El presidente Nayib Bukele continúa al frente de El Salvador como presidente después de reelegirse y tomar posesión, nada más que esta vez copiando un estilo muy familiar para los nicaragüenses: el de Daniel Ortega, cuyas características principales son: modificación de la Constitución Política a su conveniencia; control de todos los poderes del Estado y de las fuerzas armadas. Mientras persigue y ataca periodistas. Parte de ese estilo es también buscar un enemigo externo, el mismo de siempre, “el imperialista”, “injerencista”: Estados Unidos.
Según el libro Manual del dictador, cuyos autores son los politólogos norteamericanos Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith, hay cuatro principios fundamentales que siguen los dictadores:
Principio 1. Hazte con el poder y hazlo rápido
Bukele empezó su trayectoria política en el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), convertido en un partido político de ideología de izquierda socialista luego de los Acuerdos de Paz. Fue electo alcalde en dos ocasiones en el municipio Nuevo Cuscatlán (2012-2015) y San Salvador (2015-2018), gobernando 6 años en este cargo hasta su expulsión, al ser declarado culpable por el comité de ética del partido, por cargos de agresión verbal y física contra una congresista de la organización política del partido y promover la división interna. Esta plataforma le sirvió para obtener experiencia, promover su liderazgo y crear su propio partido político Nuevas Ideas.
Sin embargo, Bukele se postuló a la Presidencia de El Salvador por el partido político Cambio Democrático (centro izquierda), disuelto por la Asamblea Legislativa, luego, sin dudarlo, su única opción sería “La Gran Alianza por la Unidad Nacional” (GANA) de centroderecha, por la cual ganó las elecciones en 2019 y, en 2024, fue reelecto por su partido Nuevas Ideas.
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Según el manual, hay muchas vías para llegar al poder y los autores hacen un recorrido por varios dictadores de la historia, haciendo hincapié que el hecho de llegar por la vía democrática no te excluye de convertirte en un dictador, citando varios ejemplos, entre ellos Adolf Hitler, elegido por sufragio electoral, devenido posteriormente en uno de los dictadores más atroces de la historia. “Esperar es arriesgado, no hay premio por llegar de segundo”, dice Smith. Bukele lo entendió muy bien, sin importar cambiar de extremo a extremo ideológicamente, la meta es hacerte del poder. Efectivamente lo logró.
Al reelegirse y ganar en febrero, Bukele dijo claramente y públicamente sus intenciones: “Será la primera vez que existe un sistema de partido único en una democracia”, negando la existencia de cualquier tipo de oposición en el país y declarándose como un “todopoderoso”. Nuevamente el “mesianismo” en nuestras tierras centroamericanas.
Principio 2. Depende solo de unos pocos y tenerlos contentos
En febrero del 2020, Bukele irrumpió en plena sesión de la Asamblea Legislativa con militares armados y policías para exigir la aprobación de un préstamo de 109 millones de dólares para su Plan de Control Territorial y amenazó con llamar a la insurrección popular, alegando el artículo 87 de la Constitución Política, si su exigencia no era aprobada.
Luego del triunfo en las elecciones legislativas y municipales de Nuevas Ideas en el 2021, Bukele tomó el control casi total de la Asamblea y los municipios del país, lo que le permitió aprobar leyes, reformas y nombramientos con 55 diputados de su partido más seis escaños obtenidos por la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), sus aliados. En estas condiciones, el oficialismo solo requiere 43 de los 84 votos para aprobar cualquier ley o reforma.
En junio 2023, el ministro de Gobernación Juan Carlos Bidegain presentó a la Asamblea Legislativa las iniciativas que Bukele había anunciado días atrás para reducir los diputados del Congreso de 84 a 60 y los municipios de 262 a 44. Se aprobó con 66 votos a favor y concentró el poder casi total a pocos meses de la reelección presidencial.
Tan solo meses después, en mayo de 2021, esta misma Asamblea, de mayoría oficialista, destituyó y reemplazó a los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General de la República. Estas medidas fueron fuertemente criticadas por el Gobierno de los Estados Unidos y miembros de la comunidad internacional a lo que Bukele respondió: “No podemos permitir que nadie nos quite lo logrado”, antes de pedirle a los diputados, en su mayoría oficialistas, y a los presentes en la Asamblea, “jurar que defenderán lo conquistado y luchar pacíficamente contra todo enemigo, obstáculo y barrera”.
