En las imágenes satelitales las casas se ven como puntos rectangulares blancos, unas pegadas con otras, como una mancha que se extiende en un terreno ancho. Abajo, en la urbanización Caminos del Río, se confirma que los puntos rectangulares son viviendas, de una planta, a medio terminar. Y el trabajo continúa: hay máquinas retroexcavadoras trasladando materiales de construcción y albañiles poniendo vigas y planchetas donde se espera que se levanten una decena de casas más, en medio de un espacio casi inabarcable a simple vista.
Caminos del Río es un complejo de casas que forma parte del programa Bismarck Martínez, el último gran proyecto insignia del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo para dar respuesta a uno de los déficit habitacionales más altos de la región: 957 000 viviendas (entre nuevas y mejoradas), según datos de la Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur) hasta 2012.
En un país de 6.8 millones de habitantes, para resolver este problema se necesitaría construir, en promedio, 20 000 viviendas anualmente, según Hábitat Para la Humanidad, una oenegé especialista en construir o mejorar viviendas de bajo costo para familias de ingresos bajos.
Sin embargo, el Gobierno asegura que en 17 años en el poder, desde 2007 –cuando Ortega llegó a la presidencia– hasta agosto de 2024, ha edificado 140 708 viviendas, a un promedio de 8000 viviendas anuales. Hábitat para la Humanidad concluye que entre los esfuerzos de privados y la inversión pública se cubre sólo un 25% de la necesidad del país cada año, “por lo que el déficit continúa creciendo”.
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El nombre de los programas habitacionales del gobierno, según los mandatarios, es para recordar al trabajador de la Alcaldía de Managua y militante sandinista, Bismarck Martínez, asesinado durante las protestas que pedían la dimisión de la pareja presidencial en 2018.
El plan fue anunciado por la vicepresidenta y vocera, Rosario Murillo, el 8 de octubre de 2018, como un programa para adquirir terrenos urbanizados “a precios módicos, listos para construir, con agua potable y energía eléctrica”.
Un año después, el 9 de agosto de 2019, Murillo, amplió los alcances, a un megaproyecto de 50 000 viviendas. “Está diseñado este programa para que aquellas personas que normalmente no puedan acceder al crédito, obtengan su vivienda digna en cuotas módicas”, dijo Murillo. Destacó que esperaba que hubiera 1000 viviendas construidas en 2019, más de 3000 viviendas en 2020 y más de 10 000 viviendas en 2021.
Según los planes de este programa, se construirían 50 000 viviendas sociales durante siete años, entre 2019 y 2026. Sólo en Managua se edificarían 20 000 casas en ese mismo período.
A cinco años de iniciado el proyecto, no existe un número exacto de viviendas construidas en todo el país. La poca información que se brinda de parte de las autoridades nicaragüenses se obtiene de comparecencias públicas cuando entregan casas. El 26 de septiembre, Murillo dijo que desde el inicio del programa se han entregado 6000 viviendas.
Según Jennifer Porras, secretaria del Consejo Municipal de la Alcaldía de Managua, en la capital se han entregado 5239 viviendas y 2602 lotes. Esto quiere decir que a nivel nacional sólo se ha cumplido con el 12% y, en Managua con el 26% de las viviendas que el gobierno se puso como meta para entregarse en un plazo que culmina dentro de dos años.
El financiamiento no parece ser un obstáculo para ejecutar estos proyectos. Gabriela Lorena Palacios, titular del Instituto de la Vivienda Urbana y Rural (Invur) –una de las instituciones a cargo del proyecto– aseguró en febrero de 2023 que tenían como meta la construcción de 48 000 viviendas para el año 2026 en toda Nicaragua, “de las cuales quisiera hacer énfasis que ya contamos con el financiamiento”.
Una investigación de Confidencial reveló que en Managua se han entregado 63 proyectos relacionados al programa de viviendas Bismarck Martínez, que suman un total de 5698 millones de córdobas (unos 155.6 millones de dólares).
