En la víspera de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el discurso antiinmigrante ha prevalecido en la agenda electoral, especialmente en las declaraciones del expresidente Donald Trump. El líder del Partido Republicano ha evitado referirse a su plan de Gobierno y políticas públicas y mantener su narrativa de mensajes xenófobos y acusaciones extremas contra los inmigrantes, a quienes ha descrito como una amenaza para la seguridad de los estadounidenses.
Por su parte, Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata presidencial por el Partido Demócrata, ha tratado de tocar el tema con cautela, evitando caer en las provocaciones de Trump.
Este panorama genera una creciente incertidumbre entre las comunidades migrantes, particularmente para los nicaragüenses beneficiados bajo el Gobierno de Joe Biden con programas como el parole humanitario (un programa de la Casa Blanca para los ciudadanos de Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela), y Movilidad Segura, que han brindado una vía legal y segura para cientos de nicaragüenses que buscan escapar de la crisis sociopolítica que enfrenta el país a raíz de 2018.
Sin embargo, la retórica antiinmigrante de Trump amenaza con desmantelar estos avances, dejando en el aire el futuro de muchas familias que dependen de estas iniciativas para permanecer legalmente en Estados Unidos.
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Donald Trump: el discurso xenófobo
Donald Trump sigue utilizando una retórica xenófoba contra los inmigrantes. Este miércoles 16 de octubre, durante el foro de Univisión “Los latinos preguntan, Trump responde”, fue interrogado por un participante sobre rumores que circulaban en Ohio, específicamente si era cierto que los inmigrantes haitianos estaban comiendo las mascotas de los residentes, como aseguró el candidato republicano en su debate con Kamala Harris.
Aunque Trump mencionó que estas afirmaciones provienen de ciertos “medios” en Springfield, las autoridades locales ya han desmentido tales alegaciones, clasificándolas como falsas. A pesar de esto, Trump sigue apoyándose en estos reportes no confirmados para fortalecer su discurso antiinmigrante.
En su intervención el pasado viernes durante un mitin en Aurora, Colorado, expresó que en Estados Unidos hay presencia de criminales extranjeros, como la banda Tren de Aragua, de origen venezolano.
Durante este evento, Trump enfatizó que podría desempolvar la Ley de Extranjeros Enemigos (Alien Enemies Act) para “desmantelar cada red criminal migrante operando en suelo estadounidense”, dijo en cadena nacional. Dicha ley sólo es aplicable en casos de “guerra declarada” en Estados Unidos, y fue promulgada en 1798; es la misma ley que el presidente Franklin D. Roosevelt usó para encarcelar a familias de inmigrantes de origen japonés, italiano y alemán que vivían en Estados Unidosdurante la Segunda Guerra Mundial.
La Operación Aurora en contra de los inmigrantes

Trump llamó a su nueva estrategia contra inmigrantes, Operación Aurora, y prometió que el 5 de noviembre, día en que ganará las elecciones será considerado el “día de la liberación”, pues detendrá la “invasión” de inmigrantes.
El republicano también protestó contra los inmigrantes venezolanos, llamándolos “animales” y explicó que en Venezuela los “crímenes se han reducido un 72%. ¿Saben por qué? Sacaron a los criminales de Caracas y los pusieron a lo largo de su frontera, y les advirtieron de que, si volvían, los liquidarían. Ahora tenemos que vivir con estos animales, pero no por mucho tiempo”, dijo Trump.
En otra comparecencia en abril de 2024, durante un acto millonario de recaudación de fondos promovido por John Paulson en Palm Beach, Florida, expresó que es una lástima que no emigren a Estados Unidos personas procedentes de “países agradables como Dinamarca”, indicó un asistente a la fiesta al periódico The New York Times.
Según el mismo medio, Trump también lamentó el aumento de inmigrantes procedentes de América Latina, alegando que estos son miembros de pandillas que “hacen que los Hells Angels parezcan personas extremadamente agradables”.
Durante el debate presidencial entre Harris y Trump, el pasado 11 de septiembre, el tema migratorio fue objeto de críticas por parte del republicano y arremetió contra la política de inmigración del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Harris, por su parte, le contestó a Trump: “Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas”, responsabilizando a Trump por intentar bloquear las posibles soluciones a la crisis fronteriza. La vicepresidenta, continuó diciendo, “¿saben qué pasó? Donald Trump llamó por teléfono a algunas personas en el Congreso y les dijo que se deshicieran del proyecto de ley. ¿Por qué? Porque prefería su candidatura a solucionar un problema”.
Trump durante el debate volvió a su conocido discurso sobre la inmigración, sosteniendo que si llegase a ganar llevaría a cabo una deportación masiva, completar la construcción del muro fronterizo y a cerrar las fronteras para evitar el ingreso de personas procedentes de “todo el mundo”, a lo que el moderador David Muir, le replicó a Trump, que “¿cómo piensa deportar a 11 millones de indocumentados”.
