Todas las mañanas llegan las cisternas de agua de la empresa Transporte Milton Gutiérrez a los barrios Bello Amanecer, Bella Aurora y reparto Urbina, una zona de Managua abandonada por el Estado y la alcaldía capitalina.
Estas cisternas abastecen de agua a las casi 400 familias que hay por cada barrio, con un costo de 40 córdobas por barril de una capacidad de 205 litros de agua.
Las familias con mayores recursos tienen tanques de agua que almacenan entre 2000 y 2500 litros de agua. Además, pueden comprar diez barriles o más, así como también abastecerse en la semana tantas veces sea necesario.
Otras familias más pobres únicamente pueden comprar cuatro o cinco barriles a la semana, que son insuficientes para cumplir todas sus necesidades en el hogar. Para poder racionar su uso, almacenan el agua en contenedores poco prácticos como barriles de metal, ya corroídos por el constante contacto con la humedad.
Recibe nuestro boletín semanal
De casa en casa, la cisterna va por las calles de tierra de las comunidades y suministran el agua con una gran manguera. Los habitantes ya saben su consumo de agua y solo indican a los trabajadores cuántos barriles van a comprar. Cinco, ocho barriles, diez, y el que puede, 15 barriles.
El consumo de agua en un solo barrio es profundamente desigual, señala uno de los pobladores de la zona. Mientras que una familia puede utilizar agua sin problemas para limpieza, consumo e higiene, en otras racionan el agua hasta para beber o cocinar.
El agua “depende de lo que podás pagar”
“Todo depende de lo que podás pagar”, dice un poblador, quien pidió no citar su nombre para “evitarse problemas”. “Si podés comprar agua todos los días, la comprás. Sino, te toca aguantarte hasta que tengás reales. Hay algunas familias que no compran a las cisternas, quién sabe cómo consiguen su agua”, añade.
Desde que la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados Sanitarios (Enacal) abandonó totalmente estas comunidades en 2022, al dejar de enviar pipas de agua potable, esta zona de Managua se convirtió en una fuente de ingresos para las empresas privadas que venden agua.
También ha servido de negocio para vendedores ambulantes y pequeños comerciantes, que ofrecen agua a las familias que no alcanzaron comprarle a las empresas, aunque con costos más elevados.
“Las cisternas se van al mediodía y si al final de la tarde te quedaste sin agua, tenés que comprarle a algunos de esos vendedores. Entonces un balde te lo pueden vender en 60 o 70 córdobas”, explica otro poblador.
Vendedores de agua dicen ser certificados por Enacal
Transporte Milton Gutiérrez es una de las empresas que a diario ofrecen el servicio de venta de agua.
Su dueño, Milton Gutiérrez le asegura a los pobladores que están certificados por Enacal y la Alcaldía de Managua como empresa de agua potable. Sin embargo, las personas que le compran, le reclaman que el agua tiene un aspecto amarillento cada vez que se asienta. Gutiérrez niega esto y asegura que esa agua es de las otras empresas que no tienen certificación a la cuales los pobladores le compran.
DIVERGENTES consultó a Gutiérrez sobre el negocio de suministro de agua y su relación con la Alcaldía de Managua y Enacal, pero no atendió las consultas que le hicimos vía WhatsApp y a su correo electrónico.
La desconfianza sobre la potabilidad del agua ofertada por estas cisternas también se da porque los habitantes señalan que la recogen del lago Xolotlán para utilizarla en proyectos de la Alcaldía de Managua .
“Las mismas cisternas que llegan a vendernos agua son las que trabajan para la Alcaldía (de Managua). Tienen los mismos logos, las mismas letras y todo. La gente ve cómo las cisternas van para el lado del Malecón a traer agua y después se van al área del proyecto. Yo no creo que después laven el interior de las cisternas para vendernos agua a nosotros”, dice otro habitante.
Es por esta desconfianza que los pobladores no usan el agua que compran a las cisternas para consumo, sino para realizar los quehaceres domésticos como lavar trastes y ropa, y limpiar el hogar.
Falta de agua, un negocio rentable
La falta de agua en estos tres barrios es un negocio totalmente rentable para las empresas de cisternas. El mínimo por el que Transporte Gutiérrez manda una cisterna de agua a un barrio es por 48 barriles, entre 40 y 45 córdobas cada uno, es decir, por un promedio de 2000 córdobas.
Con 1200 familias que no tienen acceso a agua en Bello Amanecer, Bella Aurora y reparto Urbina, la venta de agua es todos los días. “El único día que no llegan son los domingos”, dice Claudia, otra habitante que también solicitó anonimato.
Como el consumo de agua varía grandemente entre las familias en dependencia del número de miembros y los ingresos económicos, no se puede hacer un promedio de cuánto dinero este negocio genera diariamente. Por ejemplo, familias como las de Claudia solo compran cinco barriles semanales, pero otras compran hasta cinco por día.
Gutiérrez tampoco respondió a DIVERGENTES sobre la cantidad de barrios que abastece su empresa y la cantidad de barriles de agua que son vendidos por día.
Sin embargo, Claudia asegura que por una sola cuadra se pueden vender hasta 200 barriles. Esto supone entre 8000 y 9000 mil córdobas en ventas, con base a los precios ofertados por las cisternas de Gutiérrez. “Una cisterna se va vacía y después vuelve otra llena, y así se van turnando por todo el barrio”, señala.
Agua embotellada, un lujo al alcance de pocos
Dentro del negocio de agua en esta zona hay otro negocio: la venta de agua embotellada. Ante la ausencia de fuentes confiables de agua potable, la venta de agua embotellada ha proliferado en estos barrios. Aunque en realidad, sólo las familias más pudientes son las que consumen este comercio.
“Hay algunas pulperías que venden Fuente Pura en galones, bidones, botellas, pero un bidón te puede costar 80 pesos, porque las revenden y las dan bastante caras. Y como le tienen que ganar, así justifican sus precios”, dice otra habitante.
Los vendedores ambulantes que se han metido al negocio del agua también aseguran que su agua es potable y venden agua embotellada o llenan baldes que les dan los pobladores. Si bien mucha gente desconfía de los vendedores ambulantes, la necesidad hace que muchas familias los compren.
“Hay un niño que siempre pasa y rellena una pichinga a 15 córdobas. Yo no le compro, porque no sé de dónde saca esa agua, pero hay gente que le compra”, cuenta Claudia. Mientras que otras familias simplemente consumen el agua comprada a las cisternas, pese a su color amarillento y mal sabor.
Las promesas incumplidas de Enacal
Las familias de estas comunidades de Managua a duras penas alcanzan el consumo necesario de agua para satisfacer sus necesidades, que es de 100 litros por persona, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo a datos de Enacal, la cobertura de agua potable en el área urbana de Managua alcanzó el 93 % en 2021, pero numerosos barrios no tienen ni siquiera tuberías para este servicio.
El presidente ejecutivo de la institución, Ervin Barreda, señaló a medios oficialistas que se trata de la cifra más alta de cobertura de agua en el país en su historia, un dato que definitivamente no toma en cuenta a las familias de los barrios Bello Amanecer, Bella Autora y reparto Urbina. La promesa de Enacal de brindar agua potable a sus habitantes, sigue pendiente desde hace más de una década.