Rodeada de micrófonos, cámaras y periodistas oficialistas que no respetaron el protocolo de distanciamiento social, Alice Marcela Reyes, una paciente con insuficiencia renal crónica, fue de las primeras nicaragüenses en recibir “voluntariamente” la vacuna contra el nuevo coronavirus, cuya aplicación fue ordenada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a partir de este martes dos de marzo. La autoridad sanitaria inició con la aplicación de la vacuna Sputnik V.
“Primero Dios no tengamos ningún efecto secundario. Nos dijeron que nos íbamos a quedar aquí para monitoreo”, explicó Reyes. Antes de recibir la vacuna Sputnik V, la mujer firmó un documento que hizo constar que recibió la primera dosis “bajo libre y espontánea voluntad”. “Ojalá que toda Nicaragua tenga oportunidad de vacunarse para bajar el número de las personas que puedan estar infectadas”, señaló la ciudadana originaria de Granada.
Hasta ahora ninguna autoridad gubernamental ofreció detalles sobre la cantidad de vacunas recibidas por Rusia y el plan de vacunación oficial que otros países sí han publicado. “Se vacuna a la persona que quiera vacunarse en estos días iniciales, a las personas que estén en los programas priorizados, como insuficiencia renal, hemodiálisis, programas oncológicos, programas radiológicos no hay obligatoriedad”, dijo la vicepresidenta Murillo a sus medios de comunicación.
Aunque en otros países el personal de salud y personas en riesgo fueron los primeros en ser vacunados, en Nicaragua se mantiene una nebulosa en torno a un plan de aplicación del antídoto contra el Coronavirus.
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En meses anteriores, Naciones Unidas informó que Nicaragua fue beneficiado con el mecanismo COVAX, y luego Murillo dijo que aseguraron la compra de 7.4 millones de dosis para combatir la COVID-19, aunque esta continúa siendo una información no es específica.
Vacunación como acto político
La vacunación empezó en los centros de hemodiálisis del hospital Cruz Azul y Antonio Lenín Fonseca, así como en las salas de pacientes con enfermedades oncológicas y cardiópatas en estos centros asistenciales. Los sancionados Roberto López, director ejecutivo del INSS, y Sonia Castro, asesora en temas de salud, fueron los encargados de repetir a los medios oficiales el discurso que Murillo ha dictado a lo largo de estas semanas.
Fue un acto político en el que López y Castro insistieron en el agradecimiento “al Comandante y la compañera Rosario”. Los periodistas de los medios del régimen también trataron de inducir a los pacientes a loar la pareja que gobierna Nicaragua a punta de un estado de sitio policial de facto.
“Es un esfuerzo del comandante Daniel para garantizar la salud de los nicaragüenses. Gracias al apoyo de Rusia estamos empezando este proceso de vacunación que se extenderá durante los próximos meses hasta que logremos prevenir la aparición del COVID en Nicaragua”, señaló López.
El director del INSS aseguró que la vacuna será manejada y almacenada en los bancos de vacunas del Minsa porque cuenta con las condiciones necesarias para su mantenimiento. Se trasladará en camiones refrigerados hasta los hospitales y luego se someterán a refrigeración hasta su aplicación. Cada frasco contiene cinco dosis y la segunda aplicación a los pacientes será dentro de 21 días.
“Se va a vacunar en la unidad hemodiálisis del Lenín Fonseca y posteriormente en todas las unidades de hemodiálisis del seguro social y del Ministerio de Salud. La vacuna es voluntaria pero es una vacuna segura, todos los pacientes que están recibiendo la dosis han sido informados que es voluntario”, expresó López.
José Antonio Rojas no cayó en el juego de los periodistas oficialistas. De hecho su intervención duró pocos segundos porque en sus declaraciones al Canal 8, cuyo propietario es Juan Carlos Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial, contó la realidad que vivieron los pacientes crónicos de Nicaragua.
Rojas fue consultado por las autoridades del hospital Lenín Fonseca sobre su decisión de vacunarse contra la COVID-19. “Me dijeron que era voluntario, que si quería aceptarlo. Yo les dije que sí”, compartió el ciudadano que padece de insuficiencia renal crónica.
“Gracias a Dios me he protegido bastante del COVID-19 y no me he contagiado. Aquí se han muerto muchos compañeros que vinieron a su sesión y salieron graves. Los dejaron internados y al día siguiente fallecieron”, afirmó Rojas, quien luego de brindar esta declaración observó como la periodista retiró el micrófono y se alejó lentamente.
Comité Científico aboga por transparencia en vacunación
El Comité Científico Multidisciplinario solicitó a través de un comunicado que el gobierno ofrezca más información y transparencia acerca de la disponibilidad de un cronograma de vacunación. Insistieron en los protocolos de aplicación y de organización operativa para que, además de dar seguridad para población y personal de salud, se consideren ajustes en la logística, las formas de convocatoria de grupos, registro y trazabilidad de las personas.
“Los planes deben establecer con plena claridad el escalonamiento y progresividad según rango de prioridad de los grupos de población que por vulnerabilidad o exposición al riesgo se definan en cada grado de priorización; estableciendo el orden y estrategias de vacunación para asegurar que cada grupo tenga acceso a su vacuna en forma expedita y gratuita”, señala en su comunicado el Comité.
Reforzaron su demanda de urgencia para desplegar una campaña de información y comunicación que por su transparencia genere confianza en la población sobre las vacunas que se ofertan y acuda de manera voluntaria e informada según le corresponda a cada quien en el orden de priorización.
Leonel Argüello, miembro del Comité, indicó a medios nacionales que lo más importante debe ser continuar con las medidas de protección que hasta ahora todos los organismos internacionales han recomendado. “Apenas tenga la oportunidad de vacunarse hay que hacerlo, pero debemos esperar con calma, hay que dar tiempo de que organice mejor y que tengamos más información”, aconsejó.
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