A no ser por las gigantografías que cuelgan en los muros de la Plaza Cataluña, y que anuncian que allí funcionan centros de votación, en el centro de San Juan Sacatepéquez este domingo no parece ser uno clave para Guatemala: el de la segunda vuelta electoral para elegir a un nuevo presidente entre Sandra Torres y Bernardo Arévalo. Los ciudadanos se concentran en torno al parque central de este municipio chapín: se lustran los zapatos, compran verduras, comen helados y elotes asados, platican, y sólo unos pocos llegan a las Juntas Receptoras de Votos a sufragar. “No he ido a votar todavía, los candidatos no me convencen por los criterios que ambos tienen”, dice Santiago Sequeira, vendedor de frutas.
Es un domingo soleado en San Juan Sacatepéquez y la gente bulle en su centro. Desde uno de los portales de la Plaza Cataluña, Lesbia Rac, coordinadora del centro de votación, explica que tiene a su cargo cuatro mesas de votación. “Desde la apertura de las mesas, a la siete de la mañana, hemos tenido poca afluencia en comparación con la primera vuelta electoral. Esperamos que en la tarde, cerca del final de la jornada, venga más gente, porque hasta esta hora (mediodía) del 100 % de los votantes en este centro, apenas ha venido un 7 %”, explica Rac a DIVERGENTES.
Aunque todavía es temprano para medir el nivel de abstención en este balotaje, los reportes que llegan de toda Guatemala repiten una rala participación ciudadana. Para dar un ejemplo, la Junta Electoral Departamental de Guatemala (JEDP) informó a las 11:45 de la mañana que a esa hora había votado 14 % del padrón electoral. Algunos expertos sostienen que es normal porque en esta ocasión no se están eligiendo a alcaldes ni diputados, sólo a la figura de presidente.
Las encuestas pronostican que Bernardo Arévalo, el candidato sorpresa en el tablero político chapín, aventaja a Sandra Torres por casi 30 puntos. Sin embargo, con la moneda de la abstención aún en el aire ese vaticinio podría variar. El Movimiento Semilla que encabeza Arévalo es popular en las ciudades, un partido más urbano, apoyado especialmente por los jóvenes que en 2015 protestaron contra la corrupción en Guatemala. Mientras que Torres, la candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) es más fuerte en el sector rural.
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Pese a la baja participación, el desarrollo del balotaje se siente como una especie de referéndum entre dos opciones antagónicas. La primera es Torres, la candidata que es percibida como la continuidad de un sistema que ha debilitado la democracia y que ha garantizado impunidad de políticos tradicionales de Guatemala. Mientras que Arévalo es lo contrario: un candidato que con el Movimiento Semilla ha catalizado el apoyo de una sociedad asqueada por la corrupción, el deterioro de la democracia y la pobreza.
“Hoy estamos eligiendo entre el bien y el mal”, define Cristhian Coronado de forma escueta cuando le preguntamos qué significa el balotaje para su país. El joven de 20 años votó en el colegio La Patria, ubicado en la zona 2 de Ciudad de Guatemala, donde a eso de las nueve de la mañana Arévalo también marcó su papeleta frente a un enjambre de cámaras y micrófonos. “Hoy hay que ejercer el voto. Todos y todas tenemos el derecho y el privilegio de dar nuestra opinión para construir el futuro del país”, mencionó Arévalo. “Es la contribución más importante que un ciudadano puede hacer para consolidar las instituciones democráticas”.
En San Juan Sacatepéquez así también lo cree la comerciante Débora Velázquez, quien fue muy temprano a votar. “Nosotros no vimos mucha afluencia en la escuela en la que votamos, la vez pasada (primera vuelta) había más gente. Pero bueno, lo que uno espera de estas elecciones es que haya un cambio rotundo para el país, porque ya es mucha la corrupción que hemos tenido. Eso nos ha pesado todo porque todo está encarecido… Para mí, ese cambio lo representa Semilla, porque la señora (Torres) ya tuvo oportunidades varias veces”, dijo Velázquez.
