La crisis entre Ecuador y México y la reacción “cínica” de la dictadura de Nicaragua

El fin de semana pasado, Ecuador y México rompieron relaciones después de la incursión de la policía a la embajada mexicana en Quito, luego de meses de tensiones entre los dos países. En los próximos días se esperan las repercusiones por lo acontecido en Quito. El equipo de Diver-Check te cuenta los detalles


La relación entre Ecuador y México tuvo meses  previos de tensiones que culminaron con el rompimiento de esta. La ruptura diplomática se produjo luego de que las fuerzas policiales ecuatorianas irrumpieron en la embajada de México en Quito el viernes por la noche para detener a Jorge Glas, un político que se había refugiado en la legación mexicana.

Roberto Canseco, encargado de la embajada, declaró a la prensa local que intentó impedirles la entrada. “Me han golpeado, me he golpeado contra el suelo”, dijo. “Como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador”.

El asalto a la embajada provocó distintas reacciones de la comunidad internacional. La presidenta pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la hondureña Xiomara Castro, anunció el lunes que convocará para este viernes 12 de abril una cumbre de presidentes del organismo regional, para abordar la crisis diplomática entre Ecuador y México.

Por otro lado, la Casa Blanca condenó este martes el uso de la fuerza durante la irrupción de policías ecuatorianos a la embajada de México en Ecuador a través de una conferencia de prensa del consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.

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La línea de tiempo de tensiones diplomáticas

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El jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada de México, Roberto Canseco, forcejea con policías para intentar evitar que trasladen al exvicepresidente Jorge Glas. EFE/ José Jácome

Jorge Glas, vicepresidente de Ecuador entre 2013 y 2017, se refugió en la Embajada de México en Ecuador el 17 de diciembre de 2023.

Quito anticipó que le negaría un salvoconducto para salir del país en caso de que el refugio le fuese concedido, por considerar que se trata de una investigación penal.

De su lado, la defensa de Glas sostiene que el asilo le permitirá proteger “su integridad física” ante la inseguridad en las cárceles ecuatorianas, en las cuales  desde 2021 a la fecha, han muerto 460 personas.

En los últimos años, México otorgó asilo o refugio a otros exfuncionarios del gobierno de Rafael Correa, como el excanciller Ricardo Patiño y los diputados Soledad Buendía, Carlos Viteri y Gabriela Rivadeneira.

En enero de 2024, el Gobierno de Ecuador adelantó que negaría un salvoconducto para el exvicepresidente para que pudiera abandonar el país como asilado político. El 1 de marzo, el Gobierno de Ecuador pidió a la embajada mexicana en Quito que autorizara que la policía ingrese a su sede para capturar al exvicepresidente. Al día siguiente, el Gobierno de México rechazó esta petición.

Ecuador pidió el jueves 4 de abril a la embajadora de México en Quito abandonar el país al declararla “persona non grata”, tras las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre las últimas elecciones ecuatorianas, en las que fue asesinado un candidato.

El miércoles pasado, el presidente mexicano Andrés López Obrador, aseguró que en las elecciones de Ecuador, el magnicidio del centrista Fernando Villavicencio en agosto hizo que cayera la intención de voto de Luisa González, la candidata de izquierda que lideraba las encuestas.

México otorgó formalmente este viernes 5 de abril el asilo político al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas. El Gobierno ecuatoriano consideró el asilo a Glas como un “acto ilícito”, pues el exfuncionario es requerido por presunto peculado y las convenciones internacionales dictan que esa figura no aplica para delitos comunes, según un comunicado oficial.

Al anunciar la protección a Glas, la cancillería mexicana aseguró que el Estado asilante es el “único facultado para calificar la naturaleza de la persecución política”,  por lo que Ecuador está obligado a expedir el permiso de salida si así se lo solicitara México.

Finalmente, la policía ecuatoriana irrumpió en la embajada de México la noche del viernes 5 de abril y esto desembocó en el anuncio del Gobierno de México de romper relaciones diplomáticas con Ecuador.

La violación del derecho internacional 

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Un grupo de personas protestan afuera de la Embajada de Ecuador el sábado 6 de abril, en la Ciudad de México. EFE/Sáshenka Gutiérrez

El asalto de las autoridades ecuatorianas a la sede diplomática de México es una “violación flagrante” de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y la Convención de Caracas de 1954 sobre el asilo.

Entre más de una decena de países latinoamericanos, los gobiernos izquierdistas de Brasil, Colombia, Venezuela y Chile rechazaron enérgicamente la incursión policial, al igual que los derechistas de Perú y Argentina. Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea también se han unido a la condena.

La Organización de los Estados Americanos (OEA) tildó de “improcedentes” las acciones de Ecuador. Además, rechazó “cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas”. El organismo convocó a dos reuniones, una para el martes y otra para el miércoles para tratar el incidente, la primera a petición de Ecuador y la segunda, de Colombia y Chile.

A pesar de los llamados de condena, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, defendió la irrupción de las fuerzas de seguridad de su país en la embajada de México para capturar al exvicepresidente Jorge Glas.

En un comunicado, el mandatario reconoció que ha tenido que tomar decisiones excepcionales “para proteger la seguridad nacional” y añadió que su país “rechaza cualquier tipo de inmunidad a criminales, delincuentes, corruptos y narcotraficantes”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró este martes que las autoridades de su país han presentado una denuncia contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por “el asalto a nuestra Embajada” y aseguró que “la forma tan autoritaria y vil en la que allanaron” la sede diplomática no la lleva a cabo un Estado, a menos que cuente con el respaldo de otros gobiernos. “México se le respeta”, aseveró. 

Nicaragua corta relaciones con Ecuador 

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Integrantes de un cuerpo élite de la Policía ecuatoriana irrumpen en la Embajada de México para detener al exvicepresidente Jorge Glas el viernes pasado. EFE/ José Jácome

Nicaragua también decidió cortar relaciones con Quito el sábado pasado. El régimen de Daniel Ortega afirmó estar dispuesto a acompañar a México en “cualquier acción legal”, tras la ruptura con Ecuador por el asalto a la embajada mexicana en Quito.

“Ante la insólita y repudiable acción”, Managua mandó su “contundente, enfática e irrevocable repulsa, que convertimos en nuestra decisión soberana de romper toda relación diplomática con el Gobierno ecuatoriano”, señala el comunicado.

Ortega se solidarizó con México y recordó que había retirado de Quito a su embajador en 2020, luego que el Gobierno ecuatoriano quitara el refugio en su embajada en Londres al australiano Julian Assange, quien difundió archivos secretos estadounidenses en su red WikiLeaks.

Opositores nicaragüenses en el exilio calificaron el domingo de “caradura” y “cínico” a Daniel Ortega, por romper relaciones con Ecuador tras la irrupción policial en la embajada de México en Quito, cuando la dictadura nicaragüense ha expropiado las oficinas diplomáticas de la OEA y Taiwán en Managua, y consentido ataques con piedras y morteros a la sede diplomática de EE. UU. en el pasado. 

“Daniel Ortega, que asalta y confisca la sede de OEA y la Embajada de Taiwán (en Managua), rompe relaciones con Ecuador y jura que respeta el Derecho Internacional. Caradura y cínico”, escribió en su cuenta de la red social X el exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields.