive en Argentina hace diez años e integra el equipo jurídico de ‘Cubalex’, una ONG que se dedica a la defensa de los derechos humanos en su natal Cuba. “Estamos reunidos manifestándonos personas de diferentes países, incluso con quienes piensan de forma contraria a nosotros, y sin embargo estamos todos acá expresándonos, porque contamos con un Estado de derecho”, comentó.
Mientras tambores y trompetas reproducían el himno argentino, los manifestantes gritaban consignas reclamando el fin de la “dictadura de Maduro” y pidiendo una “Cuba Libre”.
“Esto en Cuba, Venezuela o Nicaragua sería imposible, porque seríamos sometidos a persecuciones, desapariciones forzadas de personas, torturas y encarcelamientos, donde se usa el derecho penal como un castigo para evitar todo tipo de disenso en la sociedad”, denunció el abogado Alain Espinoza.
Chavismo celebra
En la vereda de enfrente, a pocos metros y separados por un cordón policial, militantes de organizaciones chavistas y peronistas ondeaban las banderas y clamaban en apoyo a la integración de los pueblos latinoamericanos.
Uno de ellos fue Ángel Barriolleta, un venezolano militante de Chavismo Sur, organización política que aglutina a “revolucionarios bolivarianos” en Buenos Aires. “Estamos acá apoyando el sueño por el cual lucharon tanto Bolívar y San Martín, cuando hablaban de la ‘Patria Grande’. Nosotros blandimos (sic) esas banderas, luchando para que se convierta en realidad”, expresó Barriolleta, quien vive en Buenos Aires desde hace tres años y se define como un chavista revolucionario.
Hace tres años que vive en el país suramericano trabajando como empleado municipal, puesto que ejerció en Maracaibo durante 20 años, pero se fue de Venezuela por “el bloqueo y las sanciones” del entonces presidente estadounidense Donald Trump (2017-2021). “Estoy en Argentina gracias a (Donald) Trump”, dijo en alusión a las sanciones económicas contra el Gobierno venezolano adoptadas durante la administración del anterior presidente estadounidense (2017-2021). “Agradezco al pueblo argentino porque nos dio cobijo. Particularmente no me siento un migrante porque estoy dentro de mi ‘Patria Grande’”, destacó Barriolleta.
Detrás de la primera línea de manifestantes chavistas figuraba una columna del movimiento peronista ‘Octubres’, con Gastón Harispe liderando la marcha. “Para nosotros aparece una nueva oportunidad de articular la región, luego de que se hubiera frenado el proceso en 2015, producto del proceso destituyente en Brasil, la derrota electoral y persecución al movimiento popular en la Argentina”, dijo a.
“En la Celac se abre la articulación de procesos políticos y económicos en la región que fundamentalmente tienen el fortalecimiento de las instituciones y la democracia para poder avanzar y desarrollar la economía”, subrayó.