Presidenta del TSE renunciará
Por su parte, la candidata Sandra Torres votó en la zona 15 de la capital chapina, pero no emitió ninguna declaración. En los últimos días de campaña, ella denunció “preocupaciones” por supuestas inconsistencias e irregularidades en el proceso, tanto por la adquisición de un sistema de conteo de votos por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE), como por los señalamientos contra Movimiento Semilla en una investigación del Ministerio Público.
Otro hecho que ha marcado el balotaje electoral fue el anuncio que hizo la magistrada del Tribunal Supremo Electoral, Blanca Alfaro, quien aseguró que podría renunciar a su cargo el próximo martes por haber recibido amenazas en su celular. “Espero que no vaya a cometer el error de cometer el fraude porque si se lleva a cabo se le va acabar la carrera y nos vamos a ca…r en su persona y su familia”, se leía en los mensajes que la funcionaria mostró a la prensa.
“En estos momentos yo estoy haciendo una evaluación muy personal y voy a platicarlo con mi familia. Considero que mi función llega hasta esta elección”, dijo Alfaro en declaraciones a periodistas. Las declaraciones de la magistrada llegan después de un largo y controvertido proceso electoral en Guatemala, empañado aún más en las últimas semanas por las acciones judiciales del Ministerio Público (Fiscalía) en contra del Tribunal Supremo Electoral y del Movimiento Semilla.
Además, la UNE y Torres insisten en deslegitimar el balotaje, incluso llegando a atacar a observadores electorales. Este sábado catalogaron a la Misión de Observación Electoral (MOE) de la Unión Europea (UE) como intrusiva, a pocas horas del balotaje.
Semilla sólo tiene fiscales en 82 % de las JRV
Luis Hernan Baixac Socoy es coordinador del centro de votación del colegio Lo de Bran en Mixco, una zona que fue tragada por el área metropolitana de Ciudad de Guatemala y controlada por las pandillas. El hombre también habla de poca asistencia y asegura que no todas las mesas de votación tienen fiscales. “Los que menos tienen fiscales son los de Semilla”, dice, mientras apunta los datos en una libreta.
Samuel Pérez Alvarez, diputado del Movimiento Semilla, reconoció que no les sobran fiscales. Sin embargo, dio un dato que le da optimismo: “Pasamos de tener menos de 500 fiscales a más de 19 mil anoche (sábado 20 de agosto). Todos son voluntarios completamente y dispuestos a defender la democracia en Guatemala”, afirma el legislador.
Pérez Álvarez no descarta que una de las maniobras del partido de Torres sea impugnar las mesas electorales. “Hemos estado preparados desde el momento que intentaron impugnar la inscripción del partido hace cuatro años. Así que hemos venido con una persecución política de parte del Ministerio Público y de todos los actores del régimen de corrupción, de impunidad. Así que pues eso es cotidiano para nosotros. No tenemos ningún temor, estamos listos, los equipos legales están listos y creo que el pueblo de Guatemala también”, afirmó Álvarez.
La Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE-Gt) en el primer reporte de la jornada de la segunda vuelta electoral indicó que en el 96 % de las Juntas Receptoras de Votos hay presencia de los fiscales de la UNE y en 82 % del Movimiento Semilla.
Andrea Reyes, fiscal nacional del Movimiento Semilla, dice con vehemencia que Sandra Torres “tiene miedo” y por eso podría recurrir a la táctica de impugnar votos. “Miedo de que no tiene el apoyo popular, miedo porque está desacreditada por todos lados y que no va a aguantar otra campaña electoral sin ganar la elección… Si hoy ganamos, tenemos claro que los primeros dos años de gobierno van a ser de resistencia a los embates del régimen, de las instituciones de Estado que están de lado de la corrupción y nos va a tocar defender la democracia”, insistió la joven de 33 años.