En su primer día en la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este lunes una “emergencia nacional” en la frontera con México y allanó el camino para su promesa de deportaciones masivas de migrantes. Un golpe duro para los nicaragüenses fue la suspensión de noventa días del programa de reasentamiento por “movilidad segura”.
Por medio de varios decretos, que firmó en el Despacho Oval rodeado de cámaras y periodistas, el republicano emitió una serie de órdenes ejecutivas que moldearán su promesa de militarizar la frontera, prohibir la entrada de migrantes y solicitantes de asilo y deportar a los más de 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin un estatus legal.
“No tengo una mayor responsabilidad que la de defender a nuestro país de amenazas e invasiones y eso es exactamente lo que voy a hacer”, señaló durante su primer discurso como líder del país.
Fuerzas militares contra una “invasión”

Citando una “emergencia nacional”, autorizó en una extensa orden ejecutiva el uso de las fuerzas militares en la frontera con México para “asegurar” esa linde y repeler “formas de invasión”, incluyendo la migración hacia Estados Unidos y el tráfico de drogas.
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El documento ordena a las autoridades “deportar inmediatamente” a todos los migrantes que entren de manera irregular en Estados Unidos, indicando que se restaurarán las deportaciones en caliente.
A su vez, restaura el programa conocido como ‘Permanece en México’, vigente durante su primer mandato (2017-2021) y que obligaba a los migrantes a esperar en el país vecino a que sus casos fueran procesados por las autoridades.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondió este martes que su Gobierno retornará a sus países de origen a los migrantes varados en México afectados por las nuevas restricciones migratorias de Trump.
“Buscaríamos los mecanismos a través de la política migratoria y la política exterior de retorno a sus países de origen, por ejemplo, hay acuerdo con Guatemala, con prácticamente todos los países centroamericanos, de hecho hubo una reunión el viernes pasado para ello, hay acuerdo con Cuba”, advirtió en su conferencia matutina.
La mandataria prometió “atención humanitaria” a los migrantes de otras naciones, en particular de Latinoamérica, que estén en México y que ya no puedan cruzar a Estados Unidos, pero insistió en que el nuevo Gobierno de Trump debe deportar de forma directa a los indocumentados a sus lugares de origen y no a territorio mexicano.
La presidenta no aclaró si el Gobierno de México pagaría por estas repatriaciones o lo haría Estados Unidos. “Es lo que vamos a platicar con el Gobierno de Estados Unidos”, señaló.
Fin del CBP One y parole humanitario

El presidente Trump puso también fin a dos programas que fueron creados por su antecesor, Joe Biden (2021-2025), para disuadir la migración irregular: la aplicación móvil CBP One y el permiso humanitario (conocido como ‘parole’) para ciudadanos de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela.
A través de CBP One, los migrantes que estaban en territorio mexicano podían rellenar un formulario con sus datos y solicitar una cita para presentarse a un puerto de entrada de la frontera sur.
A través de esta aplicación, que empezó a funcionar en enero de 2023, más de 930.000 personas se presentaron para que las autoridades procesaran sus casos, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
El parole –que consistía en un permiso para viajar a EE.UU. por avión– permitió la entrada de más de 531.000 migrantes de los cuatro países beneficiarios.
Pausa al programa de refugiados

También a través de un decreto, Trump ordenó pausar por tres meses el programa de refugiados de Estados Unidos, que permite la entrada en el país de personas que huyen de la guerra o la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, participación en un grupo social o ideología política.
El Gobierno de Biden había aumentado la cantidad de refugiados admitidos en este programa –con una máximo de 125.000 personas al año–, tras haber alcanzado bajos históricos en 2021 durante el último año del Gobierno de Trump.
“Fin” de la ciudadanía para hijos de indocumentados

Trump firmó también un decreto que busca negar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en territorio estadounidense, un derecho protegido por la enmienda 14 de la Constitución de EE.UU.
La Casa Blanca no ha detallado cómo se implementará esta medida, que previsiblemente enfrentará desafíos legales en los tribunales y que muchos expertos consideran inconstitucional.
Para redefinir la ciudadanía por nacimiento, la vía más directa sería proponer una enmienda constitucional, lo que requeriría una mayoría de dos tercios en la Cámara de Representantes y el Senado, así como la ratificación de tres cuartas partes de los estados, según explicó recientemente el historiador Scott Bomboy en un análisis publicado por el National Constitution Center, institución dedicada al estudio de la Constitución.
Carteles mexicanos, Tren de Aragua y MS-13: terroristas

El presidente ordenó clasificar a los carteles mexicanos, al grupo criminal venezolano Tren de Aragua y a la pandilla salvadoreña MS-13 como organizaciones terroristas.
Estos grupos pasarán a formar parte de una lista de organizaciones -que incluye al Estado Islámico y a Al-Qaeda- a las que las empresas y ciudadanos estadounidenses tienen prohibido dar “apoyo material”.
En concreto, respecto al Tren de Aragua – una grupo criminal al que Trump hizo referencia en múltiples ocasiones durante la campaña en discursos estigmatizando a todos los migrantes venezolanos- ordenó la deportación de quienes sean considerados “miembros” de la banda.