A dos semanas de las elecciones el discurso sobre inmigración de Trump se va endureciendo, retratándolos como criminales peligrosos. En otra aparición en un mitin en Prescott Valley, Arizona el pasado domingo 13 de octubre, el expresidente prometió la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense y contratar a 10 000 agentes de Patrulla Fronteriza adicionales, de los 20 000 agentes que aproximadamente existen, según la agencia de noticias Reuters.
“Si permitimos que Harris, el zar fronterizo, gane estas elecciones, cada ciudad, cada comunidad de este gran país se irá al infierno”, dijo el presidente del sindicato, Paul Pérez, mientras estaba junto a Trump en el escenario con un grupo de agentes. Una situación que pone en vilo a la comunidad latina si Trump gana las elecciones presidenciales.
Kamala Harris continuará con el proyecto migratorio de Joe Biden

Aunque Kamala Harris, hija de padres inmigrantes, ha mantenido un discurso sobre migración menos incendiario que el de Donald Trump. Durante su gestión como vicepresidenta, ha sido objeto de críticas por la manera en que la administración Biden ha manejado la crisis fronteriza.
Actualmente, su enfoque se centra en impulsar una reforma migratoria que fortalezca tanto la economía de Estados Unidos como los derechos de los inmigrantes, alejándose de las narrativas basadas en el miedo y llevando de la mano el mantener vigente la orden provisional emitida en junio por el presidente Biden, con la que se cerró la frontera y afectó significativamente la política de asilo.
El miércoles 16 de octubre en una entrevista a Fox News, Harris expresó que su “presidencia no será una continuación de la presidencia de Joe Biden”. El entrevistador Bret Baier, preguntó a Harris la cantidad de inmigrantes indocumentados en la administración de los Estados Unidos durante la presidencia de Biden, a lo que Kamala simplemente respondió: “Bret, vayamos al grano, ¿de acuerdo? El punto es que tenemos un sistema de inmigración roto que necesita ser reparado”, dijo Harris.
“Represento una nueva generación de liderazgo”, dijo. “Yo, por ejemplo, soy alguien que no ha pasado la mayor parte de su carrera en Washington. Invito ideas, ya sea de los republicanos que me apoyan y que estaban en el escenario conmigo hace minutos, y del sector empresarial y otros que pueden contribuir a las decisiones que tomo”, enfatizó la actual vicepresidenta ante el cuestionamiento de Baier.
Remarcó en que no cree “en despenalizar los cruces fronterizos, y no lo he hecho como vicepresidenta […] No lo haré como presidenta” dijo. “Estados Unidos es una nación soberana y creo que tenemos la obligación de establecer reglas en la frontera y de hacer que se cumplan, y yo asumo esa responsabilidad muy en serio. Somos también una nación de inmigrantes… Así que tenemos que reformar nuestro sistema de inmigración para asegurar que funcione de manera ordenada de una forma humanitaria”, puntualizó la candidata presidencial a Fox News.
Durante la Convención Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés), Kamala Harris afirmó que retomaría el proyecto de ley fronterizo bipartidista propuesto por el Senado, el cual fue bloqueado por los republicanos a principios de 2024.
En el debate presidencial, Harris acusó a Donald Trump de “matar” este proyecto, alegando que llamó a miembros del Congreso para frenar cualquier avance en la solución del tema migratorio y que prefería hacer campaña sobre un problema y no resolverlo.
Según Kamala, “esa legislación habría significado la contratación de más de 1000 funcionarios fronterizos… Esto nos habría permitido de manera más rápida y efectiva deportar a los que entran ilegalmente y hubiera incrementado el número de jueces de inmigración y funcionarios de asilo. Es el proyecto de ley más fuerte que hemos visto en décadas para la seguridad fronteriza …y debería estar dando resultados reales en este momento”, enfatizó en su discurso en la frontera desde Arizona.
Harris durante la comparecencia en Arizona, también habló sobre la necesidad de ofrecer soluciones a largo plazo que incluyan tanto medidas de seguridad fronteriza, como vías legales para una residencia segura para los migrantes, además de enfatizar su impacto positivo en la economía estadounidense.
Leyes migratorias “rotas”

En una entrevista exclusiva para la cadena estadounidense MSNBC, Harris enfatizó que es necesario hacer un cambio a las actuales leyes migratorias porque están “rotas”, por lo que pretende que las nuevas acciones, sumado al cierre de la frontera, bajen el promedio semanal de detenciones.
El informe presentado en agosto por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reveló que el número de detenciones de personas extranjeras sin un estatus legal en la frontera disminuyó a niveles no vistos desde 2019.
