Lo falso y cuestionable del manejo Ortega-Murillo de la pandemia

Una actualización de modelo de la verdadera cifra de fallecidos por la pandemia realizado por el grupo de análisis de The Economist revela que Nicaragua se encuentra en el sexto lugar en poseer el exceso de mortalidad más alto en Latinoamérica, siendo también el país con el mayor porcentaje de subregistro de diferencia de muertes a causa del virus.

Un hombre con tapabocas, como medida de prevención ante el coronavirus, pasa frente a una propaganda del presidente de Nicaragua Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo en Managua. EFE/Jorge Torres

Daniel Ortega vociferó en su última aparición pública que “luchar contra la pobreza es más difícil que luchar contra las pandemias”, tratando de minimizar el repunte de casos que el mismo Ministerio de Salud (MINSA) ha registrado en los últimos dos meses. El dictador también aseguró que “hay que saber salir a la calle, ir al trabajo, haciéndolo con cuidado”, mientras Rosario Murillo anunció nueve días de feriado en ocasión de las Fiestas Patrias. “Encerrándose es como enterrar la cabeza como avestruz”, exclamó Ortega. Este es un compendio realizado por el equipo de Fact-Checking de DIVERGENTES de algunos datos que exponen cómo va el manejo de la pandemia en Nicaragua:

El subregistro de muertes 

A pesar que el MINSA registró del 31 de agosto al siete de septiembre el número de casos más elevado en lo que va de año y medio de pandemia, afirman que solo un nicaragüense ha fallecido a causa de COVID- 19 en esa semana. Datos anteriores reflejan que cada semana se reporta solamente un fallecido “atribuible a COVID-19” y los informes señalan que “se presentaron otros fallecimientos en personas que han estado en seguimiento, debido a tromboembolismo pulmonar, diabetes mellitus, infarto agudo de miocardio, crisis hipertensivas y neumonías bacterianas”. 

Sin embargo, distintas publicaciones de medios nicaragüenses registran hasta 22 muertos en un mismo día en un solo centro asistencial. El modelo publicado por The Economist muestra el subregistro existente en Nicaragua, convirtiéndose en el país de Latinoamérica con el mayor porcentaje de diferencia de muertes a causa de la COVID-19, en vista que son clasificadas por otras causas de muerte, por lo que no se ve reflejada la verdadera magnitud de la mortalidad causada por el virus. Nicaragua también se encuentra en el sexto lugar en Latinoamérica en poseer el exceso de mortalidad más alto.

En un reportaje publicado por DIVERGENTES sobre cómo el Gobierno oculta las muertes, se logró recopilar más de 30 actas de defunción de pacientes que murieron por otras supuestas enfermedades (sin incluir a los once funcionarios de gobierno fallecidos en el mismo periodo a causa de la COVID-19 y que también aparecen en la data analizada). Al filtrar los nombres que aparecen en las actas, como la de Elder Rodríguez, se encontró que 21 de los 30 pacientes dieron resultados positivos, pero fueron ocultados. Un patrón que deja entrever el método de cómo el sistema sanitario administra las muertes causadas por la pandemia.

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Hermetismo sobre tamizaje molecular 

El hermetismo del régimen no permite que se conozca sobre las variantes que actualmente están presentes en el país. A inicios de mayo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) donó materiales para realizar tamizaje molecular. La donación fue dirigida al Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia, en el Complejo Nacional de Salud Concepción Palacios, Managua. Al día de hoy se desconoce qué variantes son las que están afectando a la población. 

A inicios de julio, el director de Emergencias en Salud de la OPS, Ciro Ugarte, confirmó que Nicaragua reportó que “continúa” con el procedimiento (terminar protocolo, entrenamiento, entre otros), por lo que se esperaba que el MINSA, una vez que completara ese proceso, informara al organismo qué variantes han identificado en el país. “Para poder implementar esa vigilancia, el país necesita terminar el protocolo, el entrenamiento, el procedimiento, etc., y la información que recibimos es que Nicaragua continúa con ese proceso y esperamos que cuando termine pueda reportar qué variantes están circulando en el país”, manifestó Ugarte durante la sesión informativa de la OPS sobre el avance de la pandemia en la región de las Américas.

Los expertos del Comité Científico Multidisciplinario (CCM) explicaron a los medios que si el país ya cuenta con los materiales para detectar las variantes, el proceso no debería demorar. “El Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia del Ministerio de Salud es uno de los más avanzados de la región centroamericana, y es una paradoja que Guatemala y Honduras informen (y Nicaragua no lo haga)”, señaló el CCM.

Las vacunas y el proceso lento de vacunación 

Nicaragua ha recibido un total de 1,429,100 vacunas al día de hoy, en su mayoría donaciones provenientes de países como España, a quienes el régimen ha descalificado por los cuestionamientos que han recibido de sus acciones represivas contra los opositores. De las dosis que han llegado al país, solo el 46.88% han sido aplicadas a la población nicaragüense.

