En 2018, en el contexto del inicio de la “rebelión de abril”, posteriormente masacrada por el régimen orteguista, Martha, asentada en Costa Rica luego de la persecución sandinista en su contra y para enfocarse plenamente en su labor en la Red Nicaragüense por las Migraciones, expresaba su preocupación y tristeza por el baño de sangre que se veía venir por la radicalización de la represión.
“Lo que yo he captado aquí, en mis diálogos con la población migrante nicaragüense, es que hay una gran incertidumbre, un gran temor en cuanto a cómo se va desenvolver esta situación de Nicaragua; hay preocupación por sus propias familias; me preguntan qué sigue, si habrá una transición pacífica, hasta me han preguntado quién va a sustituir a Daniel Ortega. No hay que olvidar que Nicaragua, en su memoria histórica reciente tiene el proceso del derrocamiento de Somoza. Y es inevitable que haga comparaciones acerca de dos procesos que tienen algunos elementos en común, pero otros elementos muy distintos”, respondió en una entrevista para una televisora costarricense.
“El diálogo es una parte de la solución. Alguien tomó la decisión de cambiar las balas de salva por balas de verdad, la decisión de lanzar la represión paramilitar, esos alguienes, incluyendo el que disparó, tienen que tener un proceso que de justicia. En un conflicto bélico de la naturaleza del que está viviendo Nicaragua —y cuando utilizo conflicto bélico debo decir que a un lado están las piedras y al otro las balas, en un lado están las palabras y en el otro están las ofensas, que a un lado está la represión y en el otro la movilización social—, no existen condiciones para poder discutir los grandes problemas del país”, advirtió Martha.
Nacida el 16 de enero de 1955, Martha dejó este mundo a pocos días de cumplir los 65 años. A pesar de que su activismo social fue castigado por el sandinismo y lidiaba con las consecuencias de las cárceles somocistas, Martha no dejó que estos hechos y el avance de su enfermedad marcaran sus días.
“Ella enfrenta su enfermedad con la misma energía y el mismo estoicismo con que enfrentó toda su vida, siempre preocupada por lo que pasaba con el resto de sus amistades, tratando de cuidarse, pero sobre todo preocupada por el resto de la gente”, recuerda Quirós.
“Fue una persona muy humana, muy preocupada por el bienestar y por la situación de las personas en su entorno, de las personas en general, pero especialmente de sus amistades. Era una persona que siempre estaba pendiente de cómo vivían, cómo la estaban pasando las personas a su alrededor. La situación de sus familias, por aportar en la medida de sus posibilidades para mejorar su condición”, reflexiona la activista.
Martha escribió un poema tres meses antes de su bachillerato en el Colegio Asunción de Managua, en 1972. Estas palabras de un joven de 17 años, con ganas de comerse el mundo y más que eso, de entregar su cuerpo, alma y espíritu a las causas sociales en las cuales creía fervientemente, describen quién sería durante su tránsito por el mundo. Estos son algunos de sus versos: