El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, defendió el financiamiento que el organismo sigue proveyendo al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, a pesar del creciente rechazo internacional al régimen antes y después de las cuestionadas elecciones sin competencia del domingo 7 de Noviembre.
Mossi exaltó el modelo “cooperativo” del Banco internacional que entre enero de 2017 y junio de 2021 otorgó 2.289 millones de dólares a la administración orteguista, además de 7 millones de dólares en donaciones para sectores varios, todos justificados sobre la base de que son decisiones que toma el Directorio del BCIE, integrado por representantes de 13 países miembros de la Organización con sede en Tegucigalpa.
“Los préstamos son aprobados por los directores; son ellos los que deciden junto a las instrucciones de sus gobernadores sobre cómo votar en operaciones de cualquier país. Esa decisión de cada país es soberana, y es puramente una decisión de los directores. Si una mayoría aprueba, queda aprobado; si no hay suficientes votos, es denegado”, dijo Mossi en una entrevista concedida a este periodista, el viernes 5 de noviembre para el diario El País, sobre una denuncia por los beneficios excesos que goza la cúpula y el personal del organismo en una región atiborrada de pobreza y desigualdad, sobre todo después de la pandemia.
“La belleza de este banco es que somos una cooperativa de países. Yo mismo he recibido comunicaciones de grupos opositores, y no solo de Nicaragua. Dicen que estamos financiando a gobiernos que no son de su gusto, y eso está bien; es una libertad de expresión que yo respeto. A veces dicen verdades muy duras”, comentó Mossi en la entrevista concedida desde Alemania, donde se encontraba de gira por Europa, después de visitar España para formalizar la instalación de una oficina del BCIE en Madrid.
Recibe nuestro boletín semanal
El exdirector del BICE por Costa Rica, Ottón Solís, crítico de las dinámicas políticas en la organización y del régimen de beneficios interno, confirmó que el grueso de las decisiones de otorgamiento de créditos recae sobre los directores de cada país, aunque hay un margen de influencia del Presidente Ejecutivo. Este pudo haber operado en favor de Nicaragua, según el político costarricense, porque “Mossi anda buscando apoyo para su reelección en el 2022, y sí ha sido más intensa la adjudicación de fondos a Nicaragua”.
Ottón Solís contó que los votos de Costa Rica sí se sumaron a la aprobación de fondos para Nicaragua entre 2017 y 2021, a pesar de la posición crítica del gobierno de Carlos Alvarado, el primer mandatario latinoamericano en anunciar que no reconoce el resultado de la elección del 7 de noviembre. Pero Solís tiene una explicación: “votamos a favor, porque si algo quería el gobierno de Ortega era victimizarse a costa de Costa Rica, que siempre tiene un valor en la política interna de Nicaragua y hasta en su política exterior. Yo lo hablé con otros directores y les dije que nos sumábamos a bloquear si ellos participaban, pero era contraproducente que Costa Rica actuara sola”.
Agrega: “ahí dentro hay alianzas tácitas que hacen más difícil bloquear financiamientos. El gobierno de Bukele (El Salvador), el de Hernández (Honduras) y el de Ortega tienen alianzas terribles”, agregó Ottón Solís, fundador y candidato presidencial en tres ocasiones del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), con el que fue diputado (2014-2018) insistente en su discurso pro austeridad.
Así explicó Solís los motivos por los cuales Costa Rica apoyó los créditos a Ortega, a pesar de la presión de disidentes nicaragüenses contra el BCIE por sus créditos, aún posteriores a los momentos más intensos de la represión en las protestas de abril de 2108. Lo recordó en una entrevista en la radio Columbia, de San José, la activista Ana Quirós, a quien las fuerzas orteguistas expulsaron de su país y le anularon la nacionalidad en noviembre de aquel año.
“De nada sirve una declaración fortísima si no cerrás la llave de los préstamos. En eso tenemos que pedirle al gobierno de Costa Rica, una posición un poquito más coherente, porque los principales recursos para Nicaragua vienen del BCIE. Por eso tuvimos una agria discusión con don Ottón Solís, y él lo que nos contestó es que Costa Rica no podía actuar sola”, dijo Quirós.
Lujos en el BCIE
Solís renunció al BCIE en julio de 2021 con el plan de asumir el cargo de representante de Costa Rica en París ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), traslado que se frustró por duras críticas de grupos opositores internos. Tres meses después decidió hacer pública la denuncia por beneficios que considera son excesivos para las autoridades y funcionarios del BCIE, con ingresos de directores que rondan por mes los 20.000 dólares exentos de impuestos. Asegura haber luchado internamente por recortar beneficios como los bonos vacacionales, viáticos sin control, hoteles finos y vuelos ilimitados dentro de la región, además de otros lujos como regalos de objetos de oro para todo el personal, contó en entrevista con El País. “Parece el banco de una economía petrolera del Golfo Pérsico. Esos excesos son incompatibles con los fines desarrollistas del BCIE y con los niveles de ingreso de la mayoría de los habitantes de la región, sus dueños”, dijo el exfuncionario.
Agregó que veía cómo en momentos en que salían caravanas de migrantes a pie desde Honduras hacia Estados Unidos, la administración del BCIE enviaba a sus funcionarios en las oficinas de cada país de Centroamérica los boletos aéreos para asistir a la fiesta navideña institucional. “No hay cómo explicar eso a la gente y todo es producto de las alianzas de protegerse unos a otros, lo que afecta a una institución que es muy valiosa para las necesidades de la región”.
Mossi explicó que todas las condiciones de los trabajadores están acordes a los niveles de competitividad del Banco en relación con otras organizaciones similares y que muchos de los detalles están cubiertos por las normas de confidencialidad internas, las que Ottón Solís dijo ser consciente de haberlas roto.