Es esta misma Asamblea que adorna con cerezas el pastel, al aprobar de manera sorpresiva la reforma a la Ley 248 de la Constitución Política, que extendió el mandato presidencial de 5 a 6 años a partir de 2027. La reforma también contempla la posibilidad de anular el mandato al tercer año de gobierno, la reelección indefinida, nunca contemplada en El Salvador y modificaciones expeditas a la carta fundamental, y además, su misma Asamblea le aprobó una licencia de seis meses del cargo para realizar campaña electoral y no renunciar al mismo, dejando a su secretaria privada para ejercer las funciones del Poder Ejecutivo, algo nunca visto, fiel al manual: depender de pocos y de los más fieles.
Principio 3. Accede a la fuente del dinero y no la pierdas de vista
“Cuando los seguidores esenciales tienen expectativas de lograr una posición económica mejor bajo la tutela de algún contendiente político, desertan”, sigue Smith.
Bukele no tiene nada ni nadie que se interponga en su mandato, controla absolutamente todo; la Asamblea Legislativa, los magistrados de la Sala Constitucional y el Fiscal General de la República.
No tendrá que irrumpir de manera violenta y amenazante la Asamblea Legislativa para que le aprueben un préstamo de 109 millones destinados a fortalecer las Fuerzas Armadas, ya sea para control territorial o para fortalecer dos entidades claves para mantener el poder: Ejército y Policía.
Bukele, desde su administración en la alcaldía más grande del país, había sido acusado de enriquecerse ilícitamente y de mala administración de casi un millón de dólares de fondos públicos. La Corte de Cuentas de la República (Contraloría) informó que la gerente de comunicaciones, la tesorera municipal y el director de administración de la alcaldía, los más cercanos a Bukele habían entregado contratos sin seguir las reglas de competencia establecidas en la ley, que habían entregado pagos por obras y servicios no prestados y que no llevaban un control adecuado de los ingresos municipales ni de la deuda de la alcaldía.
La contraloría hizo reparos al manejo de 977 717.55 dólares en el primer año de gestión de Bukele. De esa cifra, 775 456.70 corresponden a ingresos que la municipalidad hizo a la banca salvadoreña sin justificar de forma adecuada el origen de los fondos; los otros 202 260.85 dólares corresponden a contratos mal administrados o adjudicados de forma irregular y pagos a contratistas por servicios no prestados. Ha elevado la deuda pública en más de 30 000 millones de dólares, representando un récord histórico en el país.
Principio 4. Sustituye al que se mueva y corta de raíz las protestas
Al tomar el control de la Asamblea Legislativa, Bukele realizó la purga de los miembros no alineados de los órganos institucionales, lo cual es considerado por muchos un golpe de Estado, ya que removió a un órgano del Estado.
Bukele se refiere en sus discursos al “aparato ideológico”, “al enemigo interno”, abunda en ataques constantes a la oposición política, al periodismo independiente, a las organizaciones de la sociedad civil y a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, que constantemente interpelan la gestión de su administración y exigen la rendición de cuentas.
El desmantelamiento de la Comisión de Investigación Contra la Impunidad en El Salvador (Cicies), luego de anunciar que remitirían 12 casos de posible corrupción en cinco instituciones del Estado. Estados Unidos había anunciado 2 millones de dólares de financiamiento para esta comisión, por lo que a los dos meses dicha comisión fue desmantelada por el gobierno.
La Lista Engel, publicada por Estados Unidos en 2021, revela los funcionarios salvadoreños sancionados por corrupción y ataques a la democracia, siendo estos: el ministro de Trabajo, el director de penales, el secretario jurídico, la jefa de gabinete, los exministros de Agricultura y Seguridad y a Walter Araujo, uno de los principales influenciadores de Nuevas Ideas. Todos estos funcionarios perdieron la visa americana, a partir de lo cual, Bukele inició su discurso de injerencia del gobierno estadounidense en El Salvador, algo visto constantemente en Daniel Ortega.
El 15 de septiembre los salvadoreños salieron por primera vez a marchar en contra de la Ley Bitcoin, la reelección presidencial, la destitución de jueces, los indicios de corrupción y los abusos de poder en general. Bukele amenazó con reprimir las marchas, acusando de ser financiadas desde el extranjero.
Régimen de Excepción
El régimen de excepción se establece en la Constitución Política salvadoreña para responder ante situaciones extremas como guerra, invasión, rebelión, etc.
En 2022 Bukele, implementó el régimen de excepción para combatir las pandillas, suspendiendo las libertades constitucionales de reunión, asociación, inviolabilidad de la correspondencia y telecomunicaciones, además del derecho a la defensa y detenciones sin orden judicial. La medida ha sido ampliada dos veces y continúa actualmente, aunque el mismo Bukele ha afirmado en varias ocasiones que El Salvador es hoy el país más seguro de América Latina, y publicó en su cuenta de X que se han registrado días con cero homicidios y reportando que actualmente hay 79 900 detenciones, sin embargo, se mantiene el régimen de excepción indefinidamente.
