“Somos una especie en viaje
No tenemos pertenencias sino equipaje”
Movimiento – Jorge Drexler
Nadie nos advirtió
No son 98, ni siquiera 20 o 10 años. Son apenas cuatro. En un calendario normal eso es poco tiempo –una nada, dirían las abuelas– pero cuando se cubre una crisis sociopolítica permanente, cuando todo tu equipo se tiene que exiliar y hay que reinventar las formas de hacer periodismo en un país donde no podés estar, donde ni siquiera existís, el tiempo pasa en años perro.
Nadie nos dijo
Lo menos que queremos es ser un medio corporativo o una de esas redacciones acartonadas que ponen en una vitrina a los directores, editores o gerentes. Claro, queremos crecer, fortalecer, potenciar y empoderar al equipo y para eso trabajamos. Hemos aprendido a crear, gestionar, dirigir y producir, todo a la misma vez, priorizando el periodismo y sus periodistas. Y cuando digo “corporativo”, me refiero a no ser un medio que sobreponga los intereses individuales de la Dirección Ejecutiva sobre los intereses del colectivo, de la redacción, de ese grupo de personas que representan la columna vertebral de este proyecto.
Nadie vive gratis
El periodismo es caro. Es costoso producir con calidad, invertir en equipos técnicos, viáticos, transporte, viajes y todo lo que requiere una buena historia. Los periodistas tienen familias, deudas, servicios básicos por pagar y todas esas responsabilidades que la vida va dando, aún más en el exilio. Sin embargo, es más costoso dejar de hacer periodismo, abandonar la responsabilidad de contar la realidad que los poderosos quieren ocultar, dejar que la desinformación y los discursos de odio ganen terreno en la conversación digital. Es un precio altísimo. Para que eso no ocurra necesitamos audiencias comprometidas, tan comprometidas como los periodistas que han tenido que dejar sus casas para seguir escribiendo.
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Nadie esperaba
“Invierto todo en mi carrera porque el arte va primero”, rapea René en su tema “Adentro”. En una conferencia en Barcelona, Gay Talese comparte con otros reporteros que “somos artistas, no somos empleados de una empresa cualquiera” y aunque no vayamos de traje, como el mítico autor, buscamos reivindicar el talento, revalorar la figura del periodista, cuidar la narración, dedicar el tiempo necesario a las historias, a la pesquisa, a leer y releer. Porque un artista siempre busca dar lo mejor de sí y se debe a su público: la audiencia –lectoespectador, me corregiría el maestro Pere Ortín–. Esa audiencia que nos ha llevado a estar entre los mejores de Iberoamérica.
Nadie aprende solo
Y escribo en plural, porque no soy solo yo. “No somos muchos, no somos pocos pero estamos todos locos”, cantan Los Caligaris y es exactamente ese verso el que me encanta, porque quienes hacemos posible esto estamos un poco locos. Tan solo un poco como para creer en un novel director que aprende cada día de su equipo, que aprende más de periodismo, de gestión humana, de finanzas, de proyectos, que aprende a ser un líder pero que, sobre todo, aprende a escuchar. No tengo duda, por la calidad de profesionales, que todos los que son DIVERGENTES podrían estar en lugares muchísimo mejores que éste, sin lidiar con el exilio y el sueño de regresar a Nicaragua. Pero como todo artista, caminamos en la cornisa entre la cordura y la locura.
ESCRIBE
Néstor Arce
Cofundador, director y productor multimedia de Divergentes. Junto a su equipo ha obtenido el Premio Ortega y Gasset 2022, el premio de la Sociedad Interamericana de Prensa 2022, nominado al Premio Gabo 2021 y los premios a la Excelencia Periodística Pedro Joaquín Chamorro. Ahora se encuentra refugiado en Costa Rica desde donde dirige esta redacción.