A algunos empleados les informaron sobre los cambios en el Instituto Salvadoreño de Seguridad Social (ISSS) en una reunión, muchos se encuentran indignados por el hecho de no poder hacer nada.
Ricardo Monge, secretario general del Sindicato de Trabajadores del ISSS (STISSS), confirmó recientemente la posibilidad de una fusión entre la entidad autónoma y el Ministerio de Salud (MINSAL). Lo atribuye a las malas condiciones de la cartera de salud y la búsqueda de dinero de parte del Gobierno de Nayib Bukele.
Por otro lado, el secretario del Sindicato de Médicos Trabajadores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (SIMETRISSS), Rafael Aguirre, en declaraciones públicas ha hecho referencia a la posible fusión. Le llama una “integración forzada de los sistemas”. Aunque lo califica de “rumores”, ya que no tienen un documento oficial sobre la operación, pero “si hay rumores, podrían haber planes al respecto”, señala el dirigente del sindicato.
Según Aguirre, siempre ha sido un deseo que el ISSS absorba al MINSAL, pero en este momento parece que es al revés. Una medida inconsulta como esta generaría un caos, no sólo para los empleados, sino para los derechohabientes, ya que podrían incrementar los problemas que tiene el Seguro Social y que no se han podido solventar.
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“Hay rumores de que va a haber una fusión entre el Ministerio de Salud y el Seguro Social. No lo sabemos, no hay un documento a ciencia cierta que lo diga. Pero, ¿qué es lo que está pasando? Ese rumor ha crecido tanto y ha ganado tanto volumen, que está preocupando, no solamente a los trabajadores, está preocupando a la población usuaria del Seguro Social”, expuso Aguirre en una entrevista del Canal 8 de televisión, la noche del lunes 6 de noviembre.
Las pérdidas para los trabajadores
La preocupación general es que la fusión provocaría una desmejora en sus prestaciones, pero además la posible pérdida del contrato colectivo de trabajo. Los empleados temen que también se pierda el Fondo de Protección del ISSS.
En este caso no habrá permisos personales, ni derecho a estudio, ni las prestaciones de lentes, zapatos, tela para uniforme, pago de nocturnidades y transporte, afirmó un empleado sindicalizado a Radio YSUCA.
En cuanto al contrato colectivo de trabajo, ese es un tema que une a los sindicatos. Recientemente el STISSS y SIMETRISSS denunciaron que las autoridades de la institución no están dispuestas a negociar dicho contrato.
Los argumentos son la falta de presupuesto y que la gremial, que es titular del contrato colectivo, el STISSS, no cuenta con la cantidad de afiliados que la ley exige.
Sin certeza de continuidad del Convenio Colectivo
El actual Contrato Colectivo de Trabajo vence este año y no hay certeza de su continuidad. Esto, pese a que el 5 de octubre el Ministerio de Trabajo notificó la recepción y nombró la comisión negociadora.
El ISSS confirmó el 21 de octubre, en un comunicado en redes sociales, que el STISSS no cumple los requisitos de la ley y por eso no procedía la revisión. “La parte sindical no cumple con los requisitos de ley”, dijo la entidad.
Para Rafael Aguirre, no negociar el contrato, sería contrario a la reciente ratificación del convenio 154 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por parte del Estado salvadoreño. La ratificación de dicho convenio se hizo el 7 de junio de 2022.
El Convenio 154 “tiene la finalidad de fomentar la negociación colectiva en todas las ramas de actividad económica, tanto privadas como públicas, con miras a fijar las condiciones de trabajo y empleo, regular las relaciones entre empleadores y trabajadores y regular las relaciones entre, por una parte, los empleadores y sus organizaciones y, por otra, las organizaciones de trabajadores”.
Para algunos sindicalistas, la fusión lleva como fin obtener los recursos del ISSS, pero además el fondo de protección. “El Gobierno quiere el Seguro Social por los activos que tiene. El Seguro (Social) tiene 800 millones de dólares en activos y el Fondo de Protección tiene 137 millones”, dice uno de los trabajadores. Agrega que “a costillas del Seguro Social quieren levantar la salud pública”.
Los cambios paulatinos en el ISSS
A pesar de que la supuesta fusión se dará hasta el próximo año, ya hay cambios en el ISSS. Un ejemplo son las ambulancias del Seguro Social, estas ya se ocupan para trasladar pacientes del MINSAL. A los empleados les han ordenado atender a pacientes, aunque no sean cotizantes del ISSS, dice otro empleado.
Según trabajadores de la institución, al Gobierno también le interesa otorgar la contratación de provisión de alimentos al ISSS a una empresa privada, que se traduce a contratos millonarios.
Otro de los cambios es que en algunas dependencias del ISSS hay seguridad privada, antes la seguridad era institucional. Ahora se combina la seguridad de la institución con la contratación de una empresa privada.
