¿Que si el periodismo es el mejor oficio del mundo, como lo definió Gabriel García Márquez? No lo creo, pero el periodismo ha sido la mejor decisión de mi vida, porque es una bendición trabajar en lo que a uno le gusta.
Si todos los seres humanos tuviéramos la oportunidad de seguir nuestra vocación, el mundo sería más feliz, sin importar si te pagan bien o no. El periodismo es una cuestión más de satisfacción personal que económica y eso se tiene claro desde que se llega a la universidad.
El Periodismo y la Crónica Deportiva, para mí ha sido como viajar en una montaña rusa por casi 30 años que tengo de ejercerlo, porque me ha facilitado estar en primera fila de grandes eventos sociales y deportivos; en unos como espectador, en otros en el propio terreno de los acontecimientos.
El periodismo me ha permitido viajar y mucho, como le dice Robin Williams a Mat Damon en “El indomable Will Hunting”. He sentido el aire que se respira en muchos lugares históricos del mundo, en tres continentes.
Recibe nuestro boletín semanal
He conocido muchísima gente, unos buenos, otros malos. He tenido padrinos y detractores, amigos y fuentes. He estrechado la mano de famosos y algunos con protagonismo efímero me han negado una entrevista.
Mi pasión por el periodismo deportivo se lo debo a aquellos años ochenta, escuchando el Doble Play de Edgar Tijerino.
Hace unos años un amigo me dijo, que la única riqueza del periodista es su nombre, riqueza que hay que saberla administrar, siendo honesto y leal con nuestros propios principios. En eso creo que tengo buenas calificaciones.
En estos años he sido testigo del sufrimiento de familias que perdieron a un ser querido, muchos que buscan refugio en otro país para proteger sus vidas; y otros, como yo, que continuamos privados de libertad.
El 21 de junio de 2021, luego de varias amenazas a través de las redes sociales, me privaron de mi libertad arbitrariamente por ejercer el Derecho a la Libertad de Expresión y ser Periodista. Mi hija de 8 años, Alejandra, es quién más sufre mi ausencia a más de 300 días. Ella pregunta a su mamá constantemente ¿Por qué mi papá no viene? ¿Ya no se acuerda de mí?, me duele su angustia. Y hoy quiero que le digan que la tengo en mi corazón y deseo para ella, un país donde se respeten los derechos humanos. Díganle que su padre es inocente y que se siente orgulloso de ser periodista independiente, digno y comprometido con el país. Pensar diferente no es delito.
Aunque me han privado de libertad, soy libre de espíritu y pensamiento.