DIVERGENTES y CONNECTAS accedieron a 28 contratos del proyecto Bismarck Martínez con los cuales se elaboró una base de datos para filtrar un total de siete contratos de las urbanizaciones que se mantienen activas en la entrega de casas en Managua, Flor de Pino y Caminos del Río.
Los contratos ascienden a más de 46 millones de dólares para la construcción de 5640 casas en ambos proyectos. Según los contratos que están alojados en el Sistema de Contrataciones Administrativas Electrónicas (Siscae), las obras empezaron en 2021 y finalizaron en marzo de 2023. Es decir, el dinero se desembolsó, y el sistema da como finalizados los proyectos, por lo que, en las dos urbanizaciones deberían de estar construidas esta cantidad de casas desde hace más de un año.
Pero la realidad dista mucho de las obligaciones de los contratos. Por medio de imágenes satelitales, proporcionadas por Planet Lab, de ambos proyectos: Flor de Pino y Caminos del Río, se logró comprobar que hasta las fechas de entregas se construyeron 1507 casas en los dos lugares. Sólo se logró edificar el 27% de las casas que estipulan los contratos.
Planet Lab proporcionó imágenes satelitales de tres fechas distintas de los dos proyectos: próximas al inicio y finalización de los contratos, y la más actualizada hasta marzo de 2024. Las imágenes permiten observar con claridad los puntos rectangulares que corresponden a las casas de un piso cada una, y por lo tanto esto posibilita realizar un conteo exacto de las viviendas edificadas. La fecha de inicio de los contratos corresponden a agosto de 2021 y mayo de 2022.
La imagen muestra que a dos meses de haberse firmado el contrato, en Flor de Pino se habían construido 105 casas, mientras que en Camino del Río no había ninguna, pues faltaba un mes para iniciar el contrato.
Para la fecha de finalización de los contratos, se accedieron a imágenes del 29 noviembre de 2022 en Flor de Pino, siete meses después de finalizar los contratos, mientras que en el caso de Caminos del Río es del 12 de septiembre de 2023, el mismo mes que finalizó el contrato.
Las imágenes satelitales muestran que, en la urbanización Flor de Pino, se construyeron 817 casas y, en Caminos del Río, 690.
Cabe aclarar que los contratos analizados iniciaron en junio de 2021 y finalizaron en septiembre de 2023. Se desconoce si las casas que las autoridades han continuado entregando luego de las fechas de finalización corresponden a otros contratos que aún no han culminado.
Por ejemplo, en julio de 2022, la Alcaldía de Managua contrató a una empresa para construir 46 casas en la urbanización Caminos del Río. Este equipo periodístico verificó que estas casas sí aparecen en las imágenes actualizadas de marzo de 2024.
Sin embargo, estas otras entregas tampoco completan la cantidad de casas pagadas en los siete contratos revisados. Hasta marzo de este año, según declaraciones oficiales, en este lugar sólo se han edificado 1528 viviendas, y en el residencial Flor de Pino, 1000. Por lo tanto, ni siquiera con las entregas que se hicieron posteriores a las fechas de finalización de los contratos la cantidad de casas llega al 50% de lo que estaba estipulado.
El costo promedio de cada una de las casas es de 7329.95 dólares (C$260 360), según los contratos. Las 4133 casas que no se construyeron hasta la fecha de finalización de los contratos ascienden a 30 294 703.82 dólares. Este dinero ya se desembolsó de las arcas de la Alcaldía de Managua, según el Siscae, pero las casas no aparecen en las urbanizaciones. Son casas “fantasmas”. Tampoco las autoridades explican qué pasó con este dinero que estaba destinado a construir las viviendas.
