Lo dicho:
“La sabiduría popular de los nicaragüenses establece que la paz es un valor determinante para la sociedad, para ellos, para las familias, porque es lo que contribuye o lo que determina prácticamente que haya estabilidad en el país. Casi 9 de cada 10 lo aprueban porque saben que si la paz se pone en riesgo, entonces se pone en riesgo la estabilidad del hogar, se pone en riesgo el bienestar que puedan estar teniendo en el hogar, el país va avanzando”.
Clasificación:
Verificamos:
Las últimas encuestas de M&R presentan una visión de Nicaragua en la que “se respira paz”, marcada por una baja intención de emigrar, una supuesta libertad religiosa y de expresión; una economía sólida y una imagen positiva de la gestión del presidente Daniel Ortega.
Esta narrativa contrasta profundamente con la realidad que enfrenta la población, en la que las condiciones sociales, económicas y políticas tienen otro rostro. Una realidad distinta muestran los resultados de CID-Gallup, cuyo último sondeo dice que existe una tendencia negativa a la gestión de Ortega y refleja un panorama económico desalentador.
Juan Carlos Gutiérrez, investigador y sociólogo nicaragüense, destaca que la diferencia entre ambas encuestadoras radica en su metodología: CID-Gallup realiza encuestas telefónicas por falta de autorización gubernamental, mientras que M&R, con permiso del régimen, las hace de forma presencial, lo que influye en los resultados.
Gutiérrez afirma que tiene conocimiento que miembros del Frente Sandinista acompañan a los encuestadores a los territorios. “Ya con eso tenés un sesgo total sobre la calidad de la información que la población va a poder dar… posiblemente están siendo encuestados a partir de una metodología que inspira más bien temor y por tanto condicionan las respuestas”. Otro aspecto que le llama la atención al investigador social es que es posible que exista una manipulación estadística.
Aprobación de gestión del gobierno
Un dato que pone en entredicho las encuestas de M&R es la aprobación de la gestión del Gobierno de Ortega y Murillo, así como la preferencia hacia ambos líderes. Según M&R, en diciembre de 2024, el 85.1% de los encuestados aprueban la gestión del régimen, una cifra que contrasta con el 36.8% registrado en 2018 durante la crisis sociopolítica.
En cuanto a Rosario Murillo, recientemente nombrada “copresidenta”, M&R refleja una aprobación que, aunque elevada, no logra superar significativamente la de Ortega, a pesar de su control total sobre las instituciones. En 2018, sólo el 27.3% aprobó su gestión, pero para diciembre de 2024, el apoyo creció y se mantuvo en el 80%, según la encuesta liderada por su director, Raúl Obregón.
La encuesta número cien de CID-Gallup publicada en octubre de 2021 presenta una perspectiva distinta. Daniel Ortega obtuvo un nivel de aprobación del 40% en enero de ese año y en el 2023 reportó una tendencia negativa en la aprobación de Ortega, con un saldo de -20. Respecto a la evaluación de la gestión de Ortega-Murillo en 2023, el 55% de los encuestados indicó que era mala o muy mala, mientras que solo el 35% la calificó como buena o muy buena.
Rumbo de la economía del país
Una de las principales preocupaciones de los nicaragüenses es el rumbo de la economía del país. Según la encuesta de opinión pública de CID-Gallup, publicada en noviembre de 2024, el 46% de los encuestados expresó expectativas de mejora en su economía familiar.
La encuesta “Sismos #79” de M&R presenta una perspectiva diferente, indicando que la percepción sobre la “situación económica de la familia en comparación con hace 12 meses” ha mejorado significativamente, pasando del 19.3% en 2019 al 69.8% en diciembre de 2024.
En cuanto a la “situación económica del país comparada con un año atrás”, CID Gallup refleja que la mayoría de los encuestados considera que esta ha empeorado o está mucho peor, lo que contrasta con los resultados más optimistas presentados por M&R. A pesar de estas diferencias, ambas encuestadoras coinciden en señalar que el principal problema que enfrenta Nicaragua es la economía.
“El Gobierno tiene control macroeconómico, pero hay un problema socioeconómico. La población tiene problemas económicos para acceder y satisfacer sus necesidades básicas, una realidad que no evidencia la encuestadora a fin al régimen”, analiza Gutiérrez.
¿Están tan felices los nicas que no quieren emigrar?
Cada vez son más las familias que deciden emigrar, aunque la percepción general apunta a un aumento en esta tendencia. Según M&R, actualmente el 14.3% de las personas manifiestan intención de abandonar el país.
Aunque las cifras de la encuestadora M&R marcan una baja tendencia a la migración, el Colectivo Nicaragua Nunca Más registró a octubre del 2024, al menos, 800 000 nicaragüenses, un 11.8% de la población de la población calculada en 6.8 millones de habitantes, se encuentran desplazados forzadamente fuera del país. “Un éxodo sin precedentes”, apuntan.
Gutiérrez analiza que “existe una contradicción entre los resultados y la realidad”, y contextualiza que la encuesta realizada por CID-Gallup y Fundación Sin Límites, publicada en Confidencial, plantea que más del 50% tiene serios problemas para poder satisfacer sus necesidades básicas.
“En Nicaragua se respira paz”
Uno de los resultados destacados por la consultora costarricense M&R en este año es que el 97.0% de los encuestados considera que en “Nicaragua se respira paz”, una tendencia que se ha mantenido desde marzo de 2023 y que muestra una narrativa que refuerza la percepción de tranquilidad y estabilidad promovida por el régimen.
Por su parte, CID-Gallup, en su encuesta publicada en septiembre de 2024, ofrece un panorama distinto, señalando que el régimen de Ortega y Murillo ha intensificado la represión contra la ciudadanía. Este contexto ha resultado en miles de presos políticos, cientos de miles de exiliados, nicaragüenses en condición de apatridia, y la cancelación y confiscación de organizaciones civiles.
Gutiérrez enfatiza que las encuestas de M&R están diseñadas para reforzar la narrativa oficialista y enviar un mensaje de control y buena gestión del país, que contribuyen a crear una percepción de estabilidad, paz y bonanza, que puede llegar a funcionar, no en Nicaragua, sino en el exterior.