El martirio por la falta de agua persigue a los barrios de Managua: “No tenemos ni para bañarnos”

Desde 2022, Enacal dejó de suministrar agua al reparto Bella Aurora y barrios aledaños, obligando a la gente a comprarla a cisternas pertenecientes a empresas privadas. En ocasiones, los pobladores no pueden costear el agua necesaria y se ven obligados a tomarla de lagunas privadas

Agua
El desabastecimiento de agua potable es un problema recurrente en muchos barrios de Managua, pese a la propaganda de la dictadura asegura que en la capital hay cobertura completa. Archivo | Divergentes

Para asegurar agua potable a su familia, Jessika Zamora camina casi un kilómetro todos los días donde su suegra, solo para llenar tres galones de agua que a duras penas les alcanza para beber y cocinar. Si el agua se acaba antes, como ocurre la mayoría de las ocasiones, tiene que volver a ir a la única casa en la que puede rellenar las botellas, sin tener que pagar. 

Conseguir el agua para tomar es lo más difícil para ella, señala Zamora, de 30 años. Tiene que obtener suficiente para abastecer a ella, su esposo y sus tres hijos de 13, 10 y 4 años. Desde que se mudaron al reparto Bella Aurora hace ocho años, un barrio de Managua del Distrito 7, el acceso al agua ha sido un martirio que los ha perseguido.

Desde que la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillado Sanitario (Enacal) se desentendió totalmente del barrio a finales del año pasado y dejó de enviar cisternas que suministraban agua a la comunidad, Zamora y las otras 400 familias del reparto Bella Aurora deben de comprar agua a cisternas de empresas privadas que llegan todos los días, pues el barrio no tiene tuberías que la lleven. 

Gastos familiares se incrementan

El martirio por la falta de agua persigue a los barrios de Managua: “No tenemos ni para bañarnos”
La falta de agua obliga a las familias a comprar agua a cisternas de empresas privadas que llegan todos los días, Archivo | Divergentes.

Con un costo de 40 córdobas por barril, Zamora gasta en promedio 200 córdobas semanales, para comprar cinco barriles. Sin embargo, como casi siempre no es suficiente para las necesidades del hogar, en ocasiones gasta hasta 400 córdobas semanales. Al final del mes, el gasto en agua varía desde 800 córdobas, hasta 1600.

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Pero esa agua solo la utiliza para los quehaceres domésticos como lavar trastes, lavar ropa y limpiar el piso, aclara. Pese a que la empresa que les vende agua asegura que es potable, no tiene aspecto de serlo. “Ellos dicen que el agua se puede tomar, pero cuando el agua se asienta, agarra un color amarillo y se le forma una nata blanca en la parte de arriba. Yo no creo que realmente sea potable”, advierte Zamora.

“El agua se nos acaba siempre y últimamente más con estos calores. Hay ocasiones que en la noche ya no tenemos agua para beber, entonces tengo que hacer viaje a esa hora. Con mi esposo montamos las pichingas en el carrito del niño, porque es un viaje muy largo para ir cargando”, relata.

Promesas del acceso al agua, siguen en promesas

De acuerdo con Enacal, la cobertura de agua potable en el área urbana incrementó al 93 % en 2021. El presidente ejecutivo de la institución, Ervin Barreda, señaló  a medios oficialistas que se trata de la cifra más alta de cobertura de agua en el país en su historia. 

Según el mapa interactivo de Enacal, la zona donde vive Zamora recibe de 18 a 24 horas diarias de agua. Pero sus habitantes aseguran que no hay acceso al agua en toda el área, a menos que individualmente decidan pagar para crear un pozo y abastecerse por su cuenta.

La promesa del acceso al agua en el reparto Bella Aurora y los barrios aledaños —reparto Urbina y reparto Bello Amanecer— está pendiente desde hace años, indica Zamora. Enacal y la Alcaldía de Managua les han asegurado a los pobladores que se están ejecutando proyectos para garantizar el acceso.

No obstante, el Mapa Interactivo de Enacal no incluye la zona de Zamora dentro del proyecto 2022-2026, ni la incluyó en el proyecto 2007-2021.

“Nos dijeron que nos van dar agua cuando se construyan las casas del proyecto Bismark Martínez que están cerca del barrio, y que cuando les suministren agua a esas casas, nos van a dar a nosotros, pero que es hasta en unos años”, expresa. 

“Honestamente no creo que eso sea pronto, porque mi mamá vive en la zona y desde hace 16 años el Gobierno les ha dicho que va a meter agua y nada”, añade.

El argumento de Enacal para no llevar agua: “malos caminos”

El martirio por la falta de agua persigue a los barrios de Managua: “No tenemos ni para bañarnos”
La propaganda del régimen Ortega-Murillo asegura que Managua goza de una cobertura de agua potable completa. Archivo| Divergentes.

