El viraje de la política migratoria de Costa Rica bajo el Gobierno de Rodrigo Chaves

De la “regularización” del expresidente Carlos Alvarado el país centroamericano ha pasado a la “ilegalización” de Rodrigo Chaves. Costa Rica vira hacia adentro de sus fronteras, en una serie de medidas que “complejizan”, de acuerdo a dos analistas consultados, la política migratoria y las relaciones exteriores con el resto de países centroamericanos

Foto de archivo del presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves. EFE/Octavio Guzmán
Foto de archivo del presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves. EFE/Octavio Guzmán

La nueva era del presidente Rodrigo Chaves se ha materializado en cambios profundos en la política migratoria de Costa Rica, a través de una serie de medidas que, un analista consultado por DIVERGENTES, resultan “desesperadas” y rompe la tradición de un país de puertas abiertas para quienes huyen de la represión de sus respectivos gobiernos. 

“Los gobiernos de Costa Rica reiteradamente han venido tratando de enfrentar esto y la manera que han encontrado es la vía de la regularización, como el Gobierno de (Carlos) Alvarado, o la vía de la ilegalización como la que está usando el gobierno de (Rodrigo) Chaves”, manifestó el analista político Eliseo Núñez, nicaragüense exiliado en Costa Rica.  

Para el también exdiputado, este viraje de un lado hacia otro, ha sido “un péndulo que lo encontramos a lo largo de varios gobiernos de Costa Rica”.

Visado por seguridad nacional

Las medidas se evidenciaron recientemente, a través de una serie de decisiones que reiteran la narrativa del gobierno de Chaves hacia la migración. El 10 de octubre, Costa Rica estableció la exigencia de una visa consular a  los hondureños que deseen ingresar al país. Las razones que alegaron las autoridades responden a un tema de “seguridad nacional”.

Recibe nuestro boletín semanal

Honduras se suma a otros cuatro países de Latinoamérica que requieren un visado para ingresar al país, como lo son Colombia, Venezuela, Nicaragua y Ecuador.

Como efecto colateral, la nueva disposición podría afectar los negocios entre ambos países, en un momento en que la región se recupera de la recesión provocada por la pandemia de Covid-19. 

“Aunque la medida está gestionada o direccionada específicamente hacia las personas hondureñas por un tema de seguridad, llama la atención que el Gobierno no tuviese el cuidado suficiente para darse cuenta que efectivamente estaba dañando o perjudicando a personas con intereses económicos para viajar”, explicó el politólogo costarricense Gustavo Araya, quien ha seguido de cerca el fenómeno político de Chaves.

Emergencia nacional por crisis migratoria

El viraje de la política migratoria de Costa Rica bajo el Gobierno de Rodrigo Chaves
Migrantes bajan de canoas para ser trasladados a una estación de recepción migratoria hoy en Lajas Blancas, Metetí, Darién (Panamá). EFE/ Bienvenido Velasco

De telón, Costa Rica atraviesa un desbordamiento de los servicios migratorios debido al éxodo masivo de personas que huyen de la violencia y represión en Nicaragua, Venezuela, Cuba, Haití y, recientemente, Ecuador. 

Ante esto, Chaves ha reiterado en diversos foros internacionales que su país atraviesa una enorme presión de migrantes y el 26 de septiembre emitió un decreto declarando “emergencia nacional” por la oleada migratoria. 

“Presión sobre nuestras comunidades, sobre la seguridad pública, sobre la gestión de residuos, sobre los servicios de salud y, especialmente, sobre nuestro presupuesto”, dijo el mandatario en una entrevista a la cadena CNN

Araya ve el enorme contraste entre esta administración y las anteriores: “A diferencia de otros gobiernos, especialmente en las últimas cuatro administraciones, en donde efectivamente se ha tenido una política muy abierta de parte de Costa Rica a la migración y entre estas, una migración importante de personas que vienen huyendo del régimen dictatorial Ortega-Murillo, en esta hay una propuesta muy distinta de abordaje”.

Buses para trasladar a los migrantes

15 días después que Chaves estableciera el decreto de emergencia nacional, se anunció la disposición de una flota de 200 buses para trasladar a los migrantes que llegan a Costa Rica por la selva del Darién, para luego dirigirse hacia la frontera con Nicaragua. 

El régimen de Ortega no ha manifestado ninguna postura ante estas medidas. De acuerdo con datos oficiales de Costa Rica, en septiembre han ingresado 60 000 migrantes desde Panamá, a través del puesto fronterizo de la comunidad de Paso Canoas. 

Mientras que por el Darién, un territorio selvático y peligroso que conecta Colombia y Panamá, han cruzado en lo que va del año 390 000 personas, en su mayoría provenientes de Venezuela. 

“La perspectiva es que todo esto va para mal. Es necesario que haya la observancia de países, incluso de la región centroamericana, pero más allá de nuestras fronteras para que efectivamente se aborde de alguna manera articulada e integral el fenómeno migratorio desde políticas públicas”, reiteró Araya.


La información que publicamos en DIVERGENTES proviene de fuentes contrastadas. Debido a la situación en la región, muchas veces, nos vemos obligados a protegerlas bajo seudónimo o anonimato. Desafortunadamente, algunos gobiernos de la región, con el régimen de Nicaragua a la cabeza, no ofrecen información o censuran a los medios independientes. Por ello, a pesar de solicitarlo, no podemos contar con versiones oficiales autorizadas. Recurrimos al análisis de datos, a las fuentes internas anónimas, o las limitadas informaciones de los medios oficialistas. Estas son las condiciones en las que ejercemos un oficio que, en muchos casos, nos cuesta la seguridad y la vida. Seguiremos informando.