Complices Divergentes
Complices Divergentes

Nicaragua, el país con menos libertad de prensa en América en el ranking global 2025 de RSF

Nicaragua se ubica en el abismo de la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2025, presentada por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF). El régimen Ortega-Murillo ha llevado al país al puesto 172 de 180 naciones evaluadas, colocándolo por debajo incluso de otros regímenes autoritarios como Cuba y Venezuela. Se trata de la peor calificación para un país del continente americano y refleja un deterioro aún mayor respecto al año pasado, cuando ya figuraba la posición 163.


El régimen sandinista convirtió a Nicaragua en un territorio hostil para el periodismo. La prensa independiente ha sido silenciada mediante censura, amenazas, detenciones arbitrarias y una ola de exilios forzados. “El periodismo en Nicaragua ha sido erradicado”, concluye el informe presentado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se conmemora cada 3 de mayo. Señala que todos los medios críticos operan desde el extranjero, luchando contra la precariedad financiera y los desafíos tecnológicos para seguir informando a una audiencia reprimida dentro del país.

Lo que resulta aún más alarmante es que la libertad de prensa en Nicaragua es calificada peor que la de otros regímenes autoritarios como Cuba y Venezuela, ubicados en los puestos 165 y 160 respectivamente. Ambos países son conocidos por su control férreo sobre los medios de comunicación y la persecución sistemática contra la prensa independiente.

Sin embargo, según RSF, el caso nicaragüense es más extremo porque no solo ha criminalizado el periodismo, sino que ha vaciado por completo el espacio informativo nacional. La dictadura sandinista no sólo persigue, sino que ha borrado toda posibilidad de prensa libre, instalando un modelo de silencio absoluto y propaganda total.

El panorama centroamericano también muestra señales preocupantes, aunque ningún otro caso alcanza la gravedad del nicaragüense. Solo Costa Rica, en el puesto número 36, figura en una categoría de libertad de prensa considerada “bastante buena”. Panamá, en la posición 53, mantiene una ubicación intermedia, mientras que El Salvador ocupa el puesto 135, Guatemala el 138 y Honduras el 142, todos con retrocesos marcados por discursos de odio, propaganda oficialista y marcos legales restrictivos.

Represión sistemática y legalizada

RSF denunció que la represión en Nicaragua no solo ha sido sistemática, sino también legalizada. El régimen ha confiscado redacciones —como las de La Prensa, Confidencial y 100% Noticias—, ha encarcelado a periodistas bajo cargos infundados como traición a la patria, ha revocado nacionalidades y ha aprobado leyes como la de Ciberdelitos y la de Agentes Extranjeros para criminalizar el trabajo periodístico.

“En Nicaragua no hay espacio para el periodismo libre”, denunció Artur Romeu, director de RSF para América Latina, durante la presentación del informe. “El panorama es de erradicación total, desaparición forzada de periodistas como el caso de Fabiola Tercero, encarcelamiento, exilio de periodistas, incluso de personas de la tercera edad que ya no estaban ejerciendo”, lamentó.

Uno de los hallazgos más alarmantes de la Clasificación 2025 es la caída global del indicador económico, que ha llegado a su nivel más bajo desde que existe el índice: 44 puntos en una escala de 0 a 100. Nicaragua figura entre los 15 países más críticos del mundo en esta categoría.

Asfixia económica

Nicaragua, el país con menos libertad de prensa en América en el ranking global 2025 de RSF
Los medios de comunicación no pueden florecer porque están silenciados porque el Internet, que es su medio, su megáfono al mundo, está siendo constantemente vigilado.

Este colapso económico de los medios no solo responde a la persecución política. También se vincula al retiro de financiamiento internacional, como el proveniente de Estados Unidos, cuyos fondos fueron cancelados a partir del 20 de enero de 2025, tras la nueva administración de Donald Trump. Esto ha provocado despidos, cierres de proyectos y una creciente precariedad entre periodistas exiliados que dependen de esta cooperación para subsistir en Costa Rica, Estados Unidos y España, países donde se han reasentado los comunicadores nicaragüenses que huyeron de la persecución del régimen.

