Durante el acto del 44 aniversario de la constitución del Ejército de Nicaragua, el dictador Daniel Ortega expresó su interés por formar parte de los BRICS, un bloque que “desafía” el orden mundial dominado por Estados Unidos y sus aliados occidentales.
“Estamos tocando la puerta porque ese es el mundo multipolar. Los BRICS es donde los países más poderosos se unen con los países más empobrecidos porque unen fuerzas para luchar contra la pobreza y el hambre”, dijo el dictador sandinista.
En su discurso Ortega aseguró que “los BRICS se están abriendo camino en el mundo y los imperios de la tierra están tratando de evitar la integración entre las naciones que quieren cooperar no para invadir o bombardear otro país sino para fortalecer las relaciones económicas y sociales en la lucha por la paz”.
Pero, ¿qué son los BRICS?
El acrónimo BRIC, que inicialmente no incluía a Sudáfrica, fue acuñado en 2001 por el entonces economista jefe de Goldman Sachs, Jim O’Neill, en un trabajo de investigación que subrayaba el potencial de crecimiento de Brasil, Rusia, India y China.
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El bloque fue fundado y financiado por Rusia como un club informal en 2009 para proporcionar una plataforma para que sus miembros desafiaran un orden mundial dominado por Estados Unidos y sus aliados occidentales.
El grupo no es una organización multilateral formal como las Naciones Unidas, el Banco Mundial o la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). En este bloque los jefes de Estado y de gobierno de los países miembros se reúnen anualmente y cada nación asume una presidencia rotatoria del grupo durante un año.
¿Qué países son miembros?
Brasil, Rusia, India y China son los miembros fundadores. Sudáfrica, el miembro más pequeño en términos de influencia económica y población, fue el primer beneficiario de una expansión del bloque en 2011, cuando el grupo pasó a ser conocido como BRICS. Juntos representan el 23 % del PIB mundial, el 42 % de la población y más del 16 % del comercio global.
Además de la geopolítica, el enfoque del grupo incluye la cooperación económica y el aumento del comercio y el desarrollo multilateral. El bloque opera por consenso y todos los países miembros forman parte del Grupo de los 20 (G20) de las principales economías.
Más de 40 países, entre ellos Argelia, Bolivia, Indonesia, Cuba, República Democrática del Congo, Comoras, Gabón y Kazajistán han expresado interés en unirse al foro, según el presidente de la cumbre Sudáfrica 2023, Anil Suklal.
Estos países ven a los BRICS como una alternativa a los organismos globales que se consideran dominados por las potencias occidentales tradicionales y esperan que la membresía genere beneficios que incluyen la financiación del desarrollo y un mayor comercio e inversión.
La insatisfacción con el orden global entre los países en desarrollo se vio exacerbada por la pandemia de Covid-19 cuando los países ricos acapararon vacunas que salvan vidas.
La agenda de la cumbre de los BRICS 2023 incluyó la búsqueda de alternativas al dólar en sus transacciones comerciales. Los BRICS crearon en 2015 el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) con la ambición de representar una alternativa al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Nicaragua en el BRICS?
Aunque Nicaragua no sea una economía emergente, ha sido tomada en cuenta como uno de los países miembros propuestos para la cumbre del próximo año.
“Nicaragua reconoce en los BRICS una poderosa iniciativa que nos permitirá fortalecer el mundo multipolar y cambiar el modelo económico injusto, colonialista e imperialista”, publicó el régimen Ortega-Murillo el 24 de agosto, al saludar el ingreso de Argentina, Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán a los BRICS.
Estos seis países se convertirán en miembros de pleno derecho de los BRICS a partir del 1 de enero de 2024. La ampliación del grupo forma parte de su plan para ganar influencia y poder remodelar la gobernanza global hacia un “orden mundial multipolar”.