La agencia también informó que la Patrulla Fronteriza detuvo a aproximadamente 58 000 migrantes indocumentados en la frontera sur durante ese mes, lo que representó una reducción del 68% en comparación con agosto de 2023. Sin embargo, el promedio semanal de detenciones aún supera los 1500, lo que justifica que el gobierno mantenga la frontera cerrada.
A pesar de su flexible postura en el tema migratorio esto no se traduce en un aumento en la tendencia del voto latino para Harris. Este grupo, que se compone de 36.2 millones de votantes habilitados para las elecciones del 5 de noviembre, será definitivo para lograr la continuidad de la administración demócrata.
Según una encuesta del New York Times, Harris cuenta con el apoyo del 56% de los latinos, sin embargo, no es el mejor panorama para la demócrata porque la última vez que un candidato del Partido Demócrata obtuvo menos del 60% del apoyo de los votantes latinos fue en 2004, cuando el republicano George W. Bush ganó la reelección. Un patrón que indica a juicio de los analistas políticos, que el discurso antiinmigrante de Trump no generó un giro significativo entre los votantes latinos.
Otra encuesta realizada por el Pew Research Center entre el 26 de agosto y el 2 de septiembre de 2024 revela que los latinos que respaldan a Trump lo hacen principalmente debido a su enfoque en la economía (93%). Esto sugiere que la cuestión migratoria no parece ser su principal preocupación, lo que deja claro que muchos de estos votantes no tienen intención de cambiar su apoyo a favor de Kamala Harris.
La zozobra entre inmigrantes nicaragüenses, no tienen más opción que solicitar asilo

De llegar Trump nuevamente a la Casa Blanca, ha manifestado que obligará a más de un millón de personas que han ingresado al país con los programas puestos en marcha por Joe Biden, a abandonar el país. Esta campaña electoral de deportaciones masivas no es la primera vez que la realiza, también lo prometió en su anterior período presidencial, pero durante su Gobierno las deportaciones no superaron las 350 000.
Trump se refiere al programa puesto en marcha en enero de 2023, donde los migrantes que se encuentran en la frontera sur de México, pueden utilizar la aplicación para teléfonos llamada CBP One para programar una cita con autoridades migratorias estadounidenses y solicitar asilo en uno de los cruces oficiales de los Estados Unidos. Según reportes, hasta septiembre de 2024, 813 000 inmigrantes han utilizado este sistema.
El otro programa que se puso en marcha el año pasado fue especial para inmigrantes cubanos, nicaragüenses, haitianos y venezolanos, que permite que 30 000 personas ingresen a Estados Unidos cada mes, siempre y cuando encuentren un patrocinador financiero a través de parole humanitario. Hasta la fecha aproximadamente 530 000 personas han llegado a Estados Unidos bajo ese programa, indica Los Angeles Times.
Sin embargo, el presidente Joe Biden decidió no prorrogar el permiso temporal de dos años dejando a más de medio millón de personas en riesgo de ser expulsadas. Lo preocupante es que no solo el parole es el único programa legal en riesgo, sino también el Estatus de Protección Temporal (TPS) y el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), dado que el republicano ha mencionado derogar o restringir estas tres salvaguardas.
Un informe de la National Foundation for American Policy (NFAP) muestra que en una hipotética segunda administración de Donald Trump, hasta 2.7 millones de personas estarían en riesgo de perder la protección contra la deportación. Esta cifra incluye a inmigrantes que actualmente se benefician de programas como DACA o el parole.
La única alternativa en el caso de los inmigrantes que son beneficiados por el parole o por otro programa de salvaguarda legal es solicitar asilo o salir del país, de lo contrario serán colocados en procedimientos de deportación, indicó el portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Naree Ketudat.
Hasta el momento, el DHS ha reportado que unos 110 000 cubanos, 210 000 haitianos, 93 000 nicaragüenses y 117 000 venezolanos han entrado a Estados Unidos bajo el programa de parole.
Quienes tienen más complicado el panorama son los nicaragüenses, de acuerdo a una publicación del New York Times. Los migrantes de Haití y Venezuela tendrán la oportunidad de quedarse sin miedo a ser deportados a través del programa de Estatus de Protección Temporal, que también les ofrece permisos de trabajo. Mientras que los venezolanos que llegaron antes de julio de 2023 pueden optar al T.P.S. y los haitianos que llegaron antes de este verano también.
Por su parte, los emigrantes cubanos tienen la oportunidad de obtener una tarjeta verde con la Ley de Ajuste Cubano, una ley de 1966 que permite a ciertos cubanos solicitar la residencia permanente mientras están en el país. “Pero los casi 100.000 emigrantes que llegaron de Nicaragua a través del programa podrían encontrarse en una situación especialmente difícil”, asegura el diario.