El financiamiento de las casas, en un primer momento, era hecho directamente por la Alcaldía de Managua. Pero luego las operaciones fueron dirigidas por el Banco del Fomento de la Producción (BFP), una entidad estatal creada en 2007 para “fomentar la economía productiva”, pero que ha tenido poca participación en el sistema financiero nicaragüense, y otros bancos privados, como el Banco de la Producción (Banpro).
Personas que han accedido a estos programas habitacionales niegan “las facilidades de acceso a viviendas para familias de escasos recursos” que promete la propaganda oficial. Esto, porque los intereses por el financiamiento son similares a los que ofrece la banca privada (10% anual). Los bancos comerciales ofrecen créditos hipotecarios a una tasa de interés promedio anual de entre 9.07% y 11.51%, en dependencia de los plazos.
De modo que al cabo de la cancelación del crédito hipotecario, en 25 años, los “beneficiarios” pagarán más del doble de lo que cuesta la casa. Por ejemplo, por el crédito de una casa que costó 6959.53 dólares se pagará 300 cuotas mensuales de 56.31 dólares, para un total de 16 566.40 dólares, más del doble del financiamiento inicial.
El economista Marco Aurelio Peña dijo que la tasa de interés que ofrece el programa Bismarck Martínez es similar a la que ofrece la banca comercial, y por lo tanto, “no es acorde con el interés social que corresponde a estos proyectos”. Sin embargo, la cuota de 56.31 dólares –y en todo caso menos de 100 dólares– es favorable, ya que “esta ventaja” no la ofrece la banca privada en Nicaragua. “Naturalmente hay un negocio, porque existe una ganancia que se lleven los bancos a largo plazo”, aseveró Peña.
Los retrasos en las entregas de casas es otra de las aristas a superar por los promotores de estos proyectos, según denuncias recopiladas. Los contratos contemplan que “la entrega de las viviendas será realizada de manera inmediata a su formalización” de los créditos aprobados por los bancos.
Pero hay casos de retrasos de tres o cuatro años. En estas situaciones, las familias se enfrentan a la encrucijada de seguir abonando hasta que les entreguen la vivienda o retirar la mitad del monto total del dinero que han depositado hasta ese momento. Una de las condiciones es que si alguien decide no seguir abonando a su casa, sólo se les permite retirar la mitad del dinero.
Los últimos beneficiarios del dinero de este programa oficial sí se conocen: una red de empresarios allegados al régimen sandinista, según confirmó esta alianza de medios con tres altos funcionarios de la dictadura Ortega-Murillo.
Las casas “no fantasmas” del Bismarck Martínez
En la entrada de la urbanización Caminos del Río se ven planchetas y vigas de casas a medio construir. Es finales de abril y las calles lucen desoladas. A los costados hay decenas de viviendas de colores que suele usar la vicepresidenta Rosario Murillo en sus actos públicos: rosa, azul, amarillo, verde… En una de estas casas, Lorena cuelga ropa en un tendedero de su patio. Es de las pocas que habita en Caminos del Río, pero dice que en los últimos meses “cada vez hay más gente que viene a vivir”.
Lorena habló con DIVERGENTES y CONNECTAS bajo condición de anonimato por seguridad. Ella no ha hecho grandes remodelaciones a su casa. Como le urgía trasladarse de su antigua residencia, ubicada en una zona vulnerable a inundaciones cercana al lago de Managua, Lorena ha “remendado” su vivienda en Caminos del Río para poder habitarla. En lugar de un muro perimetral, colocó un cerco improvisado con tablas. Ese es el patio donde cuelga ropa para secar. Sin embargo, la ropa no escapa de ensuciarse con el polvo que levanta el viento, porque las calles son de tierra ya que se entregaron sin pavimento.
Adentro, las divisiones de los cuartos son de sábanas o cortinas de tela. Así ha dividido el cuarto donde duerme ella con una parte de su familia, y el otro donde viven otros miembros. Para tener energía eléctrica se conectó al poste más cercano y meses después solicitó el medidor en la compañía eléctrica. Y con el agua potable hizo una gestión similar, aunque en esta urbanización sólo hay agua durante tres horas al día. Entonces, para abastecerse, la familia de Lorena camina unas cinco cuadras hasta llegar a una pipa donde llenan bidones con agua.
