A 48 días de que los presos políticos salieran de la cárcel El Chipote y fueran desterrados hacia Estados Unidos, los opositores nicaragüenses han vuelto al escenario internacional para denunciar al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. De estar encerrados en celdas de máxima seguridad, sufriendo torturas físicas y psicológicas, Tamara Dávila, Félix Maradiaga y Lesther Alemán saltaron a grandes escenarios políticos tales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Cumbre Mundial por la Democracia, presidida por el presidente Joe Biden, para pedir por la democratización de Nicaragua.
Tamara Dávila compareció en la sesión ordinaria del Consejo Permanente de la OEA desde la silla del Gobierno de Chile, encabezada por el embajador Sebastián Eugenio Kraljevich. Una situación que no se veía desde 1979, cuando el entonces canciller de Panamá ante el organismo, Juan Antonio Tack, cedió la silla de su país para que el sacerdote Miguel D’Escoto Brockmann, denunciara las atrocidades de la dictadura somocista.
La activista aprovechó la atención del foro para exponer su situación de destierro, las represalias del régimen contra su familia y para pedir a los miembros del organismo que usen su “voz” y “poder” para lograr una transición democrática en Nicaragua y poner fin a los “crímenes” e “impunidad” de la dictadura Ortega-Murillo.
“En Nicaragua el terror continúa; 10 de cada 100 nicaragüenses ha huido del país en los últimos cinco años; hay más de 37 personas presas políticas, entre ellas el obispo Rolando Álvarez. Sufren torturas psicológicas y físicas diariamente. No podemos olvidarlas. Martin Luther King dijo que la injusticia en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes”, sostuvo la opositora.
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Con su voz entrecortada, la opositora señaló que, a pesar de que tiene 48 días en libertad, aún no ha podido reencontrarse con su hija, quien a diario pide a Dios que (el régimen) le entregue el “papelito” para poder viajar. Se refiere a los pasaportes u otros documentos que la dictadura se ha negado entregar a los familiares desterrados el pasado nueve de febrero.
“La Corte Interamericana ordenó nuestra liberación en el 2021 y esta orden fue desacatada, el desacato continúa, pues expatriación, destierro y exilio no es libertad… La dictadura mantiene rehenes a nuestras familias, hijos e hijas; les intimida y vigila, impidiendo hasta ahora la salida de muchos de ellos para la reunificación”, manifestó Dávila.
Añadió que, al igual que ella usó su derecho de resistir en la celda y poder continuar alzando su voz ahora mismo en la OEA, los países miembros también pueden hacerlo. “Señoras y señores embajadores, Nicaragua sigue necesitando de la voz y las acciones de sus países para lograrlo”, clamó.
El desafío de los desnacionalizados
El exaspirante a la presidencia y exreo político, Félix Maradiaga, también expulsado de Nicaragua en el vuelo hacia EE. UU., por su parte entregó un documento escrito a la comisión, en el que denunció las violaciones sistemáticas de los derechos civiles y políticos; la privación arbitraria de la nacionalidad; los desafíos que están enfrentando los desnacionalizados para lograr la reunificación familiar, y la persecución religiosa permanente.
“A pesar de la voluntad de muchos gobiernos de darnos la bienvenida como refugiados políticos (…) el régimen de Ortega no está permitiendo que muchos familiares obtengan pasaportes, lo que los convierte en rehenes”, señaló Maradiaga en el escrito.
El opositor enfatizó que el acto de despojar arbitrariamente de la nacionalidad a buena parte del movimiento “prodemocrático” es un acto ilegal y cruel de la dictadura. “No sólo se ha llevado a cabo un exilio forzoso, sino que también se han confiscado las propiedades de varios de los exiliados”. Además, solicitó al organismo tomar en consideración “este nuevo abuso a los derechos humanos y tome las medidas pertinentes en el marco del derecho interamericano”.
En la sesión de este miércoles, la primera que la OEA celebra desde la llegada de los 222 expresos políticos a Washington, también intervino el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), el juez Ricardo Pérez, quien señaló que Nicaragua no ha adoptado “ninguna decisión” en línea con las medidas provisionales o las recomendaciones que la Corte expuso.
El pasado 29 de noviembre, la CorteIDH elevó a la Asamblea General de la OEA la situación de desacato de Nicaragua, que no cumplió en su momento las numerosas órdenes del organismo de liberar a 45 opositores encarcelados.
“Quienes permanecen en Nicaragua se encuentran en un estado de desprotección absoluta”, manifestó Pérez, quien recordó que, en respuesta a las órdenes de la CorteIDH, Nicaragua remitió 19 comunicaciones en las que manifestó su rechazo a esas medidas por considerar que seguían un “guión impuesto por Estados Unidos” e incluían una “narrativa parcializada”.
Lesther Alemán ante Biden
Otros de los expresos políticos que se pronunció este miércoles fue Lesther Alemán, líder estudiantil y miembro de la Alianza Nicaragüense Universitaria. En su discurso, durante la II Cumbre por la Democracia, organizada por Estados Unidos, pidió a los Estados miembros que sean “nuestro eco ante estas denuncias”. El evento fue presidido por el presidente Joe Biden.
“Es necesario que ustedes como líderes mundiales nos acompañen a los nicaragüenses a restablecer el respeto y la garantía de nuestras libertades y derechos fundamentales, a encontrar justicia para las víctimas y a promover la participación de los jóvenes en el activismo político”, dijo.
La voz de Alemán se volvió a escuchar en un espacio político luego de permanecer 582 días encarcelado en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ, mejor conocida como El Chipote), recibiendo torturas psicológicas por el régimen de Ortega y Murillo. El estudiante universitario relató que durante los interrogatorios se le acusó de haber sido “entrenado por la CIA” desde niño, entre otras afirmaciones que él considera absurdas.
De hecho, durante entre 2021 y 2022, su organización, AUN, lanzó varios llamados de alerta ante un “deterioro psicológico” debido a los interrogatorios. Hoy, viviendo un destierro impuesto por el régimen en Estados Unidos, Alemán vuelve a denunciar al partido de gobierno y a solicitar mayores medidas por parte de la comunidad internacional.
“Daniel Ortega ganó el control, pero perdió el poder después de la farsa electoral del año 2021. Se aferra a estrategias efímeras de imponer el miedo, pero en Nicaragua las dictaduras terminan por un pueblo nicaragüense que tiene vocación de libertad, democracia y de justicia”, enfatizó.
Alemán también recalcó que al régimen de Ortega y Murillo le espera un derrotero similar al de la dinastía de los Somoza en el siglo pasado. “Pasarán a la historia, a las páginas más oscuras de nuestra trágica, pero también gloriosa historia”, manifestó.