La fragilidad de la democracia en el mundo y la incapacidad de la comunidad internacional para actuar contra las dictaduras una vez instaladas fueron evidenciadas al inicio del Oslo Freedom Forum, que este año se trasladó a Miami, hogar de exiliados políticos cubanos, venezolanos y nicaragüenses, entre otros. Con el lema “La verdad activada” (Truth Ignited)” el foro comenzó con una sesión dedicada a América Latina en la que participaron el opositor venezolano Leopoldo López, las cubanas Tania Bruguera, Rosa María Paya y Laritza Diversent, y las nicaragüenses Berta Valle y Edipcia Dubón.
Valle, esposa de Félix Maradiaga, candidato opositor nicaragüense que lleva “118 días preso” a pocos meses de las elecciones en las que Daniel Ortega buscará una tercera reelección consecutiva, se lamentó de que en América Latina las denuncias de retroceso de libertades caen en un saco roto.
“No ha habido un actuar a tiempo” de parte de la comunidad internacional en casos como el de Nicaragua, según Valle, que está exiliada en EE.UU. y pidió atender la situación en su país “con diligencia”.
Valle sostiene que se necesita “una acción coordinada bilateral y multilateral entre países que quieren defender la democracia en Nicaragua y salvaguardar los derechos humanos”.
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En vez de acciones de Estados Unidos, la Unión Europea o el sistema inteamericano por separado, se necesitan acciones coordinadas, en conjunto con la sociedad civil nicaragüense y usando todos los mecanismos disponibles, agrega.
La activista recuerda que tres años después de unas protestas contra el Gobierno en las que “más de 330 personas fueron asesinadas por el régimen, miles encarceladas y miles heridas”, Nicaragua está abocada a unas elecciones diseñadas para dar a Daniel Ortega una tercera reelección consecutiva.
Berta Valle y el exilio en general están ahora alzando la voz desde fuera del país para que la comunidad internacional “se acerque” a Ortega para reclamarle la liberación de todos los presos políticos, incluidos los candidatos presidenciales.
Cuando se le pregunta si ese acercarse significa negociar con Ortega, Valle subraya: “Estoy hablando de poner límites, de tomar acciones”. A su juicio, lo que los nicaragüenses quieren es “una transición a la democracia a través de la vía electoral, pero el régimen ha hecho que eso sea imposible” y por eso la oposición ha planteado un “paro electoral” o, lo que es lo mismo, la abstención.
Dubón criticó que Ortega ha “demolido los pesos y contrapesos” en la nación y que los grupos armados están hostigando a la sociedad civil y a la oposición, al recordar que hay “siete precandidatos presidenciales” que están presos actualmente.
El dirigente opositor venezolano, exiliado en España desde octubre de 2020, habló de la “ola autoritaria” que sacude América Latina, una tierra “fértil” cuando se trata de socavar las libertades, según dijo. “Es frágil la situación en América Latina y yo diría que la democracia es frágil”, indicó.
La lucha debe “unificarse”, entendiendo que lo que puede suceder en un país puede pasar en otro, según el dirigente de Primero Justicia, quien estuvo cerca de cuatro años en una cárcel militar en Venezuela y otros tantos en detención domiciliaria antes de llegar de forma clandestina a Madrid.
Cuba, Venezuela, Nicaragua y El Salvador centraron una rueda de prensa a la que acudieron los latinoamericanos que intervendrán en este foro de dos días organizado por la Human Right Foundation (HRF) y que por primera vez sale de Noruega.
El lento paso internacional
La artista y activista cubana Tania Bruguera apuntó en la misma dirección al señalar: “nunca hemos entendido por qué no se han puesto del lado de los cubanos”. Bruguera habló de las protestas que estallaron el 11 de julio pasado en la isla para señalar que el “Gobierno cubano está aterrado” de que puedan ir a más y ha metido presas a más de mil personas y busca ahora “desterrar a los activistas”. “La idea de que los activistas eran pocos se ha virado porque pocos son ellos”, subrayó.
Entre tanto, Laritza Diversent, abogada defensora de Derechos Humanos y líder de la organización Cubalex, dijo que el estallido del 11 de julio fue sorpresivo y demostró que la sociedad civil no es un crepúsculo. Por otro lado se quejó que “la comunidad internacional es ineficiente cuando ya están instaladas estas dictaduras”.
Entre tanto, para la opositora cubana Rosa María Payá aunque la crisis sanitaria y económica es palpable en la isla, enfatizó que los cubanos salieron con una sola demanda a las protestas: “el fin de la dictadura”. “No solo es urgente para Cuba, sino que urge a nuestra región”, precisó.
Thor Halvorssen, fundador de la HRF, enfatizó durante la inauguración del evento que durante los 18 meses que el foro anual no se pudo reunir debido a la covid-19 “sucedieron cosas terribles” en el mundo.
El activista resaltó las denuncias de fraude en las elecciones en Bielorrusia, la brutalidad policiaca en Nigeria, la opresión de minorías en China, la falta de transparencia en ese país sobre la covid-19, como también el uso de la pandemia por gobiernos latinoamericanos opresores para reprimir aún más.
Halvorssen, quien señaló que fue criticado por realizar este evento “súper propagador” de la pandemia en Miami Beach, que prevé será “súper propagador de ideas”, subrayó que “fallar no es una opción con respecto a la democracia”.
El fundador de la HRF señaló además que la amenaza de regímenes autoritarios viene tanto de la izquierda como de la derecha y en el mismo sentido se pronunciaron los alcaldes de Miami Beach, el demócrata Dan Gelber, y Miami, el republicano Francis Suárez, que acudieron a la inauguración.
Suárez, hijo de exiliados políticos cubanos, dijo que las dictaduras no solo roban sus propiedades y otras cosas, sino el futuro.
Por otro lado, preguntado sobre las tendencias autócratas del gobierno del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, el opositor Leopoldo López enfatizó que el autoritarismo no es de derecha o izquierda, sino una “forma de ejercer el poder”.
El líder venezolano aseguró que ve “con preocupación” los retrocesos democráticos y de libertad de expresión en El Salvador, pero insistió que no son problemas aislados en la región, que se “interconectan”, y como tal hay que tratarlos en conjunto.
En ese sentido reiteró las palabras de Payá, al señalar que es una “escuela infiltrada”, la castrista, que se ha esparcido por la región, y que la sociedad civil tiene que “articularla también”.
Destacó que el foro es justamente una oportunidad para fortalecer la comunidad y los liderazgos de los movimientos por la democracia.
Halvorssen, quien también es venezolano, destacó que la reunión es una “celebración de la vida, la libertad y la seguridad”, justo lo que dictadores quieren negarles a sus conciudadanos. El activista aseguró que la sociedad civil es la que tiene la respuesta a los regímenes autoritarios.