Darío Richarte es uno de los abogados que lidera la acusación ante la justicia argentina sobre los crímenes cometidos desde abril de 2018 por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Richarte junto a su colega, Diego Pirota, interpusieron la denuncia desde agosto, pero este miércoles cinco de octubre un juez federal abrió la investigación, lo que llamó la atención a nivel internacional, “porque ahora existe un lugar en el mundo (Argentina) donde se abrió una investigación sobre los crímenes que se están cometiendo en Nicaragua”, dijo Richarte en esta entrevista con DIVERGENTES.
Richarte desde hace 20 años es profesor de Derecho Penal Internacional en la Universidad de Buenos Aires. En sus aulas de clases, la deriva autoritaria de Ortega y Murillo era un caso de estudio para mostrar “todo lo que está mal y todo lo que no debe ser un gobierno en un país”, asegura Richarte.
No fue difícil, entonces, para los abogados arrancar con esta iniciativa, sobre todo después de conocer las pocas probabilidades de que las víctimas puedan acceder a la justicia en Nicaragua. La justicia federal Argentina también tiene cierta experiencia en investigar crímenes de lesa humanidad ocurridos en otros países, como los del Franquismo en España y el genocidio denunciado por el pueblo Rohingya en Myanmar. Estos antecedentes, y que “el Poder Judicial de Argentina es en cierta medida independiente del Poder Ejecutivo y hay divisiones de poderes”, dice Richarte, llevó a los penalistas internacionales a elaborar la denuncia a partir de entrevistas con las víctimas nicaragüenses y los informes de organismos de derechos humanos.
Además de las motivaciones para abrir esta investigación, el abogado Darío Richarte en esta entrevista explica cómo es el proceso, los pasos a seguir, los alcances que puede tener la investigación y las repercusiones en los denunciados, quiénes deben ser citados al proceso, y de no asistir, “puede pedirse la captura internacional”, afirma el abogado. “Esto es un granito de arena. Esperemos que sirva para algo, es muy difícil. Es algo que se abre nuevo, que como todo lo nuevo, trae un poco de esperanza, y después va a depender de múltiples factores, pero nosotros estamos con muchas ganas”, agrega.
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¿Cuáles fueron las motivaciones para abrir esta investigación en Argentina?
La República Argentina, desde el retorno a la democracia, ha demostrado un fuerte compromiso con la comunidad internacional en la promoción y la protección de los derechos humanos que se ha manifestado, por ejemplo, a través del ejercicio de la jurisdicción universal que implica la investigación de crímenes internacionales que ocurren en otros lugares del mundo, pero que no son investigados en los países en los que se cometen ni en tribunales penales internacionales.
La violación masiva de derechos humanos en Nicaragua y los crímenes cometidos contra la población por parte del gobierno de Ortega y Murillo son evidentes y requieren de una intervención que garantice el acceso a la justicia y el desarrollo de un juicio justo que le devuelva la tranquilidad y la democracia al pueblo de Nicaragua.
¿Cómo es el proceso de investigación en este tipo de casos?
La investigación es compleja, porque los hechos ocurren fuera del territorio de la República Argentina y se requiere de la colaboración de la comunidad internacional.
El juez que tiene a cargo la investigación ya ha requerido informes a los organismos internacionales de derechos humanos que vienen tomando cartas en el asunto, tales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Además, hay Organizaciones No Gubernamentales que también han hecho sus investigaciones y fueron convocadas a aportar los datos y la información con la que cuentan.
Con esos informes, el paso siguiente será recabar las declaraciones de las víctimas y testigos para poder formalizar la imputación contra los responsables. Luego será apelar a la colaboración de la comunidad internacional para poder avanzar con la imputación.
¿Cuáles son los alcances que puede tener esta investigación?
Como lo dije antes, el objetivo de la investigación es que los responsables por los crímenes sean sancionados y que, a partir de eso, el pueblo de Nicaragua pueda volver a gozar de libertad y de democracia.
Más allá de eso, los alcances tienen un sentido de justicia que se realiza con la admisión de la denuncia y el avance de la investigación, porque la comunidad internacional toma dimensión de la gravedad del asunto y que los crímenes cometidos por el gobierno son crímenes de lesa humanidad.
Esperamos que, además, la comunidad internacional colabore para poder llevar este caso a un juicio en el que se evalúe la responsabilidad penal de los acusados y se llegue a una condena.
¿Cómo puede ayudar la comunidad internacional?
De hecho ya lo está haciendo. Esto quiere decir que es muy importante el compromiso político de la comunidad internacional, a través de la manifestación que haga cada uno de los Estados. Pero también es muy importante lo que hizo y que se tiene que seguir haciendo para la recolección de las pruebas y evidencias. Como Nicaragua es un lugar cerrado para el mundo y el gobierno no va a colaborar con la investigación, eso no importa, porque mientras los organismos internacionales y las oenegés sigan haciendo los aportes que hacen, eso es prueba que sirve para la investigación. Esto quiere decir que el hecho de que ya haya una investigación abierta no quiere decir que tengan que detenerse todos los esfuerzos que hacen la OEA, la CIDH, las demás organizaciones. Es decir, todos los que están colaborando y nos permitieron, junto con algunos exiliados y víctimas, hacer la denuncia. Pero esto hay que seguir alimentándose, porque no es que los crímenes dejaron de cometerse. Entonces, como sabemos que se van a seguir cometiendo, hay que seguir denunciando. La comunidad no tiene que dormirse para el esclarecimiento y castigo de los responsables de todos estos sucesos.
