Las promesas electorales recurrentes de Ortega: “mujeres protagonistas”

El equipo de Fact- Checking realizó un análisis del discurso de la supuesta paridad de género que vende el régimen Ortega-Murillo y de las acciones del plan de gobierno en la materia. Desde el punto de vista cuantitativo es real, pero otra cosa es la pobre calidad de la participación de las mujeres.

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Daniel Ortega en el acto del día de la mujer junto a sus integrantes de gabinete de gobierno. Foto cortesía presidencia.

Acuerpado por las ministras de turno de su gobierno y un reducido número de simpatizantes (50% hombres y 50% mujeres), Daniel Ortega aseguró que su “buen gobierno, en medio del terrorismo golpista de abril y de la pandemia, puede decir con mucho orgullo que gracias a la mujer nicaragüense que es un eje en el hogar, tiene una buena posición en el orden económico, en el orden social y en lo que es seguridad también”. 

El régimen Ortega-Murillo señaló en el “Plan de lucha contra la pobreza para el desarrollo humano sostenible 2021- 2026”, coincidiendo con el discurso del mandatario, que: “En materia de cerrar la brecha de género, Nicaragua está delante de todos los países europeos, salvo cuatro países nórdicos, todos los países en desarrollo del mundo y todos los países de América Latina y el Caribe, pasando del lugar 90 en el 2006 a ocupar el quinto lugar mundial en 2019 y 2020, según el Índice de Brecha de Género del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. Dicho Índice abarca tanto variables políticas, como económicas”.

Y a pesar de esa “promesa”, ¿realmente hay avances? El equipo de Fact- Checking de DIVERGENTES realizó un análisis de su discurso. Luego de consultar datos e informes se clasifica esta promesa como engañosa y poca confiable.

Según el informe “The Global Gender Gap Report 2020” publicado por el Foro Económico Mundial, de la región centroamericana, Panamá y Dominicana; el país con menor brecha de género es Nicaragua. Hasta la fecha, ningún país ha logrado la plena paridad de género. Los cinco países principales han cerrado al menos el 80% de sus brechas, y el de mejor desempeño (Islandia) ha cerrado el 82% de su brecha hasta ahora. 

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A pesar de eso, hay otros indicadores que nos muestran que Nicaragua no es el mejor de los ejemplos en el tema. Los únicos datos que presenta el mandatario Daniel Ortega, es el porcentaje de la representación de las mujeres en cada uno de los ministerios e instituciones de su gobierno. Un ejemplo es el número de mujeres presentes en su gabinete, en el cual de 16 representantes, nueve son mujeres, lo que representa un 56%. 

La socióloga y activista feminista María Teresa Blandón afirma que desde el punto de vista cuantitativo sí se puede hablar de equidad de género, en la cantidad de diputados y diputadas, en la cantidad de las alcaldesas, sobre todo las vicealcaldesas, hay más vicealcaldesas mujeres que hombres, hay equidad, casi paridad en los altos cargos ministeriales. Sin embargo, otra cosa es evaluar la calidad de la participación de las mujeres, “sí hay mujeres que toman decisiones, el tema es cuáles son las decisiones que toman y a quién benefician esas decisiones” agrega. 

También asegura que el problema de fondo es que donde hay un régimen autoritario que viola derechos humanos, que niega libertades públicas, no sirve de nada tener hombres y mujeres autoritarios en el poder. Las decisiones que toman son contrarias a los derechos de los y las nicaragüenses y tampoco contribuyen a mejorar las condiciones de vida de las mujeres. 

Y si se habla del sector privado, Michael Healy, presidente del Cosep, aseguró que en el 2009 solamente el 5% de las cámaras tenían mujeres en la presidencia. Este año, en 2021, es el 20% de mujeres que tienen la presidencia. Mientras que en 2009 solamente 6% de las cámaras tenían mujeres en la dirección ejecutiva, este año es el 38%. En Cosep, la dirección ejecutiva tiene más de 15 años de estar en las manos de una mujer.