“Al inicio era más difícil venir a vivir (a Caminos del Río) por el problema de que no había agua ni luz, pero una vez uno se cruza los problemas se van solucionando”, dice Lorena.
Consultamos a cinco habitantes de dos urbanizaciones –Flor de Pino y Villa Jerusalen– que forman parte del programa Bismarck Martínez y sus condiciones son similares a Caminos del Río: urbanizaciones en plena construcción, cuyas condiciones son precarias: sin energía eléctrica ni alumbrado público, con escasez de agua potable y una lluvia de polvo provocado por las calles sin asfaltar. “Si no me decidía trasladarme a esta casa, no lo iba a hacer nunca”, dice Lorena.
Según una declaración del secretario de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno, a medios oficiales, las casas tienen un costo promedio de 9500 dólares, de los cuales el Gobierno a través del Invur entregará un subsidio de 2500 dólares, las alcaldías otros 2500 dólares con los lotes de terreno y las obras (drenaje pluvial, agua potable, acceso a energía eléctrica, calles pavimentadas); mientras las familias aportarán 4500 dólares, los cuales pagarán con cuotas de 40 dólares a 25 años plazos con interés anual del 10%.
Sin embargo, en los contratos que firman los beneficiarios, en nuestro poder, los montos totales del préstamo ascienden a casi 7000 dólares y a una tasa de interés de 7.25%. Es decir, en lugar de pagar 4500 dólares, las familias están pagando casi 7,000 dólares, a una cuota de más de 50 dólares mensuales.
Llegamos a Caminos del Río por medio de Roberto, a quien recientemente le entregaron su casa en uno de los actos propagandísticos del gobierno. Después de más de dos años pagando una cuota de 46 dólares mensuales, le hicieron firmar un nuevo contrato con el Banco Produzcamos para pagar 56 dólares mensuales durante 25 años. “Nos dijeron que ahora el arreglo era con el banco, y con una cuota mayor… Si no queríamos, sólo nos iban a devolver la mitad del dinero que habíamos depositado”, dice Roberto. DIVERGENTES y CONNECTAS comprobaron, con los contratos firmados por los ciudadanos, que las cuotas aumentaron 10 dólares, en promedio.
Según el Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y el Desarrollo Humano 2022-2026 del gobierno de Ortega, el programa Bismarck Martínez prometió “facilidades para que las familias puedan adquirir un crédito hipotecario a largo plazo, con intereses justos y cuotas acorde a sus capacidades de pago”. Las casas están dirigidas a ciudadanos que ganan menos del salario mínimo promedio, 273 dólares, y no pueden acceder a un crédito bancario.
A finales de 2023, en un acto de entrega de casas del gobierno, los medios oficialistas le tomaron una foto a Roberto afuera de su casa y le pidieron unas palabras “de agradecimiento al comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo”. Ese día no le entregaron las llaves, sino hasta meses después. “Sólo fue un acto de propaganda porque en ese momento las casas no estaban listas (construidas completamente)”, dice Roberto.
Favorecer a partidarios del Frente Sandinista está en el génesis de estos proyectos habitacionales. Los “beneficiados” que consultamos narran que fueron tomados en cuenta después de demostrar su militancia al partido, entre ellas, entregar una carta de solicitud dirigida al presidente Daniel Ortega, y asistir a varias reuniones con los Consejos del Poder Ciudadano (CPC), el brazo del partido en el poder en los barrios.
