Daniel Ortega y su profunda relación con la “causa palestina” que lo lleva a no condenar el terrorismo de Hamás

Uno de los miembros del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, Ramzi Rabah, llegó este lunes a Managua. Por otro lado, el régimen Ortega-Murillo, a través de la Asamblea Nacional, aprobó una declaración en solidaridad con Palestina en medio del conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamás, acusado de terrorismo y financiamiento ilícito y bélico. Pero, ¿cómo y cuándo nació esta relación entre Daniel Ortega y Palestina? El equipo de Diver-Check te explica


“Nicaragua se solidariza con el pueblo palestino, reiterando que somos un país amante de la paz”, reza la declaratoria aprobada por la Asamblea Nacional. “Condenamos la ocupación de la Franja de Gaza que genera una grave situación humanitaria del pueblo palestino, ocupación que produce víctimas y dolor en la población”. 

Anteriormente, en un comunicado titulado “Basta ya de víctimas y dolor”, el régimen Ortega-Murillo condenó “enérgicamente, como siempre, esta trágica, dramática situación que empeora continuamente, frente a la soberbia, la ceguera, incomprensión e inacción de la comunidad internacional y particularmente de las Naciones Unidas”.

“Los pueblos palestinos e israelí tienen derecho a vivir seguros y en paz. Debemos respetuosamente contribuir al diálogo que asegure sus derechos y el reconocimiento pleno de sus Estados”, abogó Nicaragua.

Sin embargo, no existe ningún tipo de condena sobre el ataque terrorista de Hamás contra Israel por parte del régimen. Hasta ahora, en el conflicto entre Israel y Hamás el número de víctimas asciende a 1300 muertos y 3200 heridos en Israel; y 1537 muertos en Gaza y más de 6000 heridos.

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El inicio de las relaciones Frente Sandinista-Palestina 

Nicaragua fue el primer país centroamericano en establecer relaciones con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el más sólido aliado de su causa en Centroamérica.

La relación entre sandinistas y palestinos inició en enero de 1966, cuando se celebró, en La Habana, Cuba, la primera conferencia de solidaridad con los pueblos de África, Asia y América Latina, que se conoció como la Tricontinental.

Daniel Ortega y su profunda relación con la “causa palestina” que lo lleva a no condenar el terrorismo de Hamás
Yasser Arafat y Daniel Ortega con el periodista nicaragüense Roberto Sánchez en los años 80.

La relación de solidaridad existente entre Cuba y Nicaragua “revolucionarias” con la causa palestina fue resultado de un momento coyuntural. Los palestinos fueron cruciales para que los sandinistas se reorganizaran militarmente en 1969, después de que habían sido derrotados en 1967 por la Guardia Nacional, en Pancasán, una zona montañosa de Matagalpa, donde perdieron a una buena parte de sus mejores combatientes, explica en un ensayo el mexicano especialista en temas latinoamericanos, Carlos Fernando López de la Torre.

Sin embargo, fue hasta 1969 que se fortalecieron las relaciones, cuando uno de los jefes del Frente Sandinista (FSLN), José Benito Escobar, se reunió en México con tres representantes de la recién creada Organización para la Liberación Palestina, nacida en 1964.

Entrenamientos militares palestinos al FSLN

Acordaron que los palestinos entrenarían a miembros del FSLN en Argelia y en Líbano. Se trataba en esencia de hijos de familias ricas, estudiando en Europa, que se habían unido al grupo guerrillero sandinista, y otros que estudiaron en Moscú, en la Universidad Patrice Lumumba.

Algunos de ellos fueron Enrique Schmidt, Patricio Argüello Ryan, René Vivas, Leticia Herrera, Eduardo Contreras, Pedro Arauz Palacios. También Juan José Quezada, José Valdivia, Jacobo Marcos Frech, entre los más conocidos.

El apoyo militar de los palestinos a los sandinistas continuó durante la década de 1970, en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.

Algunos descendientes de palestinos en Nicaragua también se sumaron a los sandinistas, impulsados porque estos apoyaban la causa palestina. Algunos de ellos fueron Omar y Soraya Hassan, Amin Halum, Mauricio Abdallah y Suad Marcos Frech. Anteriormente, también se había unido Selim Shible.

En 1979, los sandinistas establecieron relaciones diplomáticas con los palestinos y, en 1980, para el primer aniversario de la revolución sandinista, el entonces principal dirigente de los palestinos, Yasser Arafat, fue uno de los invitados especiales al evento.

