En Nicaragua no existen condiciones para celebrar unas elecciones democráticas en noviembre próximo, en las que el mandatario, Daniel Ortega, buscará su quinto mandato y cuarto de forma consecutiva, con sus principales contendientes arrestados, señaló la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua.
“El pueblo nicaragüense, que tiene derecho a optar por diferentes opciones políticas, se encuentra impedido de expresar sus simpatías votando en las elecciones de noviembre para elegir a las máximas autoridades del país”, indicó la diócesis de Managua, que dirige el cardenal Leopoldo Brenes, en un mensaje.
En una declaración dirigida “al pueblo santo de Dios y personas de buena voluntad” y en el marco del proceso electoral, la archidiócesis de Managua advirtió que “los candidatos de la oposición han sido forzosamente excluidos de la contienda al privarlos de libertad y quitarles sus derechos ciudadanos”. “El proceso electoral que debería ser una fiesta cívica se vive con temor e incertidumbre porque no existen condiciones para unas elecciones democráticas”, sostuvo.
En el marco del proceso electoral, las autoridades nicaragüenses han arrestado a los aspirantes presidenciales opositores Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre, que están siendo investigados por supuesta traición a la patria. Otros dos aspirantes a la Presidencia de la oposición, la abogada constitucionalista María Asunción Moreno y el exlíder de la “Contra” Luis Fley, abandonaron Nicaragua por razones de seguridad. Además, el Consejo Supremo Electoral (CSE), controlado por partidarios de Ortega, ha cancelado la personalidad jurídica a tres partidos políticos opositores.
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Frustración, impotencia y dolor
La Arquidiócesis de Managua aseguró que “los sucesos políticos que se han venido dando en el país durante los últimos meses han generado entre la población sentimientos de frustración, impotencia y dolor”. La razón, explicó, es “porque en un año electoral se ha producido la encarcelación de precandidatos y candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la República, así como de dirigentes y activistas políticos y periodistas”.
“A lo que se suman las amenazas a la Iglesia Católica, ofensas a sus sacerdotes y obispos, limitaciones a la visa o a la residencia de sacerdotes extranjeros, hostigamientos a los feligreses laicos y otras acciones ilegales e intimidantes”, continuó. Además, “el sufrimiento del pueblo se ve agravando por nuevas olas de contagio de la pandemia que sigue causando muertes, hospitalizaciones y restricciones a la normalidad”, indicó la diócesis.
Por otro lado, la Arquidiócesis de Managua se declaró dolida por “la nueva ola de migración de nicaragüenses, en su mayoría jóvenes, que se ven forzados a abandonar su patria por la inseguridad, el desempleo, la incertidumbre sobre el futuro del país, entre otras razones”.
La diócesis expresó a los nicaragüenses su solidaridad “con sus sufrimientos, temores e incertidumbres, no cesando de promover la paz, animamos a poner toda la esperanza y el futuro de nuestra patria en manos de Dios”.
Un total de 103.600 nicaragüenses se habían marchado al exilio, principalmente a Costa Rica, hasta marzo de 2020 a causa de las manifestaciones contra el Gobierno del presidente Ortega que estallaron en abril de 2018, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Ortega, un exguerrillero sandinista próximo a cumplir 76 años y que retornó al poder en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990, busca su quinto mandato, cuarto de forma consecutiva, y segundo con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en las elecciones del 7 de noviembre.