El Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció este jueves la imposición de restricciones a la importación y exportación de artículos y servicios de defensa de origen estadounidense hacia Nicaragua. La medida, que actualiza la política de comercio de materiales de defensa con respecto al país centroamericano, responde a la “continua y brutal represión” del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra el pueblo nicaragüense.
“Los Estados Unidos siguen profundamente preocupados por la continua y brutal represión del gobierno Ortega-Murillo contra el pueblo de Nicaragua, que incluye las recientes elecciones fraudulentas en la Costa Caribe”, señaló Matthew Miller, Portavoz del Departamento de Estado, en un comunicado.
Las restricciones impuestas por el Departamento de Estado se basan en las Regulaciones Internacionales de Tráfico de Armas (ITAR) y buscan limitar el acceso del gobierno nicaragüense a armas y tecnología militar estadounidense. La medida forma parte de una serie de acciones diplomáticas y económicas que Estados Unidos ha tomado para presionar al régimen Ortega-Murillo para que ponga fin a la represión y respete los derechos humanos.
“Estados Unidos continuará utilizando todas las herramientas a su disposición para promover la rendición de cuentas del régimen Ortega-Murillo y apoyar al pueblo nicaragüense en su búsqueda de un futuro más justo y próspero”, agregó Miller.
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Armas y pertrechos vienen de Rusia y China principalmente
“En primer lugar, no debe verse en el contexto de que el Ejército y la Policía dejan de recibir armamento norteamericano o pertrechamiento, cosa que tienen años de no recibir. Más del 90% de las armas y el equipamiento que recibe la policía viene o de Rusia o de China”, analiza el opositor y expreso político Juan Sebastián Chamorro, a través de su cuenta de X (antes Twitter).
Además, Chamorro considera que esta medida coloca al país en el radar del mercado armamentístico mundial, disuadiendo a proveedores de enviar equipamiento a las fuerzas de seguridad nicaragüenses, especialmente si estos proveedores tienen negocios con Estados Unidos.
Las relaciones entre Estados Unidos y Nicaragua se han deteriorado significativamente en los últimos años debido a la deriva autoritaria del gobierno de Ortega. En varias ocasiones, Estados Unidos ha impuesto sanciones a funcionarios nicaragüenses y entidades estatales por su participación en la represión contra las protestas antigubernamentales.
Las recientes elecciones en la Costa Caribe, consideradas como fraudulentas por la comunidad internacional, han intensificado la presión sobre el régimen Ortega-Murillo. La comunidad indígena y afrodescendiente de la región ha sido históricamente marginada y ha denunciado la falta de oportunidades y el acceso limitado a servicios básicos.
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