La falsa declaración de Xiomara Castro sobre Nicaragua

Durante la cumbre G77+China en La Habana, Cuba, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, afirmó que en Nicaragua existe un bloqueo económico. Sin embargo, esta información es incorrecta. El equipo de Diver-Check te cuenta

Xiomara Castro

Lo dicho:

“Propongo que los países del G77 más China nos comprometamos a rechazar y no cumplir con medidas coercitivas y sanciones contra nuestros países miembros. Denunciamos enérgicamente el injusto bloqueo contra Venezuela y Nicaragua”.

Clasificación:

Falso - La información no es verdadera

Verificamos:

La afirmación hecha por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, es falsa. En Nicaragua no existe ningún bloqueo económico como ocurrió durante los años 80. 

El bloqueo económico decidido por el Gobierno de Estados Unidos en el año 1985 provocó que el 90% de la infraestructura productiva de Nicaragua se viera afectada por el corte en el suministro de materias primas.

Lo que sí existe son sanciones. En los últimos cinco años, más de 80 funcionarios e instituciones han sido designados, principalmente por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por violaciones a los derechos humanos y corrupción.

En la lista de los funcionarios sancionados figuran Rosario María Murillo Zambrana, esposa de Ortega y vicepresidenta de Nicaragua, junto a sus hijos Rafael Antonio Ortega Murillo, Laureano Facundo Ortega Murillo, Juan Carlos Ortega Murillo y Camila Antonia Ortega Murillo.

https://platform.twitter.com/widgets.js

Los últimos sancionados fueron anunciados durante la celebración del 44 aniversario de la revolución. El Departamento de Estado de Estados Unidos incluyó a otros 13 funcionarios de la dictadura de Daniel Ortega en la llamada Lista de Actores Corruptos y Anti-Democráticos, conocida como “Lista Engel”, que entre otras cosas prohíbe a los afectados el ingreso a Estados Unidos.

Tras la publicación de la lista, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian A. Nichols, aseguró a través de sus redes sociales que la corrupción es la raíz del problema de la migración que perjudica la seguridad nacional de su país y que las sanciones buscan erradicar ese mal, para que los países construyan el futuro que anhelan. “Con la presentación del informe de la Sección 353 de este año sobre Centroamérica, Estados Unidos continúa apoyando una región segura, democrática y próspera donde la gente pueda construir el futuro que anhela”, escribió el funcionario en sus redes sociales.

Entre los sancionados por la Sección 353 de la Ley de Compromiso Reforzado entre los Estados Unidos y el Triángulo Norte, que aprobó el Congreso de Estados Unidos en diciembre de 2022, hay 13 funcionarios de diversas instituciones, entre ellas, la Superintendencia de Banco y otras Instituciones Financieras (Siboif), la Unidad de Análisis Financiero (UAF), el Registro Nacional de la Propiedad (RNP), diputados de la Asamblea Nacional, incluidos algunos de partidos aliados de Ortega y magistrados del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM).

Por otro lado, Estados Unidos es el principal socio comercial de Nicaragua. El comercio entre Estados Unidos y Nicaragua alcanzó en 2022 un récord de $8.304 millones, lo que supone un incremento del 21.97% respecto al año anterior, en el que también hubo un importante salto tras la moderación comercial del pandémico 2020. En esos dos años, mientras Washington ha buscado maneras de forzar al presidente Ortega para buscar una solución democrática, el comercio entre los dos países creció un 67.15%, según las cifras recogidas en el Censo estadounidense.

La economía nicaragüense depende enormemente de ese comercio, pues alrededor del 60% de sus exportaciones van destinadas a Estados Unidos. Nicaragua es el único país de Centroamérica que vende más a EE. UU. de lo que le compra: solo adquiere allí alrededor del 25% del total de sus importaciones. Esa situación de privilegio nicaragüense ha sido apuntada por quienes desde Washington destacan la incongruencia de estar sancionando con medidas aisladas al régimen de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y sin embargo seguir premiándole con ese superávit comercial. En 2022, el déficit para EE. UU. en esas transacciones subió a $3.151 millones, un 25.89% más que el año anterior.