Feministas nicaragüenses desterradas y exiliadas reivindican la libertad de las presas políticas

Al menos 170 feministas nicaragüenses han sido desplazadas forzadamente desde 2018. De todas ellas, registra la organización IM-Defensoras, 60 han sido desterradas. Inauguran un mural por la libertad de las presas políticas en el Día Internacional de la Mujer

El mural que demanda la libertad de las presas políticas en San José, Costa Rica. Foto: Carlos Herrera | Divergentes.

Feministas nicaragüenses exiliadas y desterradas en Costa Rica alertaron este ocho de marzo que las mujeres en Nicaragua son “doblemente perseguidas” por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “Se han ensañado especialmente con las mujeres, porque ser mujer y activista es un doble crimen en nuestro país”, dijo la activista Andrea Margarita del Carmen. 

Las feministas nicaragüenses se congregaron la mañana de este ocho de marzo en San José a develar un colorido mural que demanda la liberación de las presas políticas en Nicaragua, Cuba y Venezuela. Fue un acto muy sentido, realizado semanas después que la dictadura Ortega-Murillo desterró a 222 reos de conciencia, entre ellas 33 mujeres que se reinventan ahora en Estados Unidos. 

“A pesar de que celebremos la reunificación familiar de 222 personas excarceladas en Nicaragua, la campaña Latinoamérica Sin Presos Políticos  recuerda que en la región las autoridades utilizan cada vez más los sistemas legales y judiciales como armas para silenciar a las voces disidentes. Todavía hay más de 1,400 personas presas políticas”, alertaron las organizadoras.

Esta nueva iniciativa se lanza de manera simultánea en las ciudades de San José, Bogotá, Colombia, Costa Rica, y Santiago, Chile, “donde los murales buscan retratar las experiencias compartidas y la solidaridad entre las mujeres que han sido injustamente encarceladas por razones políticas”.

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Andrea Margarita del Carmen tomó la palabra en el acto de inauguración de la obra, pintada contiguo a la Plaza de la Democracia en el centro de la capital tica. “Cuando llegaron a detenerme yo ya no estaba en casa y ellos se llevaron preso a Gabriel, mi hijo mayor, a quien convirtieron desde ese momento en un rehén de la dictadura. Toda mi familia se vio perjudicada, incluyendo a mi madre, una anciana con alzheimer que depende de mí y a quien yo cuidaba”, expresó.

 “En Nicaragua la persecución de la dictadura se ha ensañado especialmente con las mujeres, porque ser mujer y activista es un doble crimen en nuestro país. Las mujeres somos doblemente perseguidas, doblemente castigadas. Prueba de ello son los relatos de varias excarceladas políticas sobre las dificultades vividas en prisión y el impacto que eso tuvo en sus respectivas familias”.

Las presas políticas ligadas al Partido Unamos (antes Movimiento Renovador Sandinista) enviaron un mensaje a las feministas en Costa Rica desde Estados Unidos, donde están desterradas. 

“El ocho de marzo se conmemora, entre otras cosas, la alegría de vivir sabiéndose mujer. Pero también es un día que nos recuerda que aún hay muchas razones por las cuales seguir luchando, y que hay muchas mujeres que ni siquiera pueden celebrarlo. En mi país, desde hace ya más de 9 años, es inimaginable que las mujeres salgamos a las calles en estas fechas, y desde el 2018, imposible poder tener una reunión como ésta”, dijo Tamara Dávila.

Nunca antes tantas feministas perseguidas

Feministas nicaragüenses desterradas y exiliadas reivindican la libertad de las presas políticas
La cantante feminista Olga Acuña ameniza el acto de inauguración del mural en San José. Foto: Carlos Herrera | Divergentes.

Al menos 170 feministas nicaragüenses han sido desplazadas forzadamente desde 2018. De todas ellas, registra la organización IM-Defensoras, 60 han sido desterradas; aunque existe un subregistro porque muchas no lo han denunciado públicamente. 

Según Dávila, en Nicaragua, “cualquier mujer organizada es susceptible de ser perseguida y criminalizada”. Ellas, sus familias y las estructuras, organizaciones o movimientos que las sostienen, también. Pero hemos seguido trabajando por justicia, libertad, democracia y una vida libre de violencia. Lo hemos logrado juntas, apoyándonos unas a otras, diversas, pero unidas en esa batalla”, sostuvo.

Nunca antes tantas feministas han estado exiliadas y desterradas. Las últimas han salido en un contexto de afianzamiento del totalitarismo de los Ortega-Murillo, mismo que ha incluido la persecución tenaz contra toda voz crítica. Han atacado a la Iglesia Católica, los periodistas, la sociedad civil, liderazgos sociales, opositores y este seis de marzo al Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).  

“Nosotras siempre dijimos que lo peor que le podía pasar a Nicaragua era el triunfo de Daniel Ortega. Debo decir que lamentablemente tuvimos razón, aunque no dimensionamos semejante nivel”, sostiene la feminsta Azahálea Solís. Mientras que Sofía Montenegro dijo: “Es un disparate habernos quitado la nacionalidad. A todos nos confiscaron los bienes, la patria, nos desterraron y además nos quitaron las pensiones… Y encima arrasan con el Cosep, arrasan con la Iglesia, con todos. No sé a qué están jugando realmente. Parece que contrataron un asesor para cometer estupideces”. 

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