La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo liberó la madrugada de este nueve de febrero a 222 presos políticos y, de inmediato, los trasladó al Aeropuerto Internacional de Managua, desde donde fueron desterrados en un vuelo con destino a Washington, Estados Unidos, confirmaron fuentes familiares y diplomáticas a DIVERGENTES.
“El Gobierno de Nicaragua decidió unilateralmente liberar a 222 personas que habían sido encarceladas, incluyendo un ciudadano estadounidense. Algunas de estas personas han pasado años en prisión, muchas de ellas por ejercer sus libertades fundamentales, en pésimas condiciones y sin acceso al debido proceso.Ya van en camino a Washington”, dijo a DIVERGENTES una fuente ligada al gobierno de Estados Unidos.
En el registro aéreo del aeropuerto se encuentra la salida de un vuelo chárter a las 6:30 de la mañana con destino a Washington. El avión corresponde a la empresa Omni Air International y el número de vuelo es OAE379, en un Boeing 767-300 con capacidad para 375 personas. Este vuelo llegará a su destino final en aproximadamente tres horas. El dato si en ese vuelo van los presos políticos no ha podido ser corroborado por esta redacción.
Fuentes bajo anonimato compartieron a esta redacción que desde la noche del miércoles habían “movimientos” dentro de los diferentes penales de Nicaragua. “Si la lista de presos políticos es de 245, quedarían pocos en las cárceles”, expresó una de nuestras informantes.
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Berta Valle, periodista y esposa del preso político Félix Maradiaga, confirmó que se logró la liberación de presos políticos que estaban en Nicaragua. Sin embargo, no detalló cuáles son los opositores que están viajando hacia Estados Unidos.
“Quiero confirmar que estoy en comunicación con el Departamento de Estados de Estados Unidos. Esta mañana a través de una llamada telefónica me confirmaron que se ha logrado la liberación de personas presas políticas y que han sido enviadas en un vuelo privado hacia Washington. Estarán llegando al final de la mañana o por la tarde al aeropuerto de Dulles”, explicó Valle.
Esta decisión de la dictadura ocurre dos días después de que la Justicia sandinista inhabilitó “de por vida” para ejercer cargos públicos o de elección popular a al menos 14 personas, entre ellos cuatro sacerdotes católicos y presos políticos. El gobierno sandinista no le ha confirmado la liberación y destierro a los familiares de los presos políticos.
“Lesther Alemán y más de 200 presos políticos fueron liberados. Sin embargo, fueron desterrados por el régimen de Ortega hacia Estados Unidos. Seguiremos luchando para que él y todos recuperen su ciudadanía nicaragüense y todos sus derechos”, publicaron los familiares del líder universitario en su cuenta de Twitter. “Nuestros amigos han sido liberados. Fueron desterrados por la dictadura sandinista hacia Estados Unidos. Seguiremos luchando para que recuperen su ciudadanía y todos sus derechos”, agregó pir su parte la organización Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN).
El padre Uriel Vallejos, párroco de la Iglesia Jesús de la Divina Misericordia de Sébaco, exiliado en Costa Rica, confirmó que entre los presos políticos expulsados están los sacerdotes juzgados y condenados en días anteriores. Se desconoce si en la lista figura monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, a quien el régimen programó su juicio para el próximo 15 de febrero.
“No es liberación”
El abogado Yader Morazán explicó que, a pesar de que el régimen Ortega-Murillo envió en un vuelo chárter rumbo a Washington a 222 presos políticos, la dictadura “no ha liberado” a ningún preso político.
“Al contrario, a través de la expulsión o coacción ha cometido el crimen de lesa humanidad de ‘deportación o traslado forzado de población’ en contra del derecho de circular libremente en el territorio”, explicó Morazán basándose en el artículo 31 de la Constitución Política de Nicaragua.
“Se los deberían llevar a Estados Unidos, no son nicaragüenses, dejaron de serlo. No tienen patria”, dijo Ortega el pasado ocho de noviembre de 2021, un día después de las elecciones generales sin competencia, a través de las cuales selló su permanencia en el poder junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. En esa ocasión, el mandatario sandinista achacó a los presos políticos “la falta de amor, servidumbre y servilismo a intereses apátridas”.