El mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam Ruiz, fue asesinado la mañana de este jueves 19 de junio en un condominio de Moravia, una zona residencial al noreste de San José, Costa Rica. Según confirmó su esposa, Claudia Vargas, el atacante ingresó al residencial haciéndose pasar por inquilino y le disparó en la puerta de su casa.
Samcam, de 67 años, sufrió dos heridas en una pierna, dos en el abdomen, y el resto en el tórax y las axilas. Murió en la puerta del baño, de acuerdo con reportes policiales y el informe de la Cruz Roja costarricense. Una unidad de soporte avanzado de vida atendió la alerta, pero al llegar al lugar ya no presentaba signos vitales. Fue declarado fallecido en la escena.
La activista nicaragüense en el exilio, Samantha Jirón, quien lo consideraba una figura paterna, también confirmó el crimen. Hasta el momento, las autoridades costarricenses no han emitido una versión oficial ni han divulgado hipótesis sobre el móvil del asesinato.
Roberto Samcam se exilió en Costa Rica tras denunciar violaciones a los derechos humanos perpetradas por el Ejército y la Policía de Nicaragua. Desde entonces, mantuvo una postura crítica contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en especial hacia las estructuras militares que respaldan su permanencia en el poder.
Fuentes vinculadas al caso confiaron a DIVERGENTES que las investigaciones iniciales apuntan a que el móvil del asesinato fue político, debido al rol activo de Samcam tanto en las protestas de 2018, y como una voz crítica desde su exilio.
El hecho ocurrió alrededor de las 7:40 de la mañana, en la segunda planta del condominio, ubicado en Moravia. Los investigadores están revisando las cámaras de seguridad cercanas al lugar del asesinato, así como realizando entrevistas con los vecinos. Sin embargo, debido a la hora en que ocurrieron los hechos, no hay muchas posibilidades de encontrar personas que hayan presenciado los hechos de forma directa.
También las investigaciones apuntan que en el atentado pudiesen haber participado de dos a tres personas y que el arma utilizada fue una pistola automática nueve milímetros o una calibre 40, que son las armas usualmente utilizadas por los sicarios en Costa Rica.
“El hecho ocurrió a las 7:40 a.m., una hora en la que muchos vecinos apenas se alistaban para ir al trabajo. Eso limita la cantidad de testigos. La mayoría de las personas están encerradas en sus casas y no observan lo que pasa afuera. Por ahora, la información recabada es poca. Los investigadores judiciales ya están trabajando en recolectar cámaras y videos que permitan avanzar con la investigación”, informó una fuente cercana al caso.
Asesino saludó a obreros que reparaban portones
El diario costarricense La Nación informó que el sujeto ingresó al lugar simulando ser un inquilino del residencial, entró saludando a los obreros que estaban trabajando en el lugar, subió las escaleras y al llegar a la propiedad de Samcam le disparó en ocho ocasiones, antes de huir del lugar.
El ataque fue escuchado por una hija del disidente, quien se encontraba descansando en una habitación contigua.
No deben investigarse como delitos comunes
El jurista y activista opositor Yader Morazán, alertó sobre la creciente peligrosidad para los exiliados y refugiados nicaragüenses en Costa Rica por la represión trasnacional que puedan llevar a cabo la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“El asesinato de opositores en Costa Rica, como el consumado de Roberto Samcam y el intento de asesinato en grado de tentativa en contra Joao Maldonado, no deben investigarse como simples delitos comunes debido a su contexto político y las evidencias que apuntan a una posible conexión con el régimen de Ortega-Murillo en Nicaragua”, señaló.
“En el caso de Samcam, su condición de exmilitar nicaragüense y opositor exiliado sugiere un móvil político, mientras que Maldonado, víctima de dos atentados (2021 y 2024), ha señalado amenazas provenientes de células del régimen operando en Costa Rica. Esta distinción exige una investigación profunda que considere motivaciones políticas transnacionales y no se limite a un enfoque de delincuencia común”, añadió.
El asesinato de Samcam no se produce en un vacío. Un informe reciente de la Fundación Sin Límites para el Desarrollo Humano documenta cómo la represión transnacional ejercida por el Gobierno de Nicaragua ha alcanzado nuevas dimensiones.
El estudio, basado en encuestas y entrevistas a activistas exiliados, señala que un 59% ha sufrido represalias fuera del país, siendo Costa Rica el territorio con más víctimas. Estas acciones incluyen vigilancia, amenazas, restricciones documentales e incluso intentos de asesinato.
La mayoría de los encuestados en territorio costarricense expresó sentirse desprotegida por las autoridades locales, lo que ha motivado a muchos a considerar su traslado a un tercer país. Estas condiciones refuerzan los temores de que crímenes como el de Samcam formen parte de una estrategia sistemática de silenciamiento más allá de las fronteras.
La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, se pronunció en la red social X, expresando; “es inadmisible que los sicarios de la dictadura de #Nicaragua operen con total libertad e impunidad en nuestro país. Ya son dos los asesinados!!”.
Tercer atentado contra opositores
El asesinato de Samcam es el tercero de opositores nicaragüenses. Primero fue el opositor Rodolfo Rojas en junio de 2022, y en octubre de 2024 Jaime Luis Ortega Chavarría, ejecutado en la comunidad de El Quebradón de Upala, fronteriza con Nicaragua.
A eso hay que sumarle el doble intento de homicidio fallido contra el también opositor Joao Maldonado y su esposa, quienes sobrevivieron a los dos atentados, ocurridos en 2021 y 2024. Maldonado y su mujer, que sobreviven con graves secuelas, huyeron de Costa Rica después del segundo atentado.
El común denominador de los tres crímenes y el doble intento fallido de homicidio, aparte del móvil político denunciado, es que las víctimas son refugiados y originarios del departamento de Carazo, donde en 2018, durante las protestas sociales contra los Ortega-Murillo, los policías y paramilitares enfrentaron una feroz resistencia ciudadana. Tanto opositores como las fuerzas armadas del régimen sufrieron bajas, lo que supone una “pasada de cuentas” en Costa Rica contra estas personas por participar en dicha resistencia.
Fuentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) consultados por EL PAÍS después del segundo intento de asesinato de Maldonado nunca han descartado un móvil político en esta tentativa de homicidio. Prueba de ello es que uno de los sospechosos que presentaron en ese momento es un periodista poco conocido, Danilo Aguirre Sequeira, exintegrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y otras agrupaciones opositoras, a quienes las víctimas señalan de “infiltrado”. A pesar de ser requerido por la OIJ, el sospechoso camina con total libertad en Nicaragua, donde un periodista no puede hacerlo porque acaba en las prisiones sandinistas.