Las organizaciones de derechos humanos Human Rights Watch y Cristosal, han hecho pública su preocupación y han solicitado a Bukele terminar con el régimen de excepción, debido a graves violaciones a los derechos humanos como más de 240 muertes bajo custodia y miles de denuncias de inocentes, lo que ha resultado en la liberación de las cárceles de más de 3 000 inocentes, los que afirman haber sido víctimas de torturas y malos tratos durante estuvieron prisioneros.
Ataque a la prensa independiente
La Asociación de Periodistas, (APES), ha registrado más de 82 agresiones contra periodistas mientras realizaban su trabajo informativo bajo el régimen de excepción, entre estas agresiones están: intimidación, amenazas, acoso digital, más de diez detenciones arbitrarias y restricciones del trabajo periodístico. Estas violaciones se dan a partir de investigaciones sobre el régimen, coberturas en centros militares y de detención, llamándolos “pandilleros” o defensores de los pandilleros.
Desde que Bukele asumió la Presidencia de El Salvador, no ha dudado en atacar de manera directa y frontal a la prensa, pero tiene un favorito: El Faro. Desde que asumió la Presidencia, este medio de comunicación se ha encargado de realizar investigaciones sobre la corrupción, la administración pública y la supuesta negociación de Bukele con las pandillas.
El medio que antes defendía y aplaudía cuando interpelaba al FMLN o Arena en el ejercicio del poder, se volvió su víctima una vez que tomó el poder en sus manos y fue interpelado. Ha utilizado todos los recursos que han estado en sus manos para anular, desprestigiar, atacar e incluso abrir una investigación de evasión de impuestos y lavado de dinero a este medio de comunicación, una herramienta de acoso fiscal común en dictaduras, citando el ejemplo más grave de América Latina, con Daniel Ortega en contra de La Prensa, 100% Noticias, Confidencial, y más de 3 000 ONG’s canceladas del 2018 a la fecha.
El acceso a la información pública es un derecho ciudadano. Los presidentes en una democracia tienen claro que son servidores públicos y no al revés, y ocultar información es una práctica en dictaduras. Es cada vez más frecuente la negación de entrevistas a medios de comunicación nacionales e internacionales, por el contrario, ataca por medio de su cuenta de X con un discurso que claramente muestra a un Bukele intolerante a las críticas y a la falta de control del discurso oficial.
Lamentablemente para él, parece ser de poca importancia rendir cuentas sobre la reducción de la tasa de desempleo, al contrario, ha despedido miles de empleados públicos; la inversión y resultado de su política de estado con el Bitcoin, una inversión millonaria de las cuales se desconocen cifras; la inversión total del plan territorial; y las pobres cifras del crecimiento económico del país.
“La lógica de la supervivencia política nos enseña que los líderes, ya manden en países, empresas o en comités, por encima de todo quieren alcanzar y conservar el poder”, afirma Smith.
En su toma de posesión del primero de junio no hizo promesas de campaña, al contrario, pidió lealtad ciega y absoluta. En su mandato manchado por el abuso a la Constitución Política, se muestra como un todopoderoso con aires de bonapartismo, militar, populista y camaleónico, al pasar de un bando a otro sin problemas, ha demostrado tener mano dura con las maras, ser el hombre fuerte. “Si el dominio ejercido es verdaderamente duro, disuade eficazmente a la gente de la idea de rebelarse”, vuelvo a citar a Smith. Esto lo sabe muy bien Bukele.
¿Será sostenible mantener su gobierno a largo plazo con su discurso de seguridad? Cuando las promesas económicas siguen siendo promesas, la corrupción y la desigualdad no tienen importancia, y el autoritarismo es cada vez mayor, lo que es claro es que los salvadoreños están entre la espada y la pared y tuvieron que vender su libertad a cambio de su seguridad, espero equivocarme… pero vengo del futuro, y esto ya lo viví en mi país, Nicaragua.
ESCRIBE
Samantha Jirón
Era estudiante de Ciencias Políticas y Comunicación Social. Hizo activismo político en la Unidad Nacional en Nicaragua, UN, y la Alianza de Jóvenes y Estudiantes Nicaragüenses (AJEN). Es parte de la 7ma promoción de Formación de Liderazgo para personas jóvenes “Lidera y deja tu Huella” de la Fundación Konrad Adenauer Stiftung; FLACSO COSTA RICA; Consejo de la persona joven, y Ministerio de Cultura y Juventud. Fue presa política de la dictadura Ortega-Murillo.