El gobierno de Sudáfrica estuvo trabajando este año en una lista de “directrices” para la entrada de nuevos miembros, sin embargo, no se han hecho públicos aún los lineamientos y requisitos. Teniendo en cuenta la diversidad geográfica, económica y política de los aspirantes, “resulta difícil ver cuáles podrían ser los criterios de una posible expansión”, explicó a la agencia AFP John Stremlau, especialista en relaciones internacionales en la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo.
Por otro lado, representantes de Nicaragua hicieron presencia en el Foro Internacional de Innovación BRICS, celebrado en Moscú, Rusia, plataforma utilizada para crear vínculos de cooperación tecnológica entre naciones y empresas convergentes. El evento se desarrolló en el período del 27 al 29 de agosto, siendo organizado por funcionarios de la Federación Rusa.
“Nicaragua ve perspectivas y oportunidades para la alianza BRICS y pretende fortalecer su cooperación con sus países miembros”: así lo anunció Iván Acosta, ministro de Hacienda y Crédito Público de Nicaragua, al margen del VII Foro Económico del Este (EEF) en septiembre de 2022.
Sin embargo, por el momento es dudoso saber si Nicaragua logrará ser miembro del bloque en los próximos años.
Futuro incierto para el bloque
México se preveía como uno de los países principales para lograr ser miembro en los próximos años, pero el actual presidente Andrés Manuel López Obrador se retractó sobre esas intenciones.
Pese a la relevancia del BRICS en la economía mundial y al interés de más de 30 naciones por adherirse, el gobierno de México ha descartado su intención de pertenecer a este grupo.
Incluso el pasado 8 de agosto, López Obrador rechazó esta posibilidad porque el país está concentrado en sacar el máximo provecho al T-MEC, acuerdo que surgió para sustituir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, más conocido por sus siglas NAFTA o TLCAN, cuyo objetivo era facilitar el comercio exterior entre México, Estados Unidos y Canadá.
“Nosotros tenemos buenas relaciones con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá. Y por nuestra vecindad nos conviene mantener la cooperación con esos países que son muy buenos mercados”, dijo Obrador en su habitual conferencia matutina de ese día.
“No vamos a participar en este bloque, esta asociación (de los BRICS). Desde luego, celebramos que lo hagan otros países; sin embargo, por razones económicas, de vecindad, por razones de geopolítica, nosotros vamos a continuar fortaleciendo la alianza de América del Norte y de toda América”, añadió.
En adición, entre los expertos hay división sobre si la alianza puede funcionar de forma fluida. Entre las razones citadas por los especialistas, resaltan el antagonismo inevitable entre China e India, la inestabilidad que aportan países como Rusia (y ahora Irán) a la mezcla, y las posibles incompatibilidades que puede haber entre las visiones de sus miembros.
“Creemos que es poco probable que el grupo se convierta en una entidad geopolítica coherente, y mucho menos que sea capaz de reducir el protagonismo del dólar estadounidense en las finanzas mundiales, uno de los principales objetivos de los BRICS”, señaló Leo Morawiecki, Investment Specialist de Abrdn a CincoDías de El País. Justamente, puede ser que la rivalidad entre los dos países más poblados del mundo puede ser el mayor escollo para el éxito de los BRICS. De hecho, fuentes de la agencia Bloomberg sugieren que el presidente chino, Xi Jinping, podría no asistir en persona a la cumbre del G20 en Nueva Delhi el 9 de septiembre con motivo de la compleja situación de Pekín con su vecino del sur.
“La constante disputa entre India y China por las fronteras hace que la tensión entre ambos países siga siendo elevada. India cree que el mejor foro para promover sus intereses nacionales es uno en el que China no esté presente o tenga menos influencia, como el G20 o la Quad [Quad, oficialmente el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, es un grupo de cuatro países: Estados Unidos, Australia, India y Japón]”, responde Morawiecki.
En este contexto, el experto de Abrdn señala que la gran divergencia de intereses y puntos de vista dentro de los BRICS no hará sino aumentar a medida que aumente el número de miembros, lo que dificulta que el grupo encuentre una voz única.