¿Cómo se definió a los denunciados?
La actuación de los organismos internacionales y de las oenegés que están al tanto de la situación nos permiten establecer la responsabilidad de Ortega y de Murillo. Sin embargo, también hemos advertido que la gravedad del asunto no puede explicarse a través de la actuación aislada de esas personas sino que requieren de una estructura de poder que ejecute sus órdenes. Por eso, hemos denunciado cuáles son las oficinas del Estado que colaboran con la represión y los crímenes que se cometen y, a partir de ello, hemos señalado a los responsables de esas estructuras.
¿Qué repercusiones puede tener abrir esta investigación en los denunciados? ¿Pueden ser declarados fugitivos internacionales?
Una vez que avance la investigación y el fiscal y el juez tengan las herramientas para imputar formalmente los delitos a los acusados, deben ser citados a declarar para informarles la imputación y para que puedan ejercer su defensa. Si no asistieran a la citación, puede pedirse la captura internacional de los acusados, pero eso estará sujeto a la evaluación de las evidencias que se produzcan en la investigación.
La justicia argentina ya investigó denuncias de otros países, como China, España, Myanmar. ¿Cuáles fueron los resultados en esos casos?
Efectivamente el sistema judicial de la República Argentina ha investigado otros casos de crímenes internacionales. Algunas de esas investigaciones continúan en trámite. Cada investigación tiene sus particularidades, pero en algunos casos las investigaciones fueron requeridas por otros Estados que ya habían iniciado investigaciones similares y la información recolectada se debe concentrar en una sola investigación. En otros casos la investigación está a la espera de poder informar la acusación a los imputados y, en otras, se ha podido ejecutar la citación y la investigación sigue en trámite para poder establecer la posibilidad de realizar un juicio.
En el caso de Nicaragua, el hecho de que sea un país cercano a la Argentina en materia de idioma y cultura latinoamericana, nos brinda la esperanza de que la investigación pueda ser más ágil y que se puedan activar mecanismos internacionales para lograr el éxito de la investigación.
Nicaragua no es parte del Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional no puede juzgar los casos, ¿cuál es la alternativa?
Efectivamente la CPI no puede investigar hechos cometidos en el territorio de Nicaragua por ciudadanos nicaragüenses. La primera opción debería ser que los hechos sean investigados y juzgados por el sistema judicial de Nicaragua. Sin embargo, la complicidad del sistema judicial y las amnistías son un obstáculo objetivo para ello. Por eso, la alternativa es el ejercicio de la jurisdicción penal internacional en un Estado como Argentina, que tiene constitucionalmente establecida esa posibilidad.
Teniendo en cuenta que, hasta el momento, el régimen Ortega-Murillo se muestra cerrado a colaborar con organismos como la OEA, ONU, para investigar estos delitos, ¿cómo se puede realizar un proceso de investigación desde Argentina sin la colaboración del Gobierno de Nicaragua?
Si bien el Gobierno de Nicaragua seguramente se mostrará reticente a colaborar con la investigación, el principal aporte a la investigación lo realizarán las víctimas. Sus voces y sus vivencias serán indispensables para establecer los hechos y los responsables. Por ello es indispensable que las víctimas que viven en el territorio de Nicaragua y quienes han tenido la posibilidad de establecerse en otros Estados, puedan colaborar con la investigación. En ese caso no será necesario que colabore el Gobierno, pues aquí hay que hacer una diferencia entre los responsables y las víctimas. La investigación tiene que poner el acento en la justicia para las víctimas de violaciones a los derechos humanos, pues es a ellos a quienes se busca proteger y devolverles la fe en la justicia y en la democracia.
Cuando se han hecho denuncias similares, Daniel Ortega y Rosario Murillo se defienden con el principio de soberanía y no intervención extranjera. ¿Qué le respondería?
Eso es un principio viejo, aunque vigente y que debe cumplirse, pero que gracias a Dios, después de la Segunda Guerra Mundial y después del Holocausto, eso dejó de ser así. Porque los países se comprometieron más en decir y denunciar cuando pasan graves violaciones de derechos humanos en otros países. Ortega puede decir lo que quiera y pensar lo que quiera, pero el mundo no creo que lo acompañe. Yo creo que cada día se va a quedar más solo. Eso lo creo realmente. Por supuesto que va a haber dos o tres (países) que lo puedan apoyar, cada vez con más vergüenza, pero cada día va a estar un poco más solo. Y los que no deben estar solos son las víctimas. Ese es el tema. Hay que dejar solo a Ortega y estar más cerca del pueblo de Nicaragua y tratar de ayudarlo.