Sergio Ramírez: “La literatura suele ofender al poder arbitrario empeñado en castigar las palabras”

El escritor nicaragüense desnacionalizado y exiliado en España, Sergio Ramírez, inaugura el Festival Centroamérica Cuenta en República Dominicana


El escritor nicaragüense Sergio Ramírez afirmó este miércoles en Santo Domingo que la literatura es un oficio de mentiras cargadas de verdades que suelen ofender al poder arbitrario “empeñado en castigar las palabras”, aunque se trate de palabras de invención.

Ramírez, orador principal en la apertura de la décima versión del Festival Centroamérica Cuenta que fundó y preside, opinó que la literatura es una “aventura vital” para quien la elige como oficio, una aventura llena de riesgos, porque la ética de la literatura es la verdad “y al decir la verdad siempre se incurre en peligro”.

El exiliado y desnacionalizado escritor consideró que la literatura no ofrece respuestas. “La literatura abre preguntas, cuestiona, exhibe, revela y deja constancia cuando es un oficio verdadero. La literatura nos permite, al escribir o leer, descubrir realidades, usar el poder de la imaginación para dar majestad a la historia a través de las historias”, aseguró el ganador del Premio Cervantes 2017.

Libertad y literatura son inseparables

El autor consideró que hoy en día -más allá de la distancia ideológica- América Latina vive entre autoritarismo y democracia, entre opresión y libertad.

“La literatura y la libertad son inseparables, la literatura siempre estará del lado de la democracia y la libertad (…), alzarse en su libre vuelo hacia la imaginación es lo que los escritores pretendemos”, apostilló.

Ramírez denunció que la cárcel que sufre el periodista José Rubén Zamora, en Guatemala, y el cierre del periódico que dirigía “son hechos que hay que condenar y denunciar con toda energía”.

En su discurso, destacó que Centroamérica Cuenta se ha enriquecido y multiplicado con el exilio.

“Ahora este encuentro es un viaje de exploración por América Latina y en Europa está el festival paralelo anual que celebramos en Madrid. Aprendemos mientras andamos, crecemos al andar, sumamos al avanzar”, razonó acerca del festival cultural que nació en Nicaragua, “pero que tuvo que exiliarse por la opresión y la dictadura”.

Ramírez habló sobre su propia condición de exiliado y lo hizo a manera de autodefinición.

“Yo, escritor hasta la muerte, vivo porque escribo, vivo en mi lengua, que es mi patria, y vivo en la memoria de mi pueblo. Ninguna tiranía puede quitarme la lengua en la que escribo, ni puede quitarme la pertenencia de la gente que desde mi infancia da vida a mi escritura”, sentenció.

“De ellos, de esos nicaragüenses -añadió- soy el silencio porque se les niega la palabra, y de los que igual que yo viven en el exilio nace mi escritura y va a dar hacia ellos, y desde ellos, porque ellos no existen es que yo existo, y puedo ser latinoamericano y aspirar a ser universal”. 


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