Un sello de la capital de Guatemala, la más grande de Centroamérica, es su limpieza. Al menos así es reconocido por quienes visitan el país. Por eso es que diariamente poco más de mil personas salen todos los días divididos en 44 grupos a recoger la basura durante las 24 horas. El departamento de limpieza de la Municipalidad de Guatemala recoge diariamente un promedio de 152 toneladas de desechos.
De allí la necesidad de tener barredoras, según el argumento que dio José Luis Poz, jefe del departamento de limpieza pública de TuMuni, para solicitar la adquisición de cuatro barredoras industriales. Esto hizo que la Municipalidad iniciara el 8 de noviembre de 2021 un concurso para rentar las cuatro máquinas: dos robustas y dos livianas.
El concurso se hizo mediante licitación pública. Sin embargo, al 4 de enero sólo una empresa presentó ofertas: Equipos y Fijaciones de Guatemala (EFISA). Al ser la única empresa ofertante, la junta licitadora decidió adjudicar el contrato por 17 millones 053 mil 26 de quetzales para rentar las máquinas por 60 meses (cinco años). Unos 2.2 millones de dólares. También pudieron volver a realizar el concurso para asegurarse más oferentes del producto, pero no se hizo.
¿Compra dirigida?
Las bases técnicas del concurso, es decir los requerimientos específicos de las máquinas que la Municipalidad buscaba, son casi calcadas a las dos únicas barredoras para calles que EFISA tiene en su página web.
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En otros casos el Ministerio Público ha demostrado cómo desde el inicio del concurso se hacen las bases técnicas, para que una empresa sea la beneficiada. Pasó en el caso IGSS-Pisa donde una empresa sin experiencia ganó un concurso para dar servicios de diálisis peritoneal al Seguro Social por US$15 millones, pero a cambio debió dar un soborno de US$2.4 millones. La mala calidad del servicio derivó en la muerte de más de 70 pacientes renales.
También pasó en el caso del otorgamiento de líneas de transporte público de parte de la Municipalidad de Guatemala donde se comprobó que desde las mismas bases se modificaron para que el concurso fuera ganado por un grupo determinado de empresarios. La investigación la había comenzado la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) y la trasladó en el 2019 al Ministerio Público, pero quedó paralizada.
En este caso vemos como las bases técnicas de los productos son muy similares a lo que la empresa ofrece. Sin embargo no hay evidencia de algún ilícito.
Por ejemplo, para las máquinas compactas la Municipalidad solicitó que las máquinas debían tener un ancho de un metro o más y la máquina de EFISA tiene un 1.07 metros. De altura el requerimiento era de 1,8 metros o más y la máquina tiene 1,98 metros. Un peso de 1300 kilogramos y la máquina pesa 1,374 kilogramos. En cuanto al depósito de suciedad la Municipalidad solicitó que fuera de 750 litros o más y la máquina tiene 1,000.
En cuanto a las máquinas robustas se pedía un peso 12 mil kilos y las máquinas pesan 13 mil kilos; con un depósito de agua limpia de 400 litros o más y las máquinas tienen 500. Con un ancho de barrio de 3.5 metros y las máquinas ofertas tiene 3.6 metros.
¿Mejor comprar o alquilar?
Las máquinas ofrecidas por EFISA son de la marca alemana Karcher. Las características dicen que se trata de una MCM 600. Se escribió a la empresa y se solicitó un presupuesto de esta máquina y de la MIC 35. Sin embargo hasta el cierre de la edición no habían respondido. Lo que sí se encontró fue que el municipio de Vicar de Almería, España compró una máquina MCM 600 en 198,500 euros. Al cambio del de marzo serían unos Q1.6 millones. La empresa ofertó el alquiler de esta máquina en Q4.8 millones cada una. Mientras que la MIC 35 la ofertaron en Q3.6 millones cada una.
Se consultó al departamento de comunicación de la Municipalidad por qué prefirieron alquilar en lugar de comprar, pero no dieron respuesta a esta consulta. Solo explicaron que que la municipalidad cuenta con 5 barredoras, pero cuatro concluyeron su con su vida útil después de 15 años.
A criterio de Marvin Flores, de Acción Ciudadana, una organización que vela por la transparencia en las compras del Estado, la Municipalidad de Guatemala busca esconder compras sobrevaloradas en “alquileres” por más de cuatro años.
“La Municipalidad siempre lo hace (alquiler simulando compras). Debería ser mejor comprar. La formación de capital fijo. Es decir comprarla y darle mantenimiento. Se ha visto que es un mecanismo de sobrevaloración (el alquiler). Los arrendamientos se especializan en disfrazar” indicó Flores.
Para las máquinas compactas se presentó la oferta de 3,6 millones de Quetzales (479 mil dólares) por cada una. Por un total de 7.3 millones de Quetzales (959 mil dólares).
Otro arrendamiento millonario
En mayo de 2019 la Municipalidad de Guatemala firmó un contrato de arrendamiento de 400 cámaras de vigilancia y su transmisión de datos por Q24.9 millones (unos US$3.2 millones). El contrato fue firmado por un plazo de cuatro años. Vencerá en mayo de 2023. La Municipalidad podrá quedarse con las cámaras al final del contrato al pagar Q100 a la empresa Internet. Aquí puede verse el evento de alquiler.