María, otra de las fuentes consultadas, asistió a todas las reuniones y se apuntó en las listas. Después de varios meses, firmó el contrato en el cual se comprometió a pagar 50 dólares mensuales durante 25 años. María ha pagado durante dos años su cuota al Banco Produzcamos, pero todavía no sabe en qué proyecto estará ubicada su vivienda. “Nos dijeron que la casa es del proyecto Bismarck Martínez, pero no sabemos en cuál de las urbanizaciones”, dice María. “El contrato sólo dice ‘proyecto Bismarck Martínez’, nada más… Nosotros preguntamos y sólo nos dicen que esperemos”, agrega.
En la situación de María se encuentran varias personas más. Algunos sí saben que su casa se construirá en Caminos del Río, por ejemplo, pero llevan hasta tres o cuatro años pagando su cuota sin que se les entreguen las casas. Hace dos años, el medio Confidencial, publicó denuncias de un grupo de participantes del programa Bismarck Martínez sobre los retrasos en las entregas. “Solo nos dan largas, nos dicen que ya los están alistando, que ahí nos van a llamar, que tengamos paciencia, que ya vienen las últimas entregas”, señaló una de las fuentes.
Tres participantes consultados dijeron haber retirado la mitad de lo que abonaron durante los tres o cuatro años en los que esperaron las entregas de la vivienda. “El resto del dinero se perdió”, dijo una de las fuentes.
Para Lorena, su casa en Caminos del Río le quitó el temor de que su antigua vivienda, en las cercanías del lago, se viniera abajo con cada invierno. Roberto, en cambio, calcula que necesita invertir al menos unos 5000 dólares más para poder irse a vivir con su familia. Ambos tienen la esperanza de que con el tiempo se resuelvan los problemas externos de este complejo habitacional, como el abastecimiento de agua potable. También, esperan que se coloquen luminarias públicas, porque por la noche, esta urbanización Bismarck Martínez, queda envuelta en la oscuridad.
Los “verdaderos beneficiados”
Los documentos en poder de DIVERGENTES y CONNECTAS detallan que son cinco las empresas involucradas en los proyectos citados en esta investigación: Inversiones Proyectos Desarrollo S.A (Improdesa); Asesoría y Construcción Sociedad Anónima (Aconsa); New Century Builder S.A. También Asesorías, Diseños y Construcción Sociedad Anónima (Adiconsa) y la compañía Inversiones Inmobiliarias El Escorpión S.A.
Por la construcción de viviendas en los dos proyectos habitacionales, Improdesa recibió 13 294 084.25 dólares de acuerdo al tipo de cambio actual. A pesar de que la designación de la obra se hizo a través de licitación pública, una fuente vinculada a la Alcaldía de Managua, explicó que al igual que ocurre con otros contratistas cercanos a Fidel Moreno, el mandamás de la municipalidad, la selección de esta empresa fue al dedazo.
Fidel Moreno no es el alcalde de Managua, la municipalidad más importante de Nicaragua, sin embargo, desde su puesto de secretario general, coordina cualquier movimiento dentro de esta institución de Gobierno. Su fidelidad y subordinación a los dictadores sandinistas, lo han convertido en un hombre de confianza y de ejecución en el país. No obstante, pese a tener este gran poder, su capacidad para firmar contratos fue eliminada por la sanción que le impuso el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2018.
Al menos dos funcionarios más del régimen sandinista consultados por este artículo coinciden con la declaración de la fuente municipal de que los empresarios tienen vínculos con el poder sandinista y fueron elegidos a dedo para desarrollar los proyectos.
En síntesis, los tres altos funcionarios; uno de la municipalidad de Managua, otro del Ministerio del Interior (Mint), y uno más de la oficina de Hacienda y Crédito Público, resumieron que la entrega de contratos también fue irregular y bajo mucho secretismo.
“El desarrollo de los proyectos habitacionales en el país, específicamente los Bismark Martínez, son entregados a los mismos empresarios, que tienen cercanía con el poder. No existe una fórmula para la elección, solo la orden desde arriba”, afirmó la fuente del Mint que conversó con esta alianza de medios.
