La marcha en defensa del agro, el cóctel opositor que molesta a Rodrigo Chaves

Campesinos, sindicatos, universitarios y políticos opositores se juntaron en una manifestación en el centro de San José para protestar contra el ingreso de Costa Rica a la Alianza del Pacífico y por las políticas aperturistas que golpean más al sector agrícola, un flanco de crítica calificado como “patraña” por el mandatario costarricense en su constante lucha por mantener la popularidad a las puertas de su primer año

Los agricultores marcharon el miércoles pasado por las calles de San José para manifestarse en contra de las políticas del Gobierno, que a su juicio atentan contra la seguridad alimentaria del país. Foto: Jeffrey Arguedas

“Esta es una democracia vibrante donde todo el mundo se puede expresar para decir verdades, mentiras e inventar cosas y lo hacemos todos con derecho y con paz, y el pueblo juzga”, decía el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, a la prensa al acabar una cumbre sobre democracia en San José, mientras centenares de manifestantes marchaban por las calles de la capital en protesta por las políticas del Gobierno sobre el agro y en contra del ingreso del país al grupo de integración comercial Alianza del Pacífico pretendido por el mandatario.

Tres minutos después de esta declaración, un periodista le preguntó la opinión sobre esa marcha y el tono cambió: “Esta no fue una manifestación sobre agricultura. Fueron 110 organizaciones que llamaron a protestar contra el Gobierno y la agricultura fue la excusa. El rector de la UCR (Universidad de Costa Rica, que apoyó la manifestación) nunca ha sembrado un culantro o un rábano (…) Esto era un chop suey de temas”, dijo, usando como figura el platillo de origen asiático que se prepara con variedad de ingredientes. Sin querer, admitía que las molestias son múltiples, pero su intención era enfatizar en que esa no fue una marcha masiva de campesinos ni trabajadores del sector agrícola enojados por la falta de un plan de ayuda o al menos de compensación ante las propuestas de mayor apertura comercial.

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Agricultores marchan para manifestarse en contra de las políticas del Gobierno del presidente Rodrigo Chaves. Foto: EFE.

“Mentira que no hay plan, ¡patraña! Estos son los mismitos de siempre, que han vivido de organizar grupos sociales. Me alegra que la mayoría no se haya ido con la finta y los agricultores no se hayan dejado usar por estas poses politiqueras”, agregaba Chaves, orgulloso de su plan llamado ‘Ruta del arroz’ que casi eliminó el arancel a los empresarios importadores del grano y dejó en problemas a los productores locales, sin que se haya reflejado aún una baja en el precio al consumidor, según los datos oficiales independientes del Poder Ejecutivo.

Como en casi todas las manifestaciones callejeras, queda después un pulso de cifras y de opiniones sobre el tamaño de la marcha, sobre su legitimidad y sobre la incidencia que pueda tener para la causa. Chaves escogió atacar los tres flancos al asegurar que no hay motivos, que la gran mayoría de la población lo sigue apoyando y el pueblo es su único jefe, dijo en su habitual conferencia de prensa al cerrar la semana, quizá consciente de que esta descalificación no cayó bien a las bancadas opositoras que apoyaron la manifestación.

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La controvertida Alianza del Pacífico

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Líderes de los grupos que apoyaron la protesta casi celebraban las palabras de Chaves, como un factor que movilizará más gente en convocatorias venideras. “Esto no era sólo por los agricultores, sino que estamos hablando de la seguridad alimentaria del país, algo tan sagrado como los alimentos”, decía en una entrevista en radio Guido Vargas, un dirigente histórico del sector agrícola con la mira puesta en frustrar las intenciones del Gobierno de entrar a la Alianza del Pacífico.

El ingreso a la Alianza del Pacífico, mecanismo de integración regional​ formado por Chile, Colombia, México y Perú como miembros plenos, es el objetivo anunciado por Chaves como un paso intermedio hacia mayores relaciones comerciales con países orientales. Hizo el anuncio en julio y, aunque el grupo ha entrado en problemas por la situación política del gobierno peruano, la intención es firme: apertura comercial más amplia y honda que el paisaje actual compuesto por diez tratados comerciales bilaterales y cuatro con regiones: Caribe, Unión Europea, Centroamérica y el CAFTA con Estados Unidos más los países centroamericanos y República Dominicana.

Por eso las organizaciones agrícolas insisten que la entrada a la Alianza del Pacífico es “llover sobre mojado”, pero con más fuerza. “Sería destructora”, advertía en una entrevista Guido Vargas, un viejo dirigente de la Corporación Hortícola Nacional a la que pertenecen sobre todo productores de Cartago, una región del centro del país de donde más de la mitad de las hortalizas y las papas que consume el país. Con ese argumento pidieron acompañamiento de universidades, sindicatos y grupos sociales para realizar la manifestación del miércoles. El motivo de la marcha no era entonces llamar a proteger a los agricultores, sino asegurar la comida ante los vaivenes de mercados internacionales.

Por eso el rector de la Universidad de Costa Rica, Gustavo Gutiérrez, respondió a Chaves después de que este dijo que la institución nada tenía que ver con el agro. Dijo que hay investigaciones por montón, proyectos de incidencia a agricultores y sentido de justicia social con sectores olvidados. Por eso las universidades apoyaron la marcha, aunque esta no llegó al tamaño de la que estos centros educativos realizaron en agosto para obligar al Gobierno a transferirles el presupuesto de ley. Ahora se sabe que la academia estatal también está en la lista de sectores que Chaves considera adversarios.

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A casi un mes del primer año en el poder, Chaves se aferra a la alta popularidad que le otorgaron las encuestas en 2022, sin que en semanas recientes se hayan hecho mediciones actualizadas, después de un arranque 2023 abundante en críticas desde partidos opositores y otras organizaciones empresariales por razones diversas. La fuerte caída del tipo de cambio (un golpe para exportadores, incluida la industria agrícola), la escalada de la inseguridad, la falta de planes precisos para problemas como el deterioro de la educación y la crisis de empleo, son flancos de crítica como factores de la “paz social” que Costa Rica gozó por décadas, de la cual aún se precia internacionalmente.

En la nostalgia de esa Costa Rica era central la figura del agricultor, el “labriego sencillo” que a veces puede tomar forma de poderoso empresario y otras de peón marginado, incluso inmigrante. A eso se aferra el Gobierno de Chaves al desdeñar la manifestación: se niega a aceptar como agricultores a los manifestante y, en todo caso, ha insistido en que alguien tiene que perder cuando se trata de decisiones de apertura comercial para beneficio de los consumidores, las cuales ya aumentaron las ganancias de importadores de arroz, incluido alguno que financió parte de la campaña electoral de Chaves.

De ahí la molestia de quienes protestaron por San José, agricultores o no, y que no acepta como genuina Rodrigo Chaves, aunque tenga razones para saber que esa marcha pudo no haber sido la última ni la más grande. “Sabíamos que no iba a aplaudir ni a abrirnos las puertas para el diálogo, pero es un éxito en la medida que las declaraciones del Presidente seguro nos servirán para sumar más y más grupos para próximas ocasiones”, dijo un dirigente que aseguró haber votado por él en abril de 2022. “Muchos queríamos un cambio, pero ahora vemos que el cambio podría ser hacia peor y cada vez más gente lo irá viendo”, añadió antes de pedir que por favor no se publique su nombre porque en su propia organización todavía hay defensores del Gobierno.


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