Los giros diplomáticos de Nicaragua con Palestina e Israel

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Encuentro entre el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y el líder palestino Yasser Arafat, en la ciudad de Berlín, en conmemoración al 40 aniversario de la República Democrática de Alemania, en 1989.

En marzo de 2010 el Gobierno de Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Israel en protesta por el asalto a la embarcación turca Mavi Marmara, por parte del Ejército israelí, hecho en el que perecieron nueve personas. En ese momento, el entonces embajador de Palestina en Nicaragua, Mohammad Saadat, celebró la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel. 

La medida no tuvo un impacto significativo en las relaciones comerciales entre los dos países, pero supuso un golpe a la diplomacia israelí en la región, ya que otros países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) como Bolivia y Venezuela, también rompieron relaciones con Israel.

En un giro inesperado de política exterior, Nicaragua anunció en marzo de 2017 la reanudación de las relaciones con Israel. Varias hipótesis se plantearon para explicar este giro de política exterior. 

Según el diario La Prensa, el presidente Ortega habría tomado esa decisión con el afán de impedir que el Congreso de EE. UU. aprobara la “Nica Act”, que implicaría sanciones contra el país.

El temor de Ortega al “lobby judío” 

Según el diario, los cabilderos del Gobierno de Nicaragua en Washington habrían advertido a Ortega que el “lobby judío” tenía un gran poder y, por lo tanto, sería muy importante “aparentar un cambio positivo en el enfoque internacional y sobre todo una relación normal con el Estado de Israel”.

Según el diario israelí Haaretz, el restablecimiento de relaciones habría sido producto de una compleja serie de negociaciones secretas, mediaciones de terceros países y promesas de ayuda económica e inversiones. Este proceso habría implicado varias visitas secretas a Nicaragua de Modi Efraim, subdirector general de la Cancillería israelí para América Latina. 

Como parte del acuerdo, Israel se habría comprometido a “instar a hombres de negocios israelíes a invertir en Nicaragua”. El restablecimiento de relaciones fue celebrado por la Cancillería israelí. Según uno de sus funcionarios “este es un logro diplomático, porque este es un Estado que ha sido extremadamente crítico con nosotros. Estaba conectado con Cuba, conectado con Irán y dio a los palestinos una ayuda considerable”.

Sin embargo, ambas tesis no son incompatibles entre sí, y, de hecho, son compatibles con una tercera, que señala que Ortega habría decidido restablecer relaciones con Israel para congraciarse con los sectores evangélicos del país afines al sionismo-cristiano que, durante esas fechas, celebraron la medida con actos de oración y alabanzas.

Acercamientos paralelos con Israel y Palestina

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Gustavo Porras con su homólogo palestino Rawhi Fattouh durante su visita a Nicaragua en julio pasado. Foto: Asamblea Nacional.

El restablecimiento de relaciones con Israel fue una decisión pragmática y no implicó un distanciamiento con Palestina. Al contrario, fue simultáneo a un estrechamiento de las relaciones con Palestina. 

En octubre, apenas unos meses después del restablecimiento de relaciones con Israel, Nicaragua fue anfitriona del IV Congreso de la comunidad Palestina en Latinoamérica y el Caribe (COPLAC)

En esa ocasión el canciller Denis Moncada afirmó que su país “continuaría apoyando a Palestina en su reconocimiento como Estado independiente y las garantías de sus derechos” (…). “Reiteramos el cariño fraterno, solidaridad y apoyo firme de Nicaragua al pueblo y Gobierno de Palestina”. 

En agosto de 2019 Nicaragua abrió una embajada en Ramallah, la sede del Gobierno y la capital de facto del Estado de Palestina, situada en Cisjordania, a 15 kilómetros al noroeste de Jerusalén.

En julio de 2023, el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, y su homólogo palestino, Rawhi Fattouh, dialogaron sobre las relaciones entre ambos poderes del Estado. También conversaron sobre la creación de una asociación entre los parlamentos de Nicaragua y Palestina.

La embajada nicaragüense en Palestina

En el año 2019, el régimen Ortega-Murillo designó como su embajador a Mazen Khuffash, un ciudadano nicaragüense de origen palestino de la ciudad cisjordana de Nablus.

El canciller de Palestina, Riad al-Maliki dijo que Khuffash se encontraba en Ramallah y estaba cooperando con la Cancillería palestina para facilitar la instalación de la misión nicaragüense, y este expresó “su esperanza de que se abran más embajadas en Palestina”.