Hilaria Salinas, del Comité de Género del Cosep durante el primer conversatorio “Las cúpulas empresariales y la igualdad de género en sus agendas 2030” expresó que la encuesta de empresas del Cosep y la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) definieron que el 70% de la economía nicaragüense es informal y hay cerca de 128 mil empresas formales, de las cuales 127 mil son MIPYMES (micro, pequeña y mediana empresa). Agregando que de estas empresas formales, el 32% son propiedad exclusiva de mujeres y el 18% son mixtas.

 “La mujer está más presente en la microempresa, donde el 30.5 % son propiedad exclusiva de mujeres, en la pequeña, mediana y gran empresa cerca del 30 % tienen propiedad mixta, las empresas medianas en manos de mujeres han venido disminuyendo y muchas micro han tenido que reducir el número de empleados a raíz de la crisis sociopolítica que atraviesa nuestro país desde el 2018 y la reciente pandemia causada por el Covid-19”.

En el año 2017, alrededor del 41% de los puestos directivos públicos y privados en Nicaragua eran ocupados por mujeres, según el estudio “Mundos aparte” realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU). Este conjunto de datos evidencia que hace falta mucho camino por recorrer en la  autonomía en la toma de decisiones de las mujeres. 

Autonomía económica y tareas reproductivas

Las promesas electorales recurrentes de Ortega:
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ataca de forma constante a los movimientos de mujeres independientes. EFE | Archivo.

Esto nos traslada a otra variable como la autonomía de la mujer en la economía. Según el último informe de empleo de la encuesta continua de hogares del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) presentado en marzo de 2021 destaca que el 45.3% de la población que labora por cuenta propia son mujeres, superando a los hombres en 12.3 puntos porcentuales. En el grupo de asalariados sucede lo contrario, donde la participación de los hombres supera a las mujeres en 7.4 puntos porcentuales. Mientras que en los trabajadores no remunerados, las mujeres representan un 15.1 puntos porcentuales y los hombres un 12.9 puntos porcentuales, con una diferencia de 2.2 puntos porcentuales.

En el año 2019 se analizó la situación de mujeres trabajadoras y emprendedoras a partir de los resultados de la Encuesta Mujer, tu voz tiene peso realizada por la plataforma digital Dele peso a sus pesos donde se recolectaron 781 respuestas de mujeres emprendedoras, asalariadas y otras.

El 81.0% de las emprendedoras encuestadas, tuvo que dedicar más tiempo a su negocio en los últimos 18 meses. Esto debido a varias razones: el 34.2% para diversificar los productos o servicios ofrecidos, el 28.4% tenía menos personal por lo cual tuvieron que asumir más tareas, y el 20.9% en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales.

Las mujeres compaginan el trabajo productivo y reproductivo. Los resultados de la encuesta permiten observar que el 88.2% de las mujeres está a cargo de las tareas en su hogar, las cuales se incrementaron en los últimos 18 meses para el 39.1% de las mujeres encuestadas y para el 52.4% estas se mantuvieron sin cambio. Es decir, las mujeres no solo están dedicando más tiempo al trabajo (tanto asalariadas como emprendedoras), sino que una mayor proporción está asumiendo más tareas en sus hogares.

Entre las encuestadas para las que se incrementó el número de tareas que realiza en el hogar, el 66.5% antes contrataba a alguien para cumplir con esas labores y ahora debe asumir esas tareas, el 40.2% ha reducido ciertos gastos y el 7.1% indica que se debe a otras razones. Esto refleja la doble jornada a la que se enfrentan las mujeres que participan en el mercado laboral, y evidencian que la carga de tareas reproductivas se está incrementando debido a la crisis, agudizando un problema estructural.

Además del subempleo, los trabajos no remunerados, las dobles jornadas también se suman la falta de derechos laborales y la discriminación salarial. 

Dos dimensiones

Las promesas electorales recurrentes de Ortega:
EFE.