Sobre esta denuncia, Mario Umanzor Seoane Núñez, apoderado de Improdesa, comentó vía correo electrónico a CONNECTAS que “estos proyectos fueron licitados, y competimos de manera transparente y pública en estos procesos junto con otros oferentes, obteniendo la adjudicación de los mismos por cumplir con los requisitos solicitados en el proceso de licitación, y por nuestra experiencia en el área de la construcción de más de 20 años”.
De acuerdo con una publicación de Confidencial y con un funcionario actual del Instituto Nicaragüense de Vivienda Urbana y Rural (Invur), Seanone es funcionario de este Instituto, lo que advierte otra posible irregularidad en los contratos con Improdesa.
“Un funcionario público no puede ser contratista del Estado. La ley lo prohíbe y a todas luces lo que ocurre en el caso del señor Umanzor, quien es gerente de operaciones de Invur, es ilegal”, explicó una especialista en temas municipales que habló con esta alianza de medios bajo condición de anonimato.
Según el artículo 75 de la Ley 801 de Contrataciones Administrativas Municipales, “no pueden ser oferentes, ni suscribir contratos de cualquier naturaleza con las alcaldías, los funcionarios públicos de cualquier poder del Estado o de los municipios, elegidos directa o indirectamente… así como empleados públicos que tengan participación en cualquier etapa del proceso de contratación, o en su caso poder de decisión o injerencia en el proceso”, detalla la ley.
“El Invur no decide qué empresas deben construir los proyectos habitacionales, pero sí da el visto bueno. Entonces Umanzor lo que hace es darse el ‘okei’ a su propia empresa. Es una cadena de corrupción”, explicó la especialista consultada para este artículo.
Sin embargo, Seoane en su respuesta para esta investigación aseguró que su relación laboral con el Invur terminó en 2017, para esa fecha era gerente de operaciones. “No tengo ese cargo, ni trabajo en esa institución”, afirma.
La empresa Asesoría y Construcción Sociedad Anónima (Aconsa), cuyo apoderado legal es Julio César Moncada Castillo recibió por un contrato en el complejo habitacional Flor de Pino un total de 5 668 493.35 dólares.
Moncada Castillo tiene un vínculo cercano con Moreno desde que coincidieron cuando el secretario general de la municipalidad estudiaba Ingeniería en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). El empresario actualmente es presidente de la carrera de Ingeniería Civil en esta universidad que también es propiedad del Estado de Nicaragua.
La empresa de Moncada Castillo se dedica al diseño, supervisión y construcción de obras civiles, así como el diseño geométrico de obras viales, topografía, dibujo, entre otros. Sus oficinas están ubicadas en residencial Las Delicias, al noreste de la ciudad.
Dos fuentes de la Alcaldía de Managua y la alta fuente del Mint aseguraron que Moncada Castillo es protegido de Rodolfo Villachica, mano derecha de Fidel Moreno dentro de la municipalidad y director de proyectos de esta institución pública. Según un reportaje del diario La Prensa, Villachica es el administrador de recursos de la Alcaldía. Es quien está al frente de los proyectos más importantes y el que garantiza la entrega de las obras.
El cartel de la construcción de Fidel Moreno
Una investigación de DIVERGENTES publicada en junio de 2022 reveló que Moncada Castillo, junto a cuatro empresarios más, conforman el cartel de la construcción de Fidel Moreno en la Alcaldía de Managua. Es un grupo de empresarios que entre 2016 y 2022 recibieron los contratos de obras públicas más costosos en la capital utilizando ilegalmente la figura de contratación simplificada.
Durante esos años, de acuerdo a los contratos en poder de DIVERGENTES, Moncada Castillo recibió de forma ilegal 33 contratos que representaron 20 764 573.56 dólares.
Por otro lado, la compañía Asesorías, Diseños y Construcción Sociedad Anónima (Adiconsa), cuyo apoderado es Miguel Ramiro Rosales Malespín, recibió por la construcción de casas en el proyecto Caminos del Río la cantidad de 11 344 677.04 dólares.