La situación se ha hecho más difícil para esas comunidades desde que Enacal dejó de mandar cisternas en 2022, ya que según la institución, las calles de tierra están en mal estado y no pueden mandar vehículos. 

Sin embargo, en vez de encontrar soluciones al problema, Enacal simplemente detuvo los envíos de cisternas, dejando a los barrios desamparados y sin más opción que comprar agua a empresas privadas.

Ante esto, los pobladores acudieron a la Alcaldía para solicitar que se construyan calles para que las cisternas volvieran, pero les dijeron que no pueden hacer ninguna construcción, si no hay alcantarillado para aguas negras y agua potable. 

Además, esa gestión también se debe de realizar con el Distrito 5, dado que la calle para acceder al barrio colinda con ambos distritos. La respuesta de nuevo fue “que esperaran”. “Esto es un ciclo de nunca acabar”, dice Zamora.

Horas de agua han disminuido en barrios

Otros barrios de las zonas también han experimentado retrocesos en el acceso al agua. Martha, del barrio Lomas de Guadalupe, cuenta que hace cinco años tenía acceso al agua todo el día. Pero, desde hace unos tres años empezaron los recortes, lo que cambió a no recibir agua del todo por las noches. En 2022 los recortes eran desde la tarde, y este año, solo se abastece de agua en las mañanas.

“Los recortes nos han afectado mucho, porque a veces ni sabemos a qué hora se va a ir el agua. Hay días que al mediodía ya no hay, y otras veces son las 8 de la mañana y no hay. Apenas me levanto, tengo que guardar agua, porque sino me quedo sin hacer nada en la casa y sin agua para tomar”, cuenta.

Debido a los recortes, Martha ha tenido que gastar más de 3000 córdobas sólo en barriles grandes para guardar agua. Al inicio solo necesitaba un barril para el baño, pero como las horas de agua disminuyeron considerablemente, tuvo que comprar dos barriles más para el patio, y uno para la cocina.

“Al principio solo necesitaba agua para el uso del inodoro en la tarde, pero ahora ni siquiera hay agua para lavar la ropa, limpiar el piso, hacer las cosas. Es mentira que a las ocho de la mañana que se va el agua, voy a tener toda limpia la casa. Así que debo de guardar para hacer los quehaceres”, explica.

Martha también tiene dificultades para asegurar el agua de consumo, pues está limitada para los cinco miembros de su familia: ella, su esposo y sus tres hijas. Sin embargo, basta con un día caluroso o que llegue una persona más a su hogar para que deba de comprar a 70 córdobas el bidón de agua.

“No nos han dado explicaciones de por qué aumentaron los recortes. Nos dicen que en nuestro barrio sí se brinda cobertura de agua, pero solo en ciertas partes de la calle principal, pero no al resto de la gente que vive en otras partes de Las Lomas”, señala.

Pobladores forzados a tomar agua de lagunas privadas

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La falta de agua y el alto costo de comprarla fuerza a la familia a tener que buscar agua en lagunas privadas cercana. Archivo| Divergentes

Otros pobladores del reparto Bella Aurora, Bello Amanecer y barrios aledaños, esperan a la noche para agarrar agua de la laguna artificial del Nejapa Golf y Country Club, un club privado élite para golfistas. 

“No lo hacemos siempre, sólo en situaciones críticas cuando del todo no tenemos agua. Sólo la usamos para bañarnos y hacer otras cosas, pero no la usamos para consumo”, dice uno de los habitantes de las comunidades. A través de un hoyo en la malla que separa al Country Club de los barrios cercanos, se escabullen las personas solo para agarrar agua de la laguna.

No es una exageración, dice Zamora. En ocasiones, ella tampoco tiene agua para bañarse y debe caminar el kilómetro donde su suegra solo para procurar su higiene y poder asistir a su trabajo, que es de trabajadora doméstica, mientras que su esposo es albañil. 

“Hace unos días tuve que ir donde mi suegra a las cinco de la mañana sólo para agarrar un barril de agua, un barril para bañarme, porque ni para eso tenía”, expresa.

Otras personas han visto un negocio en la falta de agua que hay en esas comunidades y llegan vendedores en carretas a ofrecer a 60 córdobas los barriles de agua. Quien no haya alcanzado a comprar a las cisternas a tiempo, se ve forzado a comprar agua de los carretones. Sin embargo, no todos pueden pagarlo y prefieren ir a agarrar agua a la laguna. 

“La gente está desesperada y no se abastecen. Yo estoy buscando como vender esa casa e irme, porque sinceramente esto todavía va para largo”, manifiesta Zamora.

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