A pesar que el gobierno oculta cifras y los pocos datos disponibles están desactualizados con el mismo objetivo de esconder la realidad de las mujeres en el país, es muy fácil darse cuenta que no está nada bien en estas dos dimensiones que se encuentran en la autonomía física de las mujeres: respeto a los derechos reproductivos de las mujeres y violencia de género.

Según Blandón, Nicaragua es el segundo país de América Latina con las tasas más altas de embarazos en niñas y adolescentes, en el caso de las niñas particularmente, los embarazos son producto de la violencia sexual y el abuso. 

A eso hay que agregar un nivel de educación deficiente, no se llega a los seis años promedio de educación, afectando directamente a los niños, niñas y adolescentes de ambos sexos, provocando una precariedad en el trabajo y desencadenando una serie de condiciones desventajosas para las mujeres sobretodo las mujeres campesinas quienes no tienen acceso al crédito y a la tierra. 

El 12 de febrero de 2013 fue creado el Ministerio de la Mujer (Minim) con el objetivo de formular, promover, coordinar, ejecutar y evaluar, políticas, planes, programas, y proyectos gubernamentales, que garanticen la participación de las mujeres en el proceso de desarrollo económico, social, cultural y político del país. Sin embargo, desde su creación ha tenido un presupuesto actualizado menor a los 30 millones de córdobas.  

Las Comisarías de la Mujer en Nicaragua iniciaron en 1993 con un proyecto piloto en el distrito V de la Policía. En 1997 se abrió la segunda comisaría en el distrito X, de Ciudad Sandino, tres años más tarde fueron incluidas en la Ley 228 de la Policía Nacional. En el 2007 la Policía ya tenía en todas las cabeceras departamentales del país oficinas de comisaría de la mujer, y en el 2014 se crearon oficinas de comisaría en los 153 municipios del país. A pesar de esto, a lo largo del gobierno sandinista, las comisarías de la mujer no se encuentran reflejadas en los informes de liquidación de la PGR.

Las Comisarías de la Mujer desaparecen en el 2016. El 31 de enero del 2020, la vicepresidente Rosario Murillo anunció la reapertura de las comisarías de la mujer luego de una gran ola de femicidios, el régimen las ha ido reaperturando paulatinamente y no se encuentran abiertas en todos los municipios.

Murillo, denunció el 16 de septiembre del 2020 “que habían personas con maldad en su corazón que antes promovían en las Comisarías de la Mujer el aborto”, y explicó además el porqué del relanzamiento de todas estas oficinas que hoy por hoy tienen como objetivo defender y promover la vida de las mujeres y las familias.

Mientras que Daniel Ortega, en su discurso aseguró que “hay una cantidad de delegaciones en diferentes municipios de nuestro país y queremos llenar el país de delegación de policía, para que esa comisaría de la mujer contribuya antes de que se produzca la desgracia”. 

De acuerdo con la Ley 779, en la atención de las comisarías deben estar involucrados, la Procuraduría de la Mujer, Ministerio de la Mujer, la Fiscalía General de la República y la Policía Nacional. El cierre de las comisarías durante cuatro años es uno más de los incumplimientos del gobierno sandinista. Además de obligar a las mujeres a mediar con sus agresores. 

En los últimos cinco años 293 mujeres fueron asesinadas en Nicaragua, según la Red de Mujeres contra la Violencia, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y el Movimiento feminista Las Subversivas.

En lo que va del año ya se registran 30 femicidios según el último reporte de Católicas por el Derecho a Decidir, de los cuales tres se registraron en el extranjero en el mes de Mayo, sin sumar los intentos de femicidios. Hay un promedio de 70-80 mujeres asesinadas por año. Y en el año 2020 hubo 72 mujeres asesinadas.

Blandón afirma que el acoso, el abuso sexual, la violencia física y psicológica se profundiza con la impunidad porque ya no existen mecanismos que antes existían para llevar toda la ruta crítica desde la denuncia hasta la investigación, hasta la sanción de los agresores. El Estado ha dejado a las mujeres víctimas de violencia en una situación de indefensión. Mientras el régimen solo pregona que “hay que librarla haciendo conciencia”.