“La creciente dependencia de los medios independientes de la financiación internacional los hace vulnerables a las fluctuaciones de la ayuda exterior. La reducción de los fondos de cooperación, especialmente por parte de Estados Unidos, ha provocado despidos y una mayor precariedad de los periodistas”, advierte el informe. 

En el resto de América Latina, el panorama tampoco es alentador. México en la posición 124 continúa siendo el país más peligroso para ejercer el periodismo, con altos índices de asesinatos y ataques. En El Salvador, el modelo de Bukele ha debilitado la libertad de prensa mediante propaganda institucional y ataques constantes a medios críticos. 

Mientras tanto, algunos países muestran mejoras, como Brasil en el puesto 63, que continúa su ascenso tras el fin del mandato de Jair Bolsonaro. Sin embargo, RSF advierte que, por primera vez en su historia, la libertad de prensa enfrenta condiciones “difíciles” o “muy graves” en más de la mitad del mundo.

Exilio y resistencia

Nicaragua, el país con menos libertad de prensa en América en el ranking global 2025 de RSF
Un mural en alusión a los refugiados en San José, Costa Rica. Wilfredo Miranda Aburto | Divergentes.

La radiografía que traza RSF sobre Nicaragua es una de tierra arrasada. El informe señala que las principales cadenas de televisión (Canales 4, 8, 9 y 13), así como radios como Radio Ya o Radio Sandino, están bajo control directo de la familia Ortega-Murillo. La prensa escrita independiente ha desaparecido del país. Los periodistas que aún informan desde dentro de Nicaragua lo hacen sin firmar sus textos y bajo vigilancia constante.

A nivel legal, las reformas constitucionales aprobadas en enero de 2025, que designaron a Rosario Murillo como “copresidenta”, han consolidado el poder de la pareja presidencial sobre todos los poderes del Estado, incluyendo los mecanismos de control sobre medios. Estas reformas se justifican bajo el argumento de “combatir la desinformación” y protegerse de “intervenciones extranjeras”, pero en la práctica legitiman la censura.

A pesar de este panorama desolador, la prensa independiente nicaragüense no ha desaparecido. El informe destaca que los periodistas nicaragüenses han continuado informando desde el exilio, valiéndose de redes sociales y plataformas digitales para evadir la censura. Según el informe más reciente de la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), al menos 289 periodistas y trabajadores de medios nicaragüenses han sido forzados al exilio desde abril de 2018 a marzo 2025. 

La Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2025 señala que el periodismo en Nicaragua se ha convertido en una actividad de alto riesgo. “La policía allana los domicilios de los periodistas sin orden judicial ni explicación, y los interroga sobre sus compañeros, su trabajo en curso y sus empleos anteriores en medios independientes. También registra sus teléfonos móviles y confisca los dispositivos electrónicos de todos los ocupantes de la casa”, detalla la ficha de país.

La clasificación de 2025 confirma que el periodismo independiente en Nicaragua no solo está bajo asedio, sino al borde de la extinción. Mientras el régimen Ortega-Murillo consolida un modelo de poder absoluto que criminaliza la información crítica, el país se convierte en un caso extremo de represión informativa en el continente. En un escenario mundial donde ejercer el periodismo es cada vez más difícil, Nicaragua representa el país con la situación más grave en todo el continente americano.


La información que publicamos en DIVERGENTES proviene de fuentes contrastadas. Debido a la situación en la región, muchas veces, nos vemos obligados a protegerlas bajo seudónimo o anonimato. Desafortunadamente, algunos gobiernos de la región, con el régimen de Nicaragua a la cabeza, no ofrecen información o censuran a los medios independientes. Por ello, a pesar de solicitarlo, no podemos contar con versiones oficiales autorizadas. Recurrimos al análisis de datos, a las fuentes internas anónimas, o las limitadas informaciones de los medios oficialistas. Estas son las condiciones en las que ejercemos un oficio que, en muchos casos, nos cuesta la seguridad y la vida. Seguiremos informando.