Pedro Fonseca Herrera
13 de agosto 2023

La Nicaragua joven sin juventud


El golpe acérrimo en contra de la academia nicaragüense y, específicamente, en contra de la Universidad Centroamericana (UCA) por parte de la dictadura Ortega-Murillo, se enmarca en un nuevo ataque que es parte de la estrategia gubernamental para amedrentar a la que se ha convertido en su principal enemiga: la juventud nicaragüense. Este doce de agosto, Día Internacional de la Juventud, fue una fecha más para reflexionar sobre el balance de la participación de la juventud en nuestros asuntos políticos y sociales prioritarios, así como para considerar cuáles son nuestros principales retos para el corto y mediano plazo.

La juventud nicaragüense contemporánea no sólo se ha caracterizado por ser profundamente proactiva y transgresora, sino, sobre todo, por hacerle frente, día con día, al monstruo del poder que se materializa en la figura del gobierno dictatorial. Por un lado, mientras el país experimentaba las mieles del bono demográfico, por el otro, todas las figuras hegemónicas del país parecían ensañarse con los sectores juveniles y contrariar todo indicio de transición generacional. Lo anterior se ha hecho tangible en todas las formas posibles de agresión, hasta los últimos hechos acontecidos en contra de la libertad académica. 

Basta con hacer un breve balance retrospectivo para comprobar quiénes hemos sido los protagonistas de los principales movimientos inevitables de cambio en el país. Pasando por exigencias presupuestarias al sistema educativo; luego las protestas en contra de las nefastas reformas constitucionales; la defensa de los jubilados; los crímenes medioambientales; las luchas por los derechos de las mujeres; los derechos de las personas sexualmente diversas; hasta las masivas protestas en contra de las reformas a la seguridad social que nos llevaron a lo que hoy día todos conocemos.

Y así, sucesivamente, toda una serie de hechos que nos han llevado a pagar los platos rotos por la imperativa razón de exigir transformaciones políticas y sociales. Transformaciones que contravienen la naturaleza de las principales figuras de poder en Nicaragua: concentrar poder contra todo indicio de protesta, sin importar las consecuencias, aunque implique la propia destrucción.

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De esa manera, la dictadura nicaragüense se ha convertido en la epítome de la figura tradicional autoritaria patriarcal que violenta sin límites a sus generaciones más jóvenes. Y, por consecuencia, nosotros nos hemos convertido en esas generaciones más jóvenes abusadas. No obstante de ello, a pesar de la represión, la cárcel, la mordaza, el incendio, la mentira, la manipulación, la violación, las calumnias, el desprestigio, la intimidación, la división, el exilio y las balas, continuamos en pie, resistiendo y luchando por lo que consideramos es lo mejor para el país de hoy y para el país de mañana.

En cuanto a los retos para nuestro corto y mediano plazo, es fundamental continuar resistiendo desde nuestra cotidianidad y valorar con mucho más ímpetu todas aquellas cosas que dábamos por sentadas: nuestro hogar, nuestra libertad, nuestros derechos fundamentales, nuestra universidad. Tenemos el compromiso de asumir las acciones de la dictadura como un manual detallado, del cual hoy somos testigos, de lo que no podemos permitir nunca más, en ningún contexto.

A propósito del Día Internacional de la Juventud, conviene voltear la mirada a la Nicaragua vacía, sin juventud, honrar nuestro dolor y reivindicar nuestra lucha. Es fundamental seguir exigiendo nuestra participación en los procesos políticos y sociales, aunque nos encontremos constantemente con negativas. Nos han cerrado universidades, medios de comunicación, iglesias y bibliotecas; nos han sacado de las calles y nos han sacado de nuestro país, pero no han podido, ni podrán suprimir el auténtico germen de cambio y libertad que caracteriza a nuestra generación. 

Por los que estamos, por los que ya no están y por todos aquellos que están por venir.

ESCRIBE

Pedro Fonseca Herrera

Embajador de la Paz de la Comisión Europea y One Young World. Especialista en Relaciones Internacionales con estudios en Resolución de Conflictos, Paz y Desarrollo por la Universidad para la Paz del Sistema de Naciones Unidas. Ha fungido como consultor para la Secretaría General de la OEA, cofundador y director de Análisis para el Observatorio Electoral Urnas Abiertas, profesor de Política, Relaciones Internacionales y Estudios de Paz y consultor para múltiples iniciativas políticas y sociales en Nicaragua y en el exterior. Actualmente es Miembro del Comité de Ética del Knowmad Institut en Alemania.