La misa de los desterrados y los apátridas: “ningún dictador triunfa indefinidamente”

El obispo Silvio Báez celebra su primera misa tras el despojo de la nacionalidad nicaragüense, junto a presos políticos desterrados en Miami, en un encuentro emotivo, marcado por la incertidumbre de quienes reinician su vida en Estados Unidos. Monseñor lanza un profundo mensaje contra el odio y la venganza

Misa desterrados
El preso político desterrado, Yubrank Suazo, saluda a monseñor Silvio Báez en Miami. Foto: Wilfredo Miranda | Divergentes.

El párroco de la Iglesia Santa Agatha, Marcos Somarriba, resaltó al final de la misa que en el templo había “presos políticos desterrados”, quienes llegaron este domingo a escuchar la homilía del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez. El aplauso de los fieles fue rotundo y monseñor bajó del altar mayor para abrazar a los encarcelados, emocionados y llorosos. Fue una eucaristía particular: la primera a la que estos desterrados políticos asistieron como apátridas.

Más particular porque fue la primera misa que monseñor Báez celebró en el exilio ahora sin nacionalidad, al igual que el sacerdote Edwing Román, ambos desnaturalizados. Entre los asistentes a la eucaristía estaban los periodistas Luis Galeano y Lucía Pineda Ubau, también en condición de apátridas, incluyéndome. El 15 de febrero el régimen nos quitó la nacionalidad y me enteré en plena cobertura, cuando estaba en Miami entrevistando a sacerdotes excarcelados. Es decir, a las 222 presos políticos desterrados se sumaron 94 personas más despojadas de su nacionalidad. Fue complejo asimilarlo, pero la primera reacción fue seguir haciendo periodismo, publicando, poniendo bajo control la rabia inicial. Hasta después entendí la trascendencia de la apatridia y la confiscación de mis bienes.

El obispo dio una homilía profunda sobre el odio y la venganza, a partir de aquella célebre frase de Jesús: “A cualquiera que te dé una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra”.

“Jesús nos invita a no reaccionar contra el agresor de la misma manera violenta con la que él ha actuado contra nosotros. No se trata de una llamada a la resignación, ni a la pasividad ante el mal recibido. El ideal evangélico no es la sumisión de los miedosos, ni la indiferencia de los acomodados”, dijo Báez. “Jesús tampoco nos pide ignorar las exigencias de la justicia, sino no confundir la justicia con la venganza. No se trata de aceptar y aprobar el mal, sino de colocarnos en una perspectiva superior, que va más allá de la lógica del odio y de la revancha”.

Recibe nuestro boletín semanal

La decisión de la dictadura Ortega-Murillo de despojar de la nacionalidad a 94 nicaragüenses, casi inmediatamente después de desterrar a 222 presos políticos el 9 de febrero, ha sido interpretada por analistas políticos como “una venganza” de la pareja presidencial contra los exiliados políticos, que durante estos años han denunciado las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua. Además, el destierro de los encarcelados significó una derrota moral para el régimen que pretendía librarse de los señalamientos de una dictadura que mantiene presos políticos. La decisión del obispo Rolando Álvarez de no abordar el avión del destierro dañó la operación Ortega-Murillo y por eso el líder religioso fue condenado a 26 años.

Antes de iniciar la misa, Báez recordó al obispo Álvarez, encerrado en el sistema penitenciario de La Modelo. “Como todos los domingos, celebro este día con nostalgia, con dolor y con esperanza, sobre todo pensando en mi hermano obispo, monseñor Rolando José Álvarez…. Pidámosle al Señor que le dé fortaleza en estos momentos tan duros en que sufre una injusticia tan cruel de parte de la dictadura de Daniel Ortega. Que Dios le dé fortaleza, que le dé mucha salud y que le dé esperanza y discernimiento en su espíritu”. 

La homilía de Báez fue un llamado a la no violencia, en un momento en que el régimen Ortega-Murillo se radicaliza y embiste sin distingo. Es una nueva estratregia represiva basada en el despojo de la nacionalidad y el destierro que, por ahora, vuelve a cerrar las puertas a un diálogo con la comunidad internacional, en especial con Estados Unidos. 

“La llamada de Jesús a renunciar a la violencia va dirigida sobre todo a los poderosos, a quienes poseen el dinero y las armas, que son quienes pueden oprimir violentamente a los más débiles e indefensos. Esta llamada al amor la deben escuchar los tiranos de turno que se dejan arrastrar por sus ambiciones irracionales, actúan con odio, buscan la venganza y hasta manipulan el derecho y las leyes para hacer el mal y someter a los pueblos”, reflexionó Báez en el púlpito. “La historia les debería enseñar que con su odio, su crueldad y su violencia son ellos mismos quienes se destruyen. Nunca ningún opresor termina bien ni ningún dictador triunfa indefinidamente”. 

“Han sido días sumamente difíciles”

La misa de los desterrados y los apátridas: “ningún dictador triunfa indefinidamente”
El preso político Yubrank Suazo abraza al padre de Masaya Edwin Román, exiliado en Miami. Foto: Wilfredo Miranda | Divergentes.

El preso político desterrado Yubrank Suazo escuchó la homilía de Báez en silencio, absorto… “Han sido días sumamente difíciles, noches interminables sin poder dormir; tratando de procesar este duelo para quienes nunca quisimos un exilio forzado, un destierro”. El opositor de Masaya no tiene familia en Miami, donde ha decidido instalarse. “El estar preso dos veces no me dolió tanto como me duele ahora estar lejos de mi patria. Me está resultando traumático haber dejado mi casa, mi familia, mis padres, mis amigos, mi entorno”, me dice Suazo en las afueras del templo con la voz quebrantada. 

De acuerdo al Departamento de Estado, La Florida (en específico Miami) ha sido el estado en el que más presos políticos desterrados de los 222 se han instalado: 67, seguido de California con 22, Maryland con 36 y 14 en Virginia. El resto están esparcidos en otros estados. 

“Yo estoy en contacto con otros presos políticos y te puedo decir que muchos estamos iguales: en incertidumbre en este país. Pero primero estamos tratando de sanar, estabilizarnos emocionalmente, para tomar decisiones más claras. Es decir buscar un hogar y terminar de hacer el papeleo migratorio”, dijo Suazo. 

Migratoriamente, el sacerdote Edwing Román está más adelantado que los presos políticos: ya había solicitado asilo político y el proceso avanza. La decisión del régimen Ortega-Murillo de despojarlo de su nacionalidad, dice, “no le dio ni frío ni calor”. 

“La patria se lleva en la sangre. Tenemos, como decimos, el ombligo en Nicaragua: nuestras costumbres y tradiciones, que son únicas. Esa decisión de quitarnos la nacionalidad es una estupidez de parte de la dictadura; es una vergüenza ante el mundo. Es una venganza contra quienes hemos levantado la voz y seguimos defendiendo a Nicaragua. Los apátridas son ellos”, sostuvo Román.  


La información que publicamos en DIVERGENTES proviene de fuentes contrastadas. Debido a la situación en la región, muchas veces, nos vemos obligados a protegerlas bajo seudónimo o anonimato. Desafortunadamente, algunos gobiernos de la región, con el régimen de Nicaragua a la cabeza, no ofrecen información o censuran a los medios independientes. Por ello, a pesar de solicitarlo, no podemos contar con versiones oficiales autorizadas. Recurrimos al análisis de datos, a las fuentes internas anónimas, o las limitadas informaciones de los medios oficialistas. Estas son las condiciones en las que ejercemos un oficio que, en muchos casos, nos cuesta la seguridad y la vida. Seguiremos informando.