Lo falso y cuestionable del manejo Ortega-Murillo de la pandemia

Según los datos de Our World in Data, Nicaragua, al día tres de septiembre, lleva un 6.92% de personas vacunadas, de estas, apenas un 3.08% de personas se encuentran vacunadas completamente (dos dosis) y un 3.84% de personas parcialmente vacunadas (una dosis). Nicaragua se encuentra en el último lugar en el avance de vacunación de los países centroamericanos. Hasta la fecha, Nicaragua ha aplicado 669,904 dosis contra la COVID-19, 463,656 corresponden a primeras dosis y 206,248 con ambas dosis, según los datos publicados por la OPS. 

Nicaragua dispone de financiación para la compra de suficientes vacunas para inmunizar al 70% de la población comprendida en el grupo de edades determinado por el programa de vacunación. El 27 de abril del 2021, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) anunció el apoyo al Plan de Despliegue de Vacunación contra la COVID-19 del país, con un crédito de US$100 millones que permitiría cubrir al 69.2% de la población priorizada a través de la compra de 6.86 millones de vacunas. No obstante, de las dosis que han llegado al país, solo 420,000 son de las que han sido compradas por el Gobierno al Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), por sus siglas en inglés. Eso representa alrededor de US$4,200,000. 

En enero de 2021, el MINSA había presentado el proyecto de vacunas, entre los biológicos seleccionados para su compra se encontraban la Sputnik V, Moderna y AstraZeneca. En cambio solo se conoce un proceso de compra de 1.9 millones de dosis de Sputnik V, cuya cantidad de dosis es inferior a los 3.8 millones de dosis planteados en el proyecto, que se había estimado bajo una inversión de 49.9 millones de dólares.

Según datos del Ministerio de Hacienda y Crédito Público en el periodo de enero a junio de 2021 el Gobierno de Nicaragua solo ha ejecutado C$481,089,405.80 de los C$4,896,191,650.62 destinados para enfrentar la pandemia, quedando un saldo de C$4,415,102,244.82 por devengar.

Las donaciones 

A pesar que Ortega afirma que los capitalistas salvajes “se aprovechan de las pandemias para hacerse más ricos”, el régimen ha recibido numerosas donaciones, entre ellas materiales, equipos e insumos médicos y sobre todo fondos. Los fondos donados no llegan ni al 50% de ejecución.

Lo falso y cuestionable del manejo Ortega-Murillo de la pandemia

A inicios de mayo de 2021, Japón donó a Nicaragua 1.5 millones de dólares para reforzar y fortalecer la cadena de frío del MINSA con el fin de garantizar la recepción, conservación, manejo y distribución de las vacunas contra la COVID-19. Inicialmente el Gobierno había presupuestado US$850,000 para el equipamiento de la cadena de frío. Taiwán donó un total de 41,000 reactores rápidos para detectar COVID-19, las pruebas PCR fueron centralizadas en el país, tienen un valor de $150 desde junio del año pasado, por día se realiza un número restringido de pruebas en los centros de salud y hospitales para los casos sospechosos.  

Igualmente en mayo, la OPS donó más de medio millón de jeringas a Nicaragua, para que sean utilizadas en la inmunización contra la pandemia de la COVID-19.

El uso de Ivermectina

Uno de los principales medicamentos administrados para combatir el virus es la Ivermectina. El gobierno ha comprado nueve millones de tabletas desde que inició la pandemia. Los contratos fueron adjudicados a Laboratorios Ramos, que pertenece al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y la Distribuidora Cruz Azul, que es representada por Napoleón Ortega Balladares, quien ha tenido cargos en el Minsa y en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

A pesar que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) lleva meses advirtiendo de que la ivermectina puede ser insegura y ha dicho que “ha recibido múltiples informes de pacientes que han requerido apoyo médico y han sido hospitalizados tras automedicarse con ivermectina destinada a los caballos”.

“Tomar un medicamento para un uso no aprobado puede ser muy peligroso. Esto también es cierto en el caso de la ivermectina”, dijo la FDA en su sitio web. “Hay mucha información errónea por ahí, y puede que hayas oído que está bien tomar grandes dosis de ivermectina. Eso es erróneo”.

“Mientras no existan evidencias de mayor calidad sobre la eficacia y seguridad de estos medicamentos, la OPS recomienda que se utilicen únicamente en el marco de estudios de investigación debidamente registrados, aprobados y éticamente aceptables”, señala la OPS. 

No obstante, en Nicaragua el fármaco ha sido utilizado por la población y es lo que administra el MINSA. Carlos Sáenz, secretario general del Ministerio de Salud, afirmó durante una entrevista en Canal 4 que la ivermectina es un tratamiento efectivo para el virus, contrario a las advertencias de entidades como la FDA y la OPS.

Sáenz también señaló que en las visitas de casa en casa que realiza el MINSA, a las personas con “síntomas respiratorios” le recetan este tratamiento profiláctico. “Le aplicamos la Ivermectina”.