“Y tienen secuestrado ahí un avión, siguiendo los mismos pasos del imperio británico que le roba al pueblo venezolano el oro, que el pueblo venezolano había depositado ahí en los bancos británicos o siguiendo los pasos de los Estados Unidos, que allá en los mismos Estados Unidos, las empresas que habían instalado Venezuela con sus propios recursos, con su propio capital, se las están robando a Venezuela”, vociferó Ortega este lunes.
El avión al que se refiere es la aeronave retenida desde hace dos meses en el aeropuerto internacional de Ezeiza, Argentina. En la tarde del lunes seis de junio aterrizó en Ezeiza un avión Boeing 747-300M matrícula YV-3531 proveniente de Caracas, Venezuela. Ese avión, de la empresa venezolana Emtrasur S.A., fue adquirido a la compañía iraní Mahan Air.
De sus 19 tripulantes, 14 son venezolanos y cinco, iraníes. Según la información aportada por la Dirección Nacional de Migraciones ante la Justicia Federal, no pesaba sobre ninguno de ellos ninguna alerta, restricción o impedimento, por lo que se habilitó su ingreso. La tripulación se alojó en el Hotel Holiday Inn de Ezeiza.
Para el día siguiente estaba previsto un nuevo vuelo a Caracas, con los mismos tripulantes, pero este fue cancelado por falta de combustible. En la tarde del miércoles ocho de junio el avión partió con destino a Montevideo, Uruguay, pero debió volver a Ezeiza porque el país vecino no admitió el ingreso de la aeronave.
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Al volver a solicitar el permiso de ingreso a Argentina, Migraciones dispuso retener la documentación de todos los tripulantes, otorgarles una autorización provisoria de permanencia y dejó constancia de que se alojarían en el hotel mencionado hasta conseguir combustible. El viernes 10 la tripulación cambió su alojamiento: se mudaron al Hotel Plaza Canning Design. Posteriormente, la justicia argentina iniciaría la investigación por una alerta internacional recibida.
Lo que se sabe del avión y su carga
El avión pertenece a Emtrasur, una empresa de carga creada en 2020 por el Gobierno venezolano. Es una subsidiaria de Conviasa (la aerolínea estatal venezolana), que está bajo sanciones aplicadas por el Gobierno estadounidense desde febrero de 2020.
De igual manera la aerolínea Mahan Air se encuentra sancionada desde 2008 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU. (OFAC, por sus siglas en inglés).
Las sanciones implican un embargo de la nave por las violaciones a los Derechos Humanos del régimen chavista. En este caso, la situación se complica por la tripulación iraní sobre la que se averigua si tiene antecedentes vinculados con el terrorismo.
Tanto las empresas petroleras YPF y Shell se negaron a venderle combustible por las alertas internacionales.
A finales de julio, la Dirección General de Aduanas decidió liberar la carga del avión que aún no había sido retirada, presuntamente 47 mil 822 kilos de autopartes para la empresa SAS Automotriz Argentina, y otros 7 mil 860 kilos de componentes automotrices.
Otro cargamento, en este caso de 8 mil kilos, también fue liberado. Pertenecía a la empresa Skylease, que había sido contratada por el mismo importador que el de Emtrasur, según informaron fuentes judiciales.
En la documentación que analizó la fiscal federal Cecilia Incardona, Qeshm Fars Air figura aún como titular de la aeronave. Esta a su vez fue dueña del avión antes de Mahan Air. Se encuentra al mismo tiempo con un contrato de alquiler por parte de Emtrasur, la subsidiaria de la estatal venezolana, Conviasa. La justicia quiere delimitar los plazos de la operación comercial.
La tripulación
El 17 de junio los investigadores argentinos recibieron un informe del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) en el que se vinculaba al piloto de la aeronave, Gholamreza Ghasemi Abbas, con la línea aérea de carga Qeshm Fars Air, dueña del avión antes de Mahan Air, y se relacionaba a esa empresa con la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica Iraní (IRGC) y con Hezbollah. Ambas son consideradas organizaciones terroristas en los Estados Unidos.
Ghasemi Abbas, nacido el 22 de noviembre de 1958, es accionista y miembro de la junta directiva y director ejecutivo de la aerolínea Qeshm Fars Air, utilizada por la IRGC para mover armas y equipamiento militar a Siria durante la guerra civil en ese país. Su nombre además coincidió con el de un ex oficial de la Guardia Revolucionaria Iraní, homónimo.
El primero de agosto el juez federal argentino Federico Villena firmó una resolución en la que dispuso que quedaran retenidos los documentos de los iraníes Gholamreza Ghasemi -piloto de la aeronave-, Abdolbaset Mohammadim, Mohammad Khosraviaragh y Saeid Vali Zadeh; y de los venezolanos Mario Arraga, Víctor Pérez Gómez y José García Contreras, tripulantes del Boeing 747. De esa manera solo 12 de los 19 tripulantes quedaron liberados.
El pedido de Estados Unidos
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, solicitó el dos de agosto la confiscación del avión Boeing 747, retenido en Argentina, luego de que se revelara una orden de incautación en el Tribunal de Distrito de EE. UU. para el Distrito de Columbia.
La orden, que se emitió el 19 de julio de 2022, alega que el avión fabricado en EE. UU. está sujeto a decomiso debido a violaciones de las leyes de control de exportaciones de este país relacionadas con la transferencia no autorizada del avión de Mahan Air a la Empresa de Transporte Aereocargo del Sur, S.A. (Emtrasur).
La justicia de Argentina aceptó el pedido de Estados Unidos y ordenó el 11 de agosto la incautación definitiva del avión. El Boeing 747 quedó bajo control del juez federal Federico Villena y su par del Distrito de Columbia, Michael Harvey, que investiga una presunta violación a las leyes de control de exportaciones que aplica la Casa Blanca a países considerados sospechosos de terrorismo. El avión pertenecía a la aerolínea Mahan Air, que no estaba habilitada a venderlo a terceros porque está bajo sanción estadounidense desde 2008. Emtrasur tampoco podía comprarlo sin autorización.
Ese mismo día el ministro Anticorrupción de Paraguay, René Fernández, reveló un nexo entre los tripulantes del avión iraní-venezolano y la organización criminal responsable del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci durante su luna de miel en Colombia.
No obstante, Nicolás Maduro aseguró que su régimen va a “dar una batalla con todas” sus “armas comunicacionales” para recuperar, con la ayuda de la “Argentina peronista”, la aeronave investigada por nexos con el terrorismo. Días después inició una campaña en redes sociales con el mensaje “Devuelvan el avión”, así como protestas en la embajada de Argentina en Caracas.
Por eso el apoyo demostrado por Ortega a Maduro, otro de sus fieles socios. “Realmente un momento triste, doloroso, porque con un presidente así (Alberto Fernández) en la Celac da vergüenza estar en la Celac, no sé qué fin irá a tener la Celac si Argentina no tiene la decencia y el honor de no someterse al imperio y eso solamente lo puede demostrar liberando inmediatamente a los hermanos que tiene presos ahí en Argentina, como que Argentina fuese un distrito de Miami, un distrito de Estados Unidos y regresandole el avión a sus verdaderos dueños que no son los yanquis, sino que es el Estado de Venezuela”, finalizó Ortega quien también es aliado de los iraníes.