“Todo lo han hecho bajo de agua”, dice un empleado del ISSS, en alusión a que no ha habido transparencia ni información, una situación que lleva a los rumores y a la especulación, pero también al temor de no saber qué pasará el próximo año.
“En este país hay total ausencia de información en todas las instituciones, hay total hermetismo y, la opacidad, no augura nada bueno”, afirma otro de los trabajadores.
“La represión ya comenzó”, dicen, pues a los trabajadores les miden el tiempo si se levantan de sus puestos para ir al baño. Aunque la situación que les espera les indigna, temen que al protestar o manifestarse puedan ser detenidos e ir a prisión. “Esto ya es un hecho y por más que queramos protestar, nos van a meter presos (…) le meten el régimen de excepción o le dicen a uno que es terrorista. Me decepciona este Gobierno porque prácticamente está privatizando el Seguro Social”, exclama uno de los trabajadores del ISSS.
Los escándalos que involucran al ISSS y MINSAL
Turcios Medical Supply se estrenó ante el Estado salvadoreño en 2021 vendiéndole un medicamento falso contra la covid-19. Después, el ISSS y Fosalud le dieron cuatro contratos adicionales por más de 12.7 millones de dólares.
Turcios Medical Supply and Services LLC fue registrada en Virginia, Estados Unidos, el 29 de octubre de 2021. Tres días después, el 1 de noviembre, el ISSS publicaba en el portal Comprasal que requería el suministro de tocilizumab bajo la modalidad de contratación directa y con carácter urgente.
En aquellos días, el Gobierno salvadoreño reportaba la muerte de hasta 18 personas diarias por la pandemia. El ISSS daba apenas un día a posibles contratistas para que presentaran sus ofertas. El 2 de noviembre venció el plazo y solo alcanzaron a participar dos empresas, una de ellas la de Turcios.
Sin embargo, el día 4 de noviembre, el consejo directivo del ISSS sesionó con nueve de sus miembros. En la agenda se encontraba la discusión de estas ofertas, las cuales fueron rechazadas porque no lograron la aprobación de la comisión evaluadora.
A la oferta de Turcios se le señaló que ni siquiera se mencionaba el nombre comercial del producto que entregaría ni mostraba una imagen del empaque; además, mientras que en la oferta decía que el fabricante del tocilizumab sería Roche, en la descripción aludía a otra farmacéutica. Roche tiene la patente de exclusividad de este fármaco hasta el año 2028.
No obstante, el 11 de noviembre suscribieron el contrato Turcios y la directora del ISSS, Mónica Ayala. Una vez suscrito, Hugo Alexander Turcios Flores, médico de origen salvadoreño, con pasaporte estadounidense y quien es representante de Turcios Medical Supply, corrió a la web y dio con un portal que decía poner en contacto a ofertantes con demandantes de bienes de toda índole y así fue como encontró a los presuntos distribuidores, que al final eran estafadores.
Contratos millonarios con el Seguro Social
Al día siguiente de haber suscrito el primer contrato por el medicamento, el Seguro Social le dio uno más: el 12 de noviembre de 2021 le encargó una flota de ambulancias por 1.99 millones de dólares. Su compañía apenas tenía 15 días de creación y ya había firmado contratos por 3.3 millones de dólares. Y vendrían más. Pero también vendrían más fracasos.
De los seis contratos por más de 16 millones de dólares que eventualmente el Estado salvadoreño adjudicó a Turcios Medical Supply en ocho meses, cuatro los firmó con el ISSS por 11 millones 421 mil 942 dólares con 70 centavos, y dos con el ministro de Salud Francisco Alabí, en representación del Fondo Solidario para la Salud (Fosalud), por 4 millones 692 mil dólares.
Siete meses y medio después de que el ISSS le notificara que el medicamento que le había vendido era falso, Hugo Alexander Turcios Flores, recurrió a la policía de la ciudad de Chennai, en la India.
Ese 27 de septiembre de 2022 ponía una denuncia por estafa que comenzaba con un esbozo general de la compañía: “Turcios Medical Supply LLC compra los medicamentos a entidades autorizadas y los vende a agencias gubernamentales. Como parte de su negocio, Turcios participa en las licitaciones públicas de compra de medicamentos realizadas por los gobiernos soberanos, y adquiere medicamentos e insumos para dichos gobiernos”.
Luego, alardeaba de un presunto historial exitoso de su compañía, que se resumía a solo 11 meses y con el agravante de que acudía ante la policía precisamente porque su estreno como contratista del Gobierno de Bukele había acabado en fracaso: “Turcios ha estado involucrada con éxito en este negocio desde 2021”. Ya para entonces había firmado seis contratos con el gobierno salvadoreño por más de 16 millones de dólares.