Adiconsa también pertenece al cartel de la construcción de Fidel Moreno. Entre 2014 y 2021 recibió de forma ilegal contratos bajo la modalidad de contratación simplificada. A pesar de reflejar en los documentos que la empresa está ubicada en los alrededores de Club Terraza, una de las zonas más exclusivas de la capital, no dispone de oficinas en la dirección que cita en la documentación oficial, de acuerdo a una investigación publicada en DIVERGENTES en 2022.
Este medio visitó la dirección que registró la empresa en los contratos que le entregó la Alcaldía. La casa, que está marcada como Adiconsa en Google Maps, no tiene ninguna señalización afuera. Se preguntó al guarda de seguridad y dijo desconocer el nombre de la compañía.
La empresa Inversiones Inmobiliarias El Escorpión, propiedad de Melvin Enrique Briceño Martínez, fue beneficiada con la construcción de casas en los proyectos impulsados por la municipalidad con un total de 6 713 666.515 millones de dólares.
La empresa de Briceño es algo nueva en el rubro de la construcción de casas y edificios, según la voz de dos empresarios de la construcción que tienen más de 15 años en el negocio. Sin embargo, este no ha sido impedimento para que la municipalidad le confíe este tipo de proyectos. Una publicación de La Prensa en septiembre de 2023 reveló que recibió 2 462 452.71 millones de dólares por la edificación de viviendas sociales en el reparto Mirador Xolotlán.
“La segunda licitación otorgada a Inversiones Inmobiliarias El Escorpión S.A. fue la 108-2023, en la urbanización Villa Jerusalén, por un monto de 817 mil 623.05 dólares”, dice la nota publicada por La Prensa.
Briceño forma parte del grupo de empresarios nuevos que Fidel Moreno ha reclutado para ganar proyectos millonarios en la capital, según confirmaron dos fuentes de la municipalidad, y una alta fuente del Mint, consultadas por esta alianza de medios.
“Nadie en el rubro de la construcción lo conoce. Él, al igual que los otros cuatro empresarios del cártel, opera bajo perfil. En la adjudicación de proyectos ha desplazado a otros que antes trabajaban con Moreno”, explicó una de las fuentes de la municipalidad consultadas para este reportaje.
La empresa New Century Builder S.A., cuyo apoderado especial de representación es el ingeniero Muller José Rivera, recibió por dos contratos en los dos proyectos habitacionales un total de 9 929 684.89 dólares. Esta compañía, según el contrato en poder de esta alianza de medios, es realmente propiedad de Efraín Aléxis de la Cruz Pino, un empresario que apareció en las búsquedas de los Paradise Papers, una serie de filtraciones hechas públicas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés) que ponen luz en los miles de millones de dólares que se mueven en los paraísos fiscales a nivel global.
La fuente municipal citada para esta investigación explicó que de la Cruz Pino es allegado a la pareja dictatorial Ortega y Murillo, y amigo personal de su hijo, Laureano Ortega. Desde mediados de 2019 está muy presente en el negocio habitacional en Nicaragua y es contratista permanente del Estado.
DIVERGENTES y CONNECTAS también consultaron sobre este vínculo a los altos funcionarios del Mint y Hacienda, y ambos coincidieron en que el empresario mantiene una fuerte amistad con el círculo de los Ortega-Murillo.
El equipo solicitó, vía correo electrónico, la versión de Fidel Moreno y de los apoderados de las cinco empresas mencionadas, pero hasta la publicación de este reportaje ninguno contestó.
“Todos los proyectos que continúan en cola han sido adjudicados bajo la misma modalidad de dedazo y, de nuevo, a los mismos empresarios. El beneficio al final es de ese círculo cerrado. Las familias a las que les entregan las viviendas de entrada, no son favorecidas”, afirmó la fuente